Día 12. Enfado en la mezquita

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28 de Septiembre. Jueves


Cuando llegamos a Delhi era ya muy tarde para llegar a tiempo al hotel y desayunar, otro día más nos perdimos el desayuno. En la estación estaba esperándonos Somet, como Somat de Somatoline, pero con E (era la única manera de recordar nombres, al fin y al cabo ya iban unos cuantos conductores). Me pasó el teléfono para que hablara con Haroon el cual nos dio la bienvenida a Delhi de nuevo y nos comentó que el nuevo conductor iba a estar a nuestra disposición durante el día pero que quería vernos al final del recorrido para comentar lo ocurrido con Anil y como nos parecía justo le dijimos a todo que OK. Somet era joven, vestía bien y tenía el mejor coche de todos hasta ahora, aunque era un poco chulillo, pero bueno, al menos le entendía bien el inglés.
Nos llevó al hotel donde descansamos un rato y a las 13h empezamos el recorrido de las cosas que nos habíamos quedado sin ver en los 2 primeros días. Primero nos llevó al Lotus Temple que estaba bastante apartadillo. Dejamos la mezquita para mas tarde porque se supone que de 13h a 15h están orando. Nos dejó en el parking que estaba al otro lado de la carretera de donde comenzaba el recinto. Como en todos los demás sitios, los recintos eran grandes, siempre rodeados de jardines y abarrotados de gente. La estructura de ese templo es muy bonita. Sinceramente pensé que se trataba de un centro de exposiciones o que se utilizaba para algo con fines culturales, pero no...es un templo que lleva otra religión. Creo que ya he perdido la cuenta de los dioses y religiones que hay en India.

Al salir nos dirigimos a la mezquita ya que habían pasado ya las 15h, y como el tráfico estaba fatal, Somet nos dejó en la carretera y nos dio instrucciones para llegar hasta allí ya que desde donde estábamos no se veía el inmenso edificio. Pues ahí que fuimos, por una calle con mercado, rodeadas de musulmanes que una vez más nos miraban raro raro...y llegamos a una escalinata por la que se entraría a la mezquita. Al llegar hasta arriba y ver la puerta de entrada nos quitamos los zapatos y sacamos nuestro pañuelo para cubrirnos. Dejamos los zapatos a cuidado de un hombre allí sentado y antes de entrar viene un hombre corriendo con un taco de boletos en la mano pidiéndonos 300rp a cada una para entrar.
JA, que te lo crees tu... la mezquita es gratuita, o no es gratuita? Me lo decía tan convencido y enfadado el hombre que ya me entraban dudas. Musulmanes gratis, resto pagar. La otra vez que quisimos entrar no había nadie en la puerta cobrando! Me fijé alrededor y comprobé que había un par de turistas contemplando las vistas desde arriba de la escalinata. De mientras a Gemma la intentaban poner una especie de vestido para cubrirle todo el cuerpo. A mala leche le dijimos que lo dejara que ya traíamos lo nuestro. En cuanto consiguió que el otro le quitara el trapo nos fuimos directas a los turistas. Me dijeron que creían que era gratis también, pero no estaban seguros. Volvimos a la puerta dispuestas a entrar, diciéndole al hombre que nos ha mentido, que la mezquita es gratis, pero aun así no me dejaba pasar. Ahora nos decía que fuésemos por otra puerta. Me asomé para ver donde podría estar la otra puerta, me imaginé que sería por la que intentamos entrar la primera vez, pero no se veía la manera de llegar allí a no ser que atravesaras las calles y dieras la vuelta al ruedo, cosa que no nos apetecía, sobre todo porque estábamos ya cansadas de tanto engaño.
Me dirigí de nuevo al hombre y apuntándole con el dedito en su fea cara le di las gracias, gracias a ti no voy a poder admirar TU mezquita, gracias a ti no hablaré de TU querida mezquita y gracias por mentirnos y ponernos las cosas tan fáciles una vez más. El hombre esquivaba mi mirada, se hacía el loco ahora, como si no tuviese a nadie delante chillándole. Nos dimos la media vuelta, recogimos nuestros zapatos y por una vez, noté a alguien con un mínimo de dignidad allí.
Le ofrecí al hombre que estuvo vigilando los zapatos 20 rs y no me las cogió, dijo que si no habíamos visitado la mezquita que no hacia falta, no nos iba a cobrar. Insistí, ahora por su buen hacer, pero lo rechazó. Nos animó a entrar pero era tal el cabreo que nos fuimos por donde habíamos vuelto.

De nuevo atravesamos la calle y fuimos en busca del coche que estaba aparcado un poco más adelante de donde nos había dejado

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De nuevo atravesamos la calle y fuimos en busca del coche que estaba aparcado un poco más adelante de donde nos había dejado.
Siguiente parada el Raj Gath, lugar donde se realizó la cremación de Gandhi en el año 48. Sitio tranquilo, en fila entras en el recinto y pasas por delante de una llama y placa de conmemoración. Es mucha la gente que se acercaba a verlo, de hecho estaba allí la televisión realizando una entrevista y creo que estaban hablando de eso mismo, de la cantidad de gente que viene a visitar el lugar. La cámara empezó enfocando a un grupo de religiosas que se agrupaban detrás de la entrevistada, y luego el periodista nos empezó a señalar queriendo decir que no solo se acercan hasta allí autóctonos sino también turistas. La cámara ahora estaba cara a nosotros, íbamos a salir en la TV India!! (lo que no nos pase a nosotras...)

Para terminar el recorrido Somet nos dejó en la oficina de Haroon. Aceptamos a tomar una te y un agua, y empezó disculpándose por los actos de Anil aquella noche camino a la estación. Nos comentó que ya había hablado con él, justo el día anterior, y que tomó esa equivocadísima decisión de dar la vuelta y conducir en dirección contraria porque previamente había parado a preguntar por el acceso a la estación y le habían dicho que las carreteras se encontraban inundadas, por eso cogió la autopista y por eso, cuando se pasó su salida dio la vuelta sin pensárselo dos veces. MENTIRA.
La única vez que Anil paró fue después de todo lo ocurrido y a 2 minutos del destino. Paró únicamente para asegurarse de que iba bien. Así que le dije que todo aquello era mentira, pero que bueno, que gracias a dios no había pasado nada.
"No te preocupes Haroon, nos llevamos muy buenas experiencias de este viaje y nos quedamos con eso. Te damos las gracias por ponernos hoy conductor cuando no nos correspondía, y así poder terminar de ver lo que Anil no nos enseñó".
Ante eso el hombre nos preguntó que cual era nuestra idea para el día siguiente, nuestro último día en Delhi. Bueno, pues nuestros planes eran meternos en un centro comercial y empezar a aclimatarnos a nuestra vida en Europa. Ver las tiendas de Zara, H&M, comparar precios y hacer compras de ultima hora. Quedó en proporcionarnos de nuevo el servicio de conductor con Somet, al cual no le hizo ni pizca de gracia, y nos invitó a cenar después en su casa. Nos prepararía comida india y nos preguntó sobre gustos de especias, carnes etc... Lo que sea pero sin coriander por favor!!!
De vuelta en el hotel nos dimos un homenaje y decidimos cenar en el restaurante, posiblemente el mas caro de toda Delhi. Consultamos a un camarero y nos dijo que en principio no tenía nada coriander, pero cuando volvimos a consultarle a otro finalmente resultó que un plato, solo uno de la carta, no llevaba cilantro. Así que nada, lo pedimos junto con un plato de pasta carbonara. Mezcla rara, italiano e indio, pero es lo que había. Nos supo a gloria. El plato indio, una especie de requesón albardado, que recuerdo que nos habló de él la colombiana en la estación, el Paneer Tikka, delicioso. Los espaguetis riquísimos y de postre, nuestro postre estrella, el Gulab Jamun. Exquisito. Por esos 2 platos, con postre y 2 limonadas caseras... nos gastamos unos 45€, una barbaridad, pero había que darse un último capricho.

Diario de un viaje a la IndiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora