Día 2. El guía

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18 de Septiembre. Lunes


Hoy el trayecto por Nueva Delhi lo hacíamos con guía. No lo habíamos solicitado, ni aparecía en las hojas del itinerario, así que nos supusimos que entraba dentro del precio y no nos pareció mala idea. Entendimos que iba a ser sólo ese día. Cuando bajamos al parking del hotel, Anil estaba ya allí, hablando por teléfono, el guía había tenido un problema y estaba con una urgencia médica así que nos fuimos solas a visitar la Tumba de Humayun. Aquello era precioso, templos dentro de jardines perfectamente cuidados, no parecía que estuviesemos en Delhi. El único pero es que había un montón de libélulas y tengo pánico a todo insecto volador, cuanto más grande peor. La entrada 500 rs.

Cuando nos dirigíamos para el siguiente templo, Qutab Minar

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Cuando nos dirigíamos para el siguiente templo, Qutab Minar...o la torre de piedra más alta de toda la India, Anil nos comunicó que otro guía se iba a incorporar para la siguiente visita. Le pregunté mientras le esperábamos en el parking que si el guía entraba en el precio y nos dijo que si, aunque no sus propinas, y nos adelantó que íbamos a tener más guías, casi uno por cada día de excursiones. Con eso no contábamos, más que nada por el tema de las propinas. Entre las comidas y las tips, nos íbamos a quedar sin un duro.

Cuando apareció el guía nos sorprendimos muchísimo porque hablaba castellano. Bueno, lo intentaba al menos el hombre. A su manera y chorreando gotones de sudor, nos iba explicando los monumentos y la historia de los sitios.

De ahí nos fuimos a ver la puerta de la India, plagada de turistas indios que nos pedían fotos, y pasamos en coche también por delante de la casa el presidente recorriendo la calle real que unía un punto con el otro.

Más tarde después de la visita nos llevaron a comer a un restaurante muy bueno y de categoría según ellos, aunque no les habíamos pedido nada. Y no les faltaba razón, cuando entramos estaba lleno de alemanes y turistas extranjeros más bien de mediana edad y posiblemente más apoderados que nosotras dos. En vista de lo que vivimos el día anterior con los precios de aquel restaurante vacío nos temimos lo peor. 

Al abrir la carta buscamos lo más barato, aunque según el guía lo que salía mejor de precio era coger un menú "fico" (nos queda la duda de si "fico" era el nombre del menú o se refería a "fijo") que costaba 700 rs cada una con tasas incluidas. 1400 rs no íbamos a pagar ni de coña. Nos habían dicho que en la India se comía barato y veníamos con un presupuesto para comer barato, no para comer como en España. Aí que nos decidimos por una pizza 4 estaciones de 599 rs para compartir y sin bebidas. Acabábamos de comprar en la calle 2 pepsis y si tendríamos sed podíamos escapar al baño. Suena cutre, pero solo llevábamos 2 días y veíamos peligrar nuestro presupuesto.
SIN TERMINAR DE COMER, un camarero nos dijo que teníamos que pagar 843 rs, y lo más curioso es que nos lo escribió en un papel y nos lo enseñó como a escondidas. Le pregunté si podríamos terminar de comer primero (vamos, lo que faltaba...) Estábamos flipando. Cuando terminé intenté llamarle unas cuantas veces pero el hombre me evitaba y pasaba de mi, al final, elevé un poco el tono y le dije que me trajera la nota. A parte de las tasas del plato, nos cobraban un 9% por cada una. Le pagamos y le dejamos 0,10 rs de propina, espero que se atragantara con ella por ser tan maleducado y desagradable.
Salimos de allí escopeteadas y muy disgustadas, con ganas de hablar con Anil y el guía, a este paso nos quedábamos peladas si continuábamos a ese ritmo. Le enseñamos a Anil el recibo y se lo guardó. Por qué se lo guardó? Ni idea...

Diario de un viaje a la IndiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora