Por decisión propia [RoChan]

8.

― ¿R-Rowoon?

―Dongsun ―lo reconoció de inmediato, apartando rápidamente su rostro de Chanhee sin soltarle la mano.

Los nervios le recorrían el cuerpo, pero de cierta forma le tranquilizaba que el que estuviese frente a ellos fuese Dongsun y no alguien como Jihoon, o el resto de chicos del equipo de baloncesto.

Tomó la mano del menor con fuerza, obligándolo a quedarse mirándolo a él en lugar de al chico que acababa de descubrirlos. Ambos deseaban poder comunicarse telepáticamente para saber qué decirle a Dongsun.

― ¿Q-Qué está pasando? ―tartamudeaba, como si realmente no pudiese creer lo que había visto―. ¿Kang Chanhee?

¿Cómo sabía que era él si ni siquiera le había visto la cara?

―Está enfermo, vine a ayudarlo ―el menor se volteó, soltando la fría mano que le aprisionaba desde hacía ya unos minutos.

― ¿Y por qué tú querrías ayudarlo a él?

―Fue el único que me vio, y yo le pedí ayuda ―decidió intervenir en un intento por mantener callado a Chanhee.

No procesaba lo que le estaban diciendo, como si no creyese ninguna palabra salida de los labios de ambos chicos. Comenzaban a desesperarse, sin saber qué decirle para que fuese creíble.

― ¿Por qué Kang Chanhee querría ayudarte?

―Alguien tenía que-

― ¿Y por qué Rowoon vendría y se metería aquí estando enfermo?

Todo era totalmente ilógico.

Él tenía razón. No tenía sentido que Seokwoo estuviese ahí metido, y que Chanhee de repente quisiera ayudarlo después de todas las burlas que alguna vez recibió por parte del mayor.

― ¿Y eso qué mierda importa? ―Chanhee interrumpió sus pensamientos, pareciendo enojado.

Su enojo no sería de mucha ayuda. Seokwoo sabía que su temperamento podría ser horrible una vez que lo molestas mucho, por lo que decidió no intervenir.

― ¿Qué estaban haciendo? ―Dongsun quiso seguir de todas formas, pasando a llevar por completo el comportamiento del menor.

― ¿Estás sordo?

―Chanhee, cállate, no va a entender ―interfirió casi en susurros, intentando tomarle la mano sutilmente hasta que se calmara―. Dongsun-

―¿Por qué él te ayudaría después de todo lo que lo molestaste? ¿No es lógico que te odie, y que prefiera que te mueras aquí metido? ¿Y por qué de repente te resfrías si siempre te estás cuidando tanto de eso? Además, Chanhee parece estar más resfriado que tú y no vino a meterse aquí por la fiebre, o no que yo sepa.

Se sentía cada vez más débil. Le costaba encontrar el equilibrio, y a ratos comenzaba a ver borroso, como si frente a él hubiesen dos copias de cada cosa que veía. Comenzó a sentir náuseas, por lo que prefirió soltar la mano de Chanhee y hacerse a un lado, tratando de no ser un estorbo.

― ¿Seokwoo? ―el menor reaccionó inmediatamente a la mano helada que ya no sostenía la suya.

Grave error.

―¿Seokwoo? ―Dongsun se paralizó, mirando a ambos chicos como si acabase de ver a un fantasma―. ¿Acaso te conoce tanto?

Cerró los ojos, tomó una bocanada de aire y se atrevió a contestar.

―Te lo voy a explicar, pero no ahora. Tienes que irte al juego, y por favor dile al entrenador que lo siento mucho, que tuve que irme.

Se fue, dejando a los dos perplejos, sin saber qué decirse el uno al otro. Sunhee llegó a los pocos minutos, recogiendo a ambos para llevarlos a la casa luego de reprocharlos por no cuidar del resfriado que ambos tenían.

Nuevamente estaba contra la espada y la pared. Podría contarle todo a Dongsun porque sabía que era de bastante confianza como para guardar un secreto, pero si lo hacía probablemente Chanhee no se lo perdonaría.

No tenía más opciones, tendría que decir la verdad.

Ocuparon horas de la noche para decidir qué sería lo que Seokwoo lo diría Dongsun al siguiente día cuando se juntaran. Ambos estaban enfermos, y no se sentían bien, por lo que al terminar la conversación se quedaron dormidos de inmediato, pensando en estar listos para la confesión del siguiente día.

5:50 pm.

Acababa de salir hacia el parque en el que había acordado juntarse con el infiltrado del día anterior. Se había levantado de mala manera, leyendo cada mensaje que sus compañeros le habían mandado sobre cómo habían perdido por no tener a su base presente en el juego. Seguía sintiéndose mal, pero ésta vez sin fiebre, por lo que caminar se le hacía un poco más agradable.

¿Por qué tenía que perder su tiempo explicándole a Dongsun cosas que no le interesaba explicar? Se odiaba a sí mismo por haber vuelto las cosas difíciles, llamando la atención de alguien que podría no ser la persona de máxima confianza en el instituto. En esos momentos podría haber estado viendo una película junto a Chanhee, como era de costumbre en los fines de semana, pero de todas formas tenía que caminar hasta el parque a conversar con Dongsun.

Se miraron confundidos por varios segundos, esperando a que alguno de los dos comenzara la incómoda conversación.

―Estoy viviendo con Chanhee ―confesó de inmediato, intentando que todo transcurriese rápido para volver a casa―. Te había dicho que mi mamá se fue a Los Ángeles, y me dejó supuestamente con una tía. Bueno, no era mi tía. La mamá de Chanhee y la mía son amigas desde siempre, y no tenía otra alternativa, por lo que tuve que quedarme ahí.

―Y lo llamaste a él para que te ayudara. ¿Mantenías todo en secreto para que nosotros no te molestáramos? ¿Por eso estuviste tan raro todo este tiempo?

― ¿Raro?

―Tan prudente y... no lo sé, ¿buena persona? Has estado peleando todo este tiempo con Jihoon, y supongo que es por ese chico, ¿no?

Todo era una larga y aburrida afirmación para él, mientras pensaba detenidamente en cómo habría sido de tranquila su vida si Chanhee no hubiese aparecido en ella. De repente sentía una necesidad extraña por estar todo el tiempo con él, abrazándolo y besándolo por todo el tiempo que les restara bajo el mismo techo.

Era perfecto, y el simple hecho de pensar en él le hacía feliz, a pesar de la situación en la que se encontraba en el momento.

Lo quería más que a cualquier reputación.

― ¿Y comenzó a gustarte cuando empezaste a vivir con él? ―sólo fue necesaria una pregunta para interrumpir sus pensamientos positivos. 

¿Qué acababa de preguntarle?