# 2

482 67 55
                                    

—. Supongo que tengo que enseñarte cómo funcionan las cosas aquí.— Burr ya había sacado al castaño del sitio anterior y lo estaba guiando por algunos de los varios pasillos de aquel lugar.

—. No creo que sea necesario. En serio se lo agradezco, pero... ¿Eliza? Ya se estaba encargando de eso.—

—. No la ví con usted. — Se detuvo y se colocó frente a él y mantuvo una mirada sería. —. Me gusta mostrarles el lugar entero a los nuevos. ¿Hay algún problema?.—

—. ....No.—

Relajó el rostro y continuó con su camino mientras Alexander comenzaba a preguntarse el por qué no se quedó en el lugar donde Eliza lo había dejado.

—. Entonces, supongo que sería mejor presentarle a todos aquí mientras usted observa el lugar, ¿Le parece?.— Llevó la mirada hacia el contrario y este solo asintió.

—. Bien. Empecemos con John Laurens. Él ya estaba aquí cuando llegué. Según lo que logré escuchar, el sufre lo que se denomina como Síndrome Cotard, Delirio de negación, Delirio Nihilista o como gustes llamarle.—

—. Se refiere a que....—

—. ¿Se cree un muerto viviente? Si, podría decirse que si.—

Alex juntó sus manos tras su espalda para acto seguido desviar la mirada hacia las paredes y a las habitaciones que iban apareciendo conforme avanzaban.

Al notar el silencio de parte de su contrario, Aaron decidió seguir contando todo lo que sabía de los internados lo más breve posible.

—. Marquis de Lafayette, al parecer él es francés. Gracias a esto, no habla muy bien nuestro idioma así que Peggy se encarga de traducir todo lo que pueda. La razón por la que está aquí es por ser un asesino o en un término más elegante, Sociópata.—

Alexander sintió como un enorme escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar ese término. ¿Una persona a la que no le importa asesinar a quién sea?.... Lo evitaría todo lo que pudiera.

Poco a poco fue escuchando su  chasquidos y su nombre hasta que finalmente regresó al presente percatándose de que había dejado a Burr hablando solo.

—. No me escuchaste, ¿Cierto?.— Alexander bajó el rostro y negó levemente algo apenado.

Aaron solo suspiró y siguió su camino dejando al castaño a un lado.—. Supongo que puedo continuar.— De reojo observó cómo asentía.

—. Hercules Mulligan, sexopata. Honestamente, nada bueno sale de estar cerca de él; lo digo por experiencia propia. Después, viene James Madison. Ese realmente no sé qué hace aquí si no tiene nada.—

—. ¿Cómo?.—

—. Hipocondría. Al creer que siempre anda con una enfermas grave o lo que se le ocurra, se rehúsa a irse; Eliza lo dejó quedarse.
En cambio, su compañero, Thomas Jefferson si tiene un problema.—

En ese momento pasaron por una habitación donde se encontraba un jóven de una altura bastante interesante. Esto hizo que los dos fuera de detuvieran frente a este a unos cuantos metros. Se encontraba sentado con la manos juntas observando una lámpara de luz amarilla fijamente.

—. Pirómano; obsesión por el fuego.— Quedaron un momento observándolo hasta que Aaron pasó de largo aquella habitación y fue seguido por Alexander.

—. ¿Es peligroso?..—

—. Realmente no. Es bastante distraído y no ha hecho nada gracias a las hermanas encargadas.— Giró el rostro hacia el castaño y ladeó la cabeza. —. ¿Estás asustado?.—

—. No... No es eso.— Evitó el contacto visual bajando la mirada y comenzando a jugar con sus manos de una forma nerviosa. 
—. Washington es el problema.—

Aaron quedó en silencio y algo confundido acerca de lo que acababa de escuchar. Según él, había llegado solo.

Llegó el momento en el creía entender finalmente el por qué de su internación sin siquiera preguntar. Ante esto, solo hizo un gesto con el rostro y decidió no tocar el tema siguiendo con la presentación indirecta de cada uno.

—. Samuel Seabury. Al conocer su problema, no ví la necesidad de internarlo pero Angélica me comentó que insistió en quedarse solo por no quedarse solo. Depresión Mayor o Clínica es su problema.
De igual forma se encuentra Charles Lee con Trastorno Bipolar. Él no se encuentra internado pero tiene citas tres veces a la semana.—
Aaron pretendía seguir con el último hasta que una especie de voz cantando lo interrumpió.

—. Qu-.. ¿Qué es eso?.—

—. Y eso me lleva al último.— El acompañante lo miró raro esperando una respuesta de aquel que solo sonreía levemente con los brazos cruzados. —. Es solo George cantando Raphael.—

Si Hamilton ya estaba confundido, esto puso la cereza en el pastel. Burr se percató de esto y decidió aclarar su punto.

—. Es un cantante; probablemente su favorito aunque no sabemos de dónde lo conoció. A veces se pone a discutir con Seabury diciéndole que Raphael es mejor que Emmanuel, otro cantante... Honestamente, es divertido verlos cuando andan en eso.—

—. ¿Locura?...—

—. Precisamente.—

—. ¿Usted qué hace aquí?.—

Burr guardó silencio y cambió la expresión de su rostro. Terminó llevando a Alexander a un gran espacio donde se podía ver a un cierto grupo de personas y dejándolo ahí se retiró sin nada más que decir.

El ojos cafés no entendía lo que acabada de pasar. ¿Dijo algo malo?
No. El sabía  que no había dicho nada ofensivo. Al final solo trató de olvidar eso con la esperanza de volver a encontrarse con aquél que lo había guiado y le había dado datos que podría considerar importantes.

De un momento a otro, escuchó una voz algo fuerte tras él y sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

—. Tu.. eres Alexander, ¿Cierto?.—

SICK...? [Hamilton AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora