Dulce venganza

88 8 1
                                    


Con mucho cuidado pase sobre el, hasta posicionarme debajo de sus pies, con la cuerda que habia estado en mi cintura, sujete un extremo al tronco donde el estaba y el otro con sumó cuidado al tobillo de Daryl.

Volví junto a su cabeza para regresar a la rama donde habia dormido, no sin antes cortar la cuerda que el había atado a su cintura y al arbol, para que no sospechaba nada.

-¡Daryl despierta por lo que más quieras!-exclame con un falso tono temeroso.

El abrió repentinaménte los ojos y se levantó a trompicones, tropezando con sus propios pies. Como si fuese en cámara lenta observe como caía hacia atras hasta quedar colgado de cabeza.

Por poco no pude reprimir la carcajada que quería escapar de entre mis labios.

-¿Daryl estas bien?-fingi estar preocupada.

-¡¡¿Pero que diablos?!!-exclamó aparentemente furioso.

- ¿Porque sujetaste tu tobillo en lugar de tu cintura?- pregunte con falsa inocencia.

El sujeto su pie con ambas manos y con suma facilidad regresó al árbol. Me observo fijamente con ojos entrecerrados.

-Yo AMARRE mi torso NO mi maldito tobillo-me observaba señudo.

-Pero Daryl ahora que recuedo estoy bastante seguro de haber visto que amarraste tu tobillo-Frunci mis cejas fingiendo recordar.

Simplemente me dedico una sonrisa que dio algo de miedo y bajo del árbol.

-----------.---.----.

Carajo, carajo, no se que es peor que me régresara la jugarreta de inmediato o que me mantenga expectante de que podría hacer.

Desde mi "pequeña" bromita el idiota no ha echo absolutamente nada, nada de nada sólo sonríe.

Lo cual viniendo de el me provoca escalofríos.

Hace aproximadamente quince minutos llegamos al enorme depósito donde debíamos encontrar las provisiones.

Parecía un pequeño cuarto; a simple vista una perdida de tiempo sueño y gasolina...mucha gasolina, pero en el suelo bien oculta se encontraba una pequeña trampilla que daba hacia unas desvensijadas escaleras.

Solo con sus escalofriantes sonrisas de por medio, atravesamos las escaleras, seguidas de un largo y estrecho pasillo. Al final de este había una gran puerta , con un enorme candado bastante oxidado.

Sin vacilar Daryl hecho la puerta de una patada, la cual al caer además de hacer un estruendo monumental, provoco con su caída una gran avalancha de polvo.

Lo mire fijamente.

-¿Enserio...era necesario?- interogue entre toces.

-Eres niña o que, esta abierta es lo que importa- exclamó cruzando los brazos sobre su amplio pecho.

Lo ignore, rodando los ojos exasperada, para dar con cuidado un paso dentro de la habitación.

Donde había bastantes cajas de diferentes tamaños. Sin dudar comencé a abrirlas y a meter lo que creía necesario en las bolsas de nylon.

-Hey niño......niño......oye tu -

Inala, exala, cuenta hasta diez no mejor cien.

-niño....oye niño-

Gire sobre mis talones para fulminarlo con la mirada.

- ¿que quieres?-

-Mira lo que encontré para ti y la pelirroja-

MI ESTUPIDO ANGEL(Daryl  y Sam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora