Por decisión propia [RoChan]

4.

Se sentía ansioso y fuera de lugar. No sabía qué debía hacer, y cada día al final de la jornada los nervios le volvían a recorrer el cuerpo de la misma manera en la que ocurrió cuando vio a Chanhee abrirle la puerta por primera vez.

La jornada pasó rápido, como si la misma quisiera que Seokwoo sintiera nervios por llegar a la casa y cocinar para Chani y él. Por suerte tenía todo muy estructurado, y estaba 100% seguro de lo que quería cocinar.

Llegó, dejó sus cosas y preparó la comida, esperando que el menor llegara lo más pronto posible a comer. Sintió la puerta, y pronto el escalofrío por todo el cuerpo al verlo entrar a la cocina, dejando su mochila y su corbata de lado sólo para comer.

―Gracias por la comida ―hizo una pequeña reverencia y se sentó a la mesa con una tierna sonrisa de oreja a oreja―. No estoy muy acostumbrado a comer comida preparada luego de la escuela.

―Me gusta cocinar, así que no tendré problema en preparar cuando lleguemos ―le siguió, forzando a su propio cuerpo a no temblar por los nervios.

¿Por qué se sentía tan inquieto? ¿Acaso la opinión de Chanhee importaba mucho?

―Está rico ―comentó sorprendido, sin despegar la mirada del plato―. Te creía más inútil.

―No sabía que me tenías tan poca fe.

Cruzaron miradas, volviendo ese pequeño lapso de tiempo en eternos minutos de incomodidad para ambos. Nuevamente no sabía qué hacer, así que esperó a terminar su plato para poder retirar el suyo y el del menor frente a él.

Chanhee tomó la mochila del suelo, dejando caer una carpeta y un montón de hojas que quedaron esparcidas por todo el piso, alarmando a ambos chicos.

―Mierda, ahora está todo revuelto ―balbuceó.

Se aventuró a ayudarle con las hojas, tomando entre sus manos un montón de partituras que él no podía entender desde ningún ángulo.

― ¿Son partituras de piano? ―preguntó, examinando completamente la hoja.

―Sí. ¿No habías visto el piano por allí? ―apuntó a una esquina de la casa, en donde permanecía un hermoso piano de pared que parecía tener más años que su mamá y la de Seokwoo juntas.

Acababa de olvidar que Chani era el que siempre solía tocar el piano con el grupo de músicos de la escuela. Hacía mucho que no lo había visto tocando en uno de los actos, así que sólo decidió preguntar, sin pensar en una posible respuesta.

― ¿Ya no tocas con ellos? ―preguntó.

―Yo... ―pareció oscurecerse de repente, como si aquella respuesta le causara pena al sólo decirla―. Ya no estoy en el grupo porque comencé a tomar clases en otro lugar. 

Comprendió de inmediato, y por eso prefirió no seguir poniendo triste a Chanhee, y dejar de preguntar cosas que tuviesen que ver con su vida.

Después de todo las cosas seguirían aunque ellos no lo quisieran, y ya podían entender que estaban destinados a sufrir de incomodidades por los 5 meses que seguían.

1 mes después.

Lo peor había pasado, y ambos lo sabían. Aún les costaba vivir el uno con el otro, pero al menos ahora tenían la poca confianza para decirse un simple "hola" o un "cómo estuvo tu día". De todas formas se seguían odiando muy por el fondo de las cosas, como cuando Seokwoo entraba a la habitación y se encontraba con el desorden del lado de Chanhee, o como cuando Chanhee veía el ordenado y súper organizado espacio de Seokwoo.

El menor sólo parecía comenzar a soportar a Seokwoo por el simple hecho de que llegaba a la casa y podía comer un plato de alguna buena comida que el mayor preparara.

16/01, 10:30 am.

Se acercaba la temida clase de educación física, por lo que sabía que Chanhee estaría en el gimnasio en unos pocos minutos, tratando de evadir las miradas de todos los jugadores.

Ambos, él y Eunji entraron, causando la situación a la que Seokwoo le temía desde que vivía con aquel pequeño de labios redondeados.

Jihoon, como siempre.

―Pero miren quién llegó ―rió en forma sarcástica, desagradando a Seokwoo―. Chani y su novia.

Todos soltaron una carcajada, menos Seokwoo, que permanecía por detrás de todo el equipo.

―Supongo que trajiste el buzo esta vez ―siguió el desagradable, pero fuerte enemigo de ambos compañeros de piso―. ¿Puedo ver?

El grupo se acercó a los dos chicos, dejándoles el paso al baño totalmente bloqueado. Jihoon tomó su mochila con brusquedad, causando revuelo entre todos los que se encontraban junto a Chanhee.

―Jihoon ―llamó desde la misma posición alejada en la que estaba, llamando la atención de todo su equipo―. ¿Qué haces? Podríamos estar entrenando, el partido es la próxima semana.

Realmente no le interesaba para nada el partido de la otra semana, pero el objetivo ahora era alejar a Jihoon de Chanhee.

― ¿No es obvio? ―le siguió. 

―Pierdes el tiempo, podrías haberte ido a clases.

Azotó la mochila contra el suelo, y se dirigió amenazante al lugar en el que le esperaba el capitán del equipo, con una sonrisa desagradable en el rostro.

―¿Te crees que por ser el capitán me puedes mandar? ―preguntó, expresando su enojo con empujones hacia Seokwoo―. No eres el centro del universo, Rowoon. Que lo sepas.

―Nadie te está mandando, sólo te dije que podrías haber estado en clases. Ya sabes, para conseguir un poco de inteligencia, ¿no es así?

Enfureció, tomando despiadadamente el cuello de la chaqueta del más alto.

―Sólo eres un montón de palabrerío, y un día todo este grupo de imbéciles se dará cuenta de cómo eres en realidad ―le soltó, mirándole fíjamente a los ojos―. Ahora me voy a clase, así que disfruta tu jornada con el curso paralelo, chico.

Todos le miraban con impaciencia. Era ya la segunda vez que veían a Seokwoo discutir con Jihoon, esperando al menos una reacción violenta por parte del capitán, pero no hubo nada. Sólo dedicó al equipo una amarga mirada de odio antes de ir directo al baño.

No entendía a qué venía ese cambio. Sabía que todos le miraban confusos porque en otra circunstancia él posiblemente habría seguido la broma, intentando provocar a Chanhee y a Eunji, pero las cosas parecían haber cambiado. Se sentía entre la espada y la pared, esperando que en ningún momento su vida secreta y su vida pública tuviesen que juntarse.