26.

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—Si tanto quieres terminarlo, pues hazlo tú. Yo no... no puedo hacerlo.

¿Cómo sería capaz de hacer algo así?

No entendía realmente a qué se refería Chanhee con "terminarlo" porque tenían algo que nunca había empezado oficialmente, y que ambos decían haber olvidado.

—¡¿Y por qué crees que te lo estoy pidiendo a ti?! —preguntó el menor, dejando caer las lágrimas que parecía haber llevado guardadas por un largo tiempo—. ¡Todo siempre llega a ti, y en el peor momento! Al fin sentía que podría... olvidarme y seguir con mi vida, pero tenías que volver a aparecer, y volverme estúpido de nuevo. Todo se fue a la mierda por mi culpa, otra vez.

—¿Terminaste con Haneul o...?

—¡Ni siquiera tuve la oportunidad de empezar! Todo siempre me devuelve al mismo sentimiento, y quizá terminar todo de una vez me lo quite. ¿No es lógico?

Podría ser que ya no tuviese las mismas intenciones con Chanhee, pero de igual forma no podía hacer nada. Estaba estancado, como si no supiese si debía avanzar o retroceder. 

Entendía que se sentía mal por Haneul, porque después de todo había logrado mucho con él como para perderle así, pero...

¿Las cosas que hacía con Seokwoo no eran más importantes?

—Fuiste capaz de irte, ¿pero por qué no ser capaz de terminar lo que empezaste?

—Chanhee —tomó una bocanada de aire, y buscó el coraje para hablar—. ¿Por qué yo soy el que tiene que hacer las cosas cuando a ti te da miedo hacerlas? Para ti, ese primer beso fue sólo una mera coincidencia, y si no hubieses estado tan cerca, nunca te habría besado. Mentira. Si no te me hubieses acercado, yo habría seguido esperando como un imbécil hasta haberme ido, y ni yo hubiese-

—¿Te gustaba desde antes?

¿Quería la verdad o la mentira?

—Sí.

Bajó la cabeza avergonzado, esperando una reacción violenta, o un simple minuto de silencio que se volvería eterno para ambos chicos.

Pero no hubo nada.

—Te perseguí por años sin decirte nada, porque... era sólo un niño, y era extraño no seguir a las niñas nuevas a todas partes —nuevamente tomó aire, y desvió la mirada para que Chanhee no pudiese verlo directamente—. Soy la razón de por qué el equipo te molestaba, porque yo lo empecé. Era estúpido, pero se sentía como la única manera de que no se viera extraño aunque sabía que era una pésima idea.

—T-Tú... me mentiste...

—Te mentí todo el tiempo, desde que me guardé mis razones para perseguirte. Chanhee, yo... no voy a terminar nada, porque no creo que sea el momento para terminarlo.

Sentía ganas de llorar, pero sabía que no era tiempo de hacerlo. Él no era la víctima, y tampoco intentaría volverse una.

Finalmente se lo había dicho, y si las cosas terminarían ahí, al menos tendría la certeza de que se había ido con la verdad, y no se había llenado de mentiras que lo hicieran sentir mejor otra vez.

—Yo... no sé qué decir —balbuceó el menor, tratando de fijar la mirada en Seokwoo—. Eres muy estúpido, ¿lo sabías?

—Lo tengo más que claro —sonrió, atreviéndose a mirarlo también—. No se puede vivir de ilusiones toda la vida, ¿o sí? 

—No se puede vivir sólo imaginando a una persona, ¿o sí?

No tenía respuesta para eso.

Se estiró en el césped, y soltó una breve carcajada de alivio, imaginando que desde ahí, olvidar o recordar se le haría más sencillo.

Miró fijamente las hojas del árbol que estaba sobre ellos, y todo parecía muy sereno y cómodo a su alrededor, excepto por ellos.

Cerró los ojos, y poco a poco sintió la cercanía del menor que había estado junto a él durante todo ese tiempo. Su pequeña y helada mano se posó sobre la de Seokwoo, en un gesto que ninguno de los dos entendía bien, y acercó su rostro hasta donde ambos pudiesen verse de cerca.

Todo se volvía simple, y complejo al mismo tiempo.

No abrió los ojos hasta cuando sintió los cálidos labios de Chanhee sobre los suyos, siendo contrastados por las pequeñas y frías manos que le tomaban del cuello para atraerlo hacia él.

¿Qué era lo que estaba pasando?

Sólo había revivido los besos de Chanhee en sueños, o simples escenas que se repetían en su cabeza por lo menos una vez al día.

Era extraño, porque él había decidido besarlo después de todo lo que se habían dicho, y todos los insultos con los que se había dirigido. Habían estado llorando, y hablando sobre todo lo que pensaban de ellos como pareja.

Y, ¿qué le impulsaba a besar a alguien a quien decía odiar?

¿Por qué besar al responsable de todos sus abusos?

Ni modo.

Tomó la mano que le había aprisionado el cuello con fuerza, y continuó el beso con seguridad, esperando no recibir una respuesta negativa por parte del menor.

Siguió por varios segundos, que se hicieron breves para ambos cuando Chanhee detuvo el beso.

Se miraron fijamente a los ojos, provocando un fuerte color rojo en las mejillas de cada uno. Ninguno podía creer lo que acababan de hacer.

No tenía sentido alguno.

—Discúlpame —se apartó de inmediato, dándole la espalda como si buscara evitar el contacto visual—. Yo... no quise...

—Chanhee —le tomó el hombro, siendo apartado inmediatamente por el menor.

—Nunca me dijiste que sería tan difícil tenerte lejos. Tú sólo te despediste como si fueses a volver en un par de semanas y yo... Bueno, supongo que la culpa fue mía por esperar tanto algo que sabía que nunca iba a pasar.

Le gustaba el nuevo Chanhee.

Tenía más personalidad.

—Creo que no hay nada más que pueda decir para salvar la situación —comentó, haciendo su mejor esfuerzo por pensar en algo.

—Podrías decirme que volverás a Corea, y todo estará bien, ¿no?









Por decisión propia [RoChan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora