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No podía creerlo. Había estado haciendo contacto con el jugador desde hacía unos largos segundos, preguntándose si realmente lo estaba mirando a él, y por otro lado: preguntándose por qué había accedido a ir a un partido de un deporte que ni siquiera llamaba su atención.

Trataba de descifrar qué era lo que decían los ojos espantados del mayor que le miraba a la distancia, mientras imaginaba que posiblemente él estuviese pensando lo mismo.

¿Era eso real o era sólo producto de su imaginación?

―Chani, ¿qué haces parado? ―Haneul interrumpió sus pensamientos, tomándolo del brazo y empujándolo hacia bajo para que se sentara―. ¿Estás bien?

―¿Yo? S-Sí, sí... ―contestó nervioso, sin despegar la vista del jugador―. ¿Qué haremos después?

Esa pregunta había sido una pérdida de tiempo, ya que no puso atención a ninguno de los planes que el mayor junto a él le estaba comentando. No le interesaba nada más que aquel basquetbolista que robaba su atención desde que lo conocía.

Había comenzado el partido, y lo primero que notó era que Seokwoo jugaba en una posición, y ya no permanecía en la banca todo el juego. Lucía distinto, como si no estuviese disfrutando sus minutos de fama, y no pudiese concentrarse a pesar de que estaba haciendo todo bien.

Sólo le ponía atención a él.

Lo nombraban cada vez que hacía una jugada importante que Chanhee no comprendía. Le ponía nervioso el simple hecho de escuchar su nombre, y no estaba seguro de si tenía que hacer algo al respecto o no.

Se sentía culpable al estar pensando en la belleza de Seokwoo mientras tenía a Haneul justo al lado. No le decía nada al respecto, porque nunca había tocado el tema del basquetbolista con él, por lo que prefería no arruinar el viaje y guardarse la preocupación para sus asuntos personales.

Era más lindo de lo que recordaba.

El partido terminó luego de casi una hora de juego, dejando al equipo de visitantes como ganador, y al equipo de jóvenes chinos con una mala reputación por la cantidad de faltas que habían cometido.

Seokwoo se acercó a la banca de inmediato para ir a buscar agua y volver a ubicarse en la cancha para mirar a las butacas. El resto de miembros del equipo parecían llamarlo, sin poder conseguir su completa atención. No hicieron contacto visual porque el mayor no encontró a Chanhee por entre la gente que salía del gimnasio, por lo que bajó la cabeza y se dirigió hasta lo que parecía ser la entrada a los camerinos.

¿Qué tenía que hacer ahora? Quería ir, pero tendría que inventar una buena excusa para decirle a su grupo. Tenía la certeza de que Eunji los acompañaba, y que al menos podría decirle a él la verdadera razón de su mentira, aunque le molestara.

Se acercó al que había sido su amigo por años, y le contó el problema, pidiéndole que le ayudara a inventar una mentira convincente para poder seguir a Seokwoo antes de que se fuera a donde quiera que se estuviese alojando.

―Oigan, ¿qué hacemos ahora? Sinceramente me siento desconcertado. Vine a ver a mi equipo, y perdieron contra unos novatos ―comentó uno de los chicos que los acompañaba.

―Es cierto, pero... ¿por qué no celebrar que estamos aquí? Después de todo, un par de cervezas no hacen daño...

―Chanhee no se siente bien ―intervino Eunji, salvando la situación―. Ustedes vayan. Iré a la farmacia y lo dejaré en el departamento. Luego los alcanzo.

―Yo puedo acompañarlo ―comentó Haneul.

―No, la verdad prefiero ir yo. ¡Míralo! Está indefenso, y ni modo que lo deje a tu cargo ―rió, tratando de no parecer nervioso―. No lo arriesgaré.

Estaba impresionado por la capacidad de Eunji para mentir. Todos habían reído luego de sus comentarios, y Haneul le había dado la razón. Era alarmante, pero de alguna forma lo hacía sentir bien.

El grupo se fue, dejando a ambos chicos aliviados.

―Si vas a hablar con él no lo hagas aquí, y ve a esperarlo a la salida de camerinos ―le aconsejó―. Si Haneul nota que le mentimos nos querrá matar a ambos.

Fue lo más rápido que pudo, y se encontró con gran parte de los jugadores que conversaban sobre el triunfo.

Y ahí estaba, siempre callado y amigable.

Subió la vista, y se encontró con la mirada del menor puesta fijamente en él. Notó sus nervios desde el momento en el que se disculpó con el equipo y caminó en su dirección.

Se acercó hasta que pudieron verse bien el uno al otro, asegurándose de que lo que veían era real.

¿Por qué lucía triste?

―No sé si estés bien con que haya venido a saludarte, pero sentía que tenía que hacerlo ―le comentó el menor, tratando de no mirarlo directamente a los ojos.

No hubo respuesta. Era sólo Seokwoo mirándolo como si realmente no pudiese creer lo que sus ojos estaban viendo.

―¿Podrías decir algo? Comienzo a sentirme estúpido por estar-

―¿Qué haces aquí?

¿Esa era su reacción?

―Vine con unos amigos... La verdad accedí porque quería ir al museo a tomar algunas fotos para un proyecto, pero insistieron en venir a ver el partido. No imaginé que jugarías tú.

―¿Tienes tiempo?

¿Por qué sentía ganas de decirle que sí a todo?

Avisó al equipo que era probable que llegase tarde a la celebración, y comenzaron a caminar. Chanhee no conocía la ciudad, por lo que sólo seguía a Seokwoo hasta donde él quisiera ir. Sentía nervios por haberle mentido a Haneul, pero de igual forma se sentía bastante seguro junto al mayor.

10:48 pm.

Llegaron hasta una pequeña plaza que estaba relativamente lejos del centro deportivo, y se sentaron en una banca, sintiendo la tensión de ambos al querer hablarse y no saber de qué.

―Pensé que nunca te podría volver a ver ―le comentó el mayor, mirándolo directamente―. Por eso reaccioné así. Espero no te haya incomodado.

―También fue mi primera reacción ―sonrió involuntariamente, recordando instantáneamente que no era un momento indicado para reír―. ¿Cómo has estado?

Las respuestas de Seokwoo parecían frías y cortantes, como si realmente no tuviese ganas de hablar por lo triste que se veía. Sentía ganas de preguntarle, pero no sabía si eso le parecería apropiado o no.

―Dijiste que aún te quedan varios días aquí, y tienes que tomar fotos para un proyecto. Te diré que el museo no tiene nada muy... interesante ―el mayor logró hablar, mostrando cansancio.

Chanhee tomó su celular, y le mostró una foto del lugar al que quería ir, explicándole que no tenía idea de cómo llegar a él.

¿Qué estaba haciendo?

―Si tienes tiempo podemos ir juntos ―le siguió Seokwoo, mirando la foto en el celular―. Es bonito, pero hay lugares mejores, como los parques y... ya sabes.

―Está bien. Vamos si es que no tienes nada más que hacer como... la última vez.

No sabía qué estaba haciendo.

No sabía qué le diría a Haneul, pero suponía que tendría que ser la verdad por cruda que fuera. Sólo le diría que saldría con un amigo que era parte del equipo, y que no tenía de qué preocuparse.

―¿Te parece mañana?

La idea le gustaba, pero de igual forma le daba terror el simple hecho de tener que decirle a Seokwoo que estaba con alguien más.

Pero, ¿qué tenía de malo?

De todas formas ya lo había superado.

O así lo creía.


Por decisión propia [RoChan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora