sombrio

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La envelesada vista del rio han era capas de hacerme sentir mejor. Las noches habían comenzado a ser mas calurosas, y estar aquí ahora ya no era un lujo.
Me detuve un largo rato a observar las aguas coloridas y danzantes, evitando de algún modo, cualquier idea que amenazara con golpearme repentinamente.
Había pasado todo el día pensando, pensando en todo. Porque eran muchas cosas las que implicaban solo aquel momento. Estaba cansada, necesitaba un respiro, no intentaba victimizarme en ningún momento, pero nada de lo sucedido en los últimos tiempos, estaba a mi favor.
Recorde a jin, nuestra relación, pense en suga, pense en meylin y que toda nuestra maldita historia estaría entrelazada por siempre. No pude evitar sentirme furiosa cuando vi con mis propios ojos que Meylin aun estaba allí, que ocupaba ese espacio, en el que yo me sentía parte de alguna forma. conosco esa inseguridad y no es algo que fuera capaz de manejar sencillamente. Sin embargo, estando en casa, ya mas tranquila, había podido discernir entre la realidad, y lo que mi cerebro había creado en segundos.
La verdad es que no podía ignorar el hecho de que estaba al tanto de que yoongi aun seguía viéndola. No era la primera vez que oía de Meylin, de hecho. Recordé todos esos momentos en que supe de ella, como aquella vez, que irrumpió en su casa llamándolo casi desesperada, cuando le había pedido anteriormente que la dejara en paz aquella noche en su casa. También recorde que yoongi nunca dejaba su celular, y yo siempre imagine que era con ella con quien hablaba, me lo confirmaba cuando lo llamaba a su celular pidiendo que fuera a buscarla. Entonces un recuerdo llego a mi mente, yoongi en la cocina, hablándole, diciéndole que esperara, que el iría a verla, y en el momento justo en el que se estaba yendo, decidió quedarse conmigo. Aquel recuerdo lograba replantearme todo lo que había estado pensando en hacer. Porque por un momento el me habia elegido.
Mi estúpido cerebro me reclamaba que si asi era, debía darle una oportunidad. Después de todo, yo sabia muy bien, que era lo que se sentía ser abandonada, aun así, era mi orgullo, quien me lo impedía. Era lo que Meylin significaba para mi, por mas que quisiera, no podría perdonarlo, y no lo haría.

El frío de la lata sobre mi un poco mas calida mejilla, logro estremecerme. La piel se me erizo parcialmente sin poder evitarlo, a pesar de que me había separado de ella.
Yoongi aun mantuvo la cerveza extendida frente a mis narices y solo se movió cuando la tome entre mis manos.
Ni siquiera lo miré, y el no busco que lo hiciera. Solo se sento a mi lado, sin tocarme ni un poco.

- no dire cosas tan obvias como perdon, o lo siento. - lo vi beber su cerveza de un trago.
Suspire por enésima vez, ya conocía a yoogi, el no hablaría, si yo era orgullosa, no había forma de describirlo a él. Y yo incapaz de ignorarlo, no podía dejar que se quedará allí, el buscaba que iniciara para poder continuar lo que sea que quisiera decirme y no se atrevía.

Pensé que darle la ayuda que necesitaba para explicarse no resolvería nada. Y si no estaba dispuesto a decir cualquier cosa que se le pasaba por la mente ¿para que intentarlo? Lo miré y como su semblante no cambiaba decidí irme.

Los dedos frios de suga sujetaron mi muñeca antes de poder moverme siquiera, como si lo hubiera sentido, casi sin moverme, lo miré fijo a los ojos, que casi desaparecían bajo su largo y oscuro flequillo.

- no se que debería decir, pero siento como si tuviera que disculparme de algo. - suspiro mientras me soltaba la mano - No soy idiota, se lo que intento ignorar, - yoongi hizo una pausa, supongo que buscaba las palabras justas, o por lo menos las que fuera capaz de usar - no quiero que pienses que no me importa.

Continúe mirándolo, aunque el ya no lo hizo, traía la vista justo al frente, ¿porque no terminaba de hablar? ¿que tan orgulloso podía ser uno para no poder decir lo que quería? Si no sentia que deberia disculparse porque me retenia? ¿quería que yo no este enoja? ¿Que lo perdonara de lo que se suponía que él no debería disculparse?

- conosco a meylin desde los nueve - esta vez me miro, supongo que quiso serciorarse de que no me iría después de nombrarla y que solo eso me hirviera la sangre.

- ¿y eso? - pregunte. Dandole a entender que nada de lo que dijera despues tendria sentido. Aun asi continuo.

-lo que quiero decir es que no pido que entiendas. Y ya estoy poniendo excusas - chisto con la lengua mientras cerraba los ojos con fuerza, se rasco la nuca y prosiguio - no dejes que esto se quede asi, sunny...
- suga... - desvío la mirada como si hubiese sido capaz de leerme la mente.

- no lo digas, me da igual lo que quieras agregar. - se levanto de un envión y me dedico una ultima mirada antes de irse. No entendía porque él actuaba como si yo hubiera sido la que ocasionó todo. - perdón por insistir.

Seguramente esperaba que le dijera algo. Pero ya había sido claro, suga no estaba dispuesto a escucharme, y todo lo que pudiera salir de mis labios, no eran mas que reclamos innecesarios.

- Sunny, ¿De verdad quieres que te deje en paz?

me hubiese gustado no admitirlo, pero lo hice y solo me quedo ver la cara de decepción de suga. Podía ver que realmente esperaba una respuesta diferente.

- no esperaba menos. - murmuró antes de irse. ¿que es lo que intento decir con eso? Sentia la necesidad de detenerlo pero ¿para que? No tenia sentido.

Miré la transpirada lata entre mis manos y poco a poco comencé a arrepentirme de mi elección.

Bultaoreune 불타오르네Donde viven las historias. Descúbrelo ahora