6.- Lip & Hip.

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Salir con Kim Taehyung no se encontraba en sus planes y se suponía que no se encontraría hasta encontrar toda la jodida confianza que nunca había logrado obtener. Sin embargo, el joven la había llamado de la nada y la había invitado a salir ¿Cómo se suponía que debía rechazarlo? Sí el tipo le gustaba tanto como para obligarla a buscar en su closet algo decente. Por supuesto que Tzuyu le ayudó en todo lo que pudo, pues su amiga conocía a la perfección lo último en moda y era la primera persona que deseaba ver a Sanae junto a alguien.

— Deberías ponerte maquillaje. — Dijo la chica, mirando a Sanae por el espejo. — Algo discreto. No todo el tutorial de Patrick Star.

Sanae negó y sopló el mechón de cabello que le caía por la frente. Por primera vez en muchos años, llevaba una coleta dejando atrás a sus confiables trenzas y fue hasta ese momento, que se dio cuenta en lo largo que tenía el cabello.

Negó repetidas veces y se miró en el espejo.

Unos jeans ajustados, con una blusa sin magas color blanca.

— No me veo bien... esto es demasiado revelador. — Dijo, señalando a su blusa,

Tzuyu puso los ojos en blanco y suspiró, exasperada.

— Me da flojera lo virgen que eres. — Espeto.

Sanae la fulminó con la mirada.

— ¿Qué? O sea, no puedo encontrarme con Taehyung pretendiendo ser otra.

Tzuyu terminó por asentir y se acercó al closet de nuevo. Extrajo un blazer color negro, que Sanae compró para la boda de una de sus primas.

— Esto es perfecto. — Tzuyu se lo tendió a su amiga, quien se lo puso enseguida. — Solamente faltan los zapatos.

Sanae se acercó hasta el compartimiento en donde guardaba su calzado y buscó un par de zapatos negros de piso.

Tzuyu puso cara de asco.

— ¿Tienes tacones?

Sana negó con la cabeza.

Desesperada, Tzuyu buscó un par de zapatos decentes, sacando de los más recóndito una caja con un par  completamente nuevos.

— ¿Qué es esto? — Preguntó, abriendo la caja, encontrándose con los zapatos más bonitos y caros que hubiera podido ver.

Eran color negro, con un tacón discreto. No había adornos ni brillantes. Solamente una pequeña hebilla dorada.

Sanae miró el par, intentado recordar su procedencia. Al hacerlo, pegó su puño con la palma de su mano y abrió la boca.

— Son el regalo que me dio NamJoon en mi cumpleaños. — Declaró.

Tzuyu giró los ojos y golpeo su frente exasperada.

— ¿Por qué no los has usado? — Preguntó.

Sana se encogió de hombros.

— Son demasiado altos. — Respondió.

Tzuyu negó con la cabeza y los sacó de su caja, para dárselos.

— Pues es una lástima, por qué te los pondrás hoy.

Sanae conocía a Tzuyu y sabía que, aunque intentara discutir, su amiga no aceptaría un no por respuesta. Obediente, tomó el par de zapatos y se dirigió a la entrada de su departamento para ponérselos y salir de una vez.

Tzuyu le llevó una mochila café con todo lo necesario para su supervivencia en la primera cita. No obstante, Sanae había metido a escondidas un libro, su libreta y una pluma, por si se le ocurría algo interesante para escribir.

Se despidió de su amiga y salió de casa. Al cerrar la puerta, se giró encontrándose con un muy sorprendido Jung Hoseok.

El pelirrojo la miró sorprendido, recorriéndola de pies a cabeza, sin nada de malicia en el rostro. Simplemente maravillado, por qué ver a Ki Sanae tan arreglada sucedía una vez cada mil años.

— Sana... — Dijo, con voz apenas audible. — Wow... te ves... wow.

Sana comenzó a reír.

— ¿Me veo bien? — Hoseok asintió, Sanae volvió a hablar. — Espero, me veré con un chico y bueno...

El rostro de Hoseok cambió de inmediato, miró a Sana una vez más y preguntó:

— ¿Con un chico? Amm... No es tú novio ¿O sí? — Preguntó.

Sana negó rápidamente, completamente ajena a los sentimientos de su vecino.

— Oh... no, no, no. Es solamente un amigo. — Declaró.

— ¿Un amigo? Yo soy tú amigo y nunca te has arreglado así para mí.

Sana comenzó a reír.

— ¿Lo siento?

Hoseok suspiró y abrió su departamento. Estaba celoso, pero no tenía ningún derecho de reclamarle a la joven. Asintió y esbozó una débil sonrisa, enmarcado un par de hoyuelos en la comisura de sus labios.

— Está bien. Que te diviertas. — Musitó.

Sana sonrió y asintió.

— Claro, gracias Hobi. Nos vemos.

Hoseok asintió y entró en su departamento. Su corazón acelerado, le dio la respuesta del milenio. Si no deseaba volver a sentirse así de mierda, debía actuar.

Sí Sanae regresaba soltera de aquella estúpida reunión, Hoseok le hablaría sobre sus sentimientos. Estaba decidido.

(***)

Al llegar a Gangnam, buscó la cafetería en donde Taehyung la había citado. Al encontrarla, entró. Era un poco tarde y aunque la chica odiaba con todo su ser la impuntualidad, Tzuyu le había dicho que una mujer siempre se tiene que dar a desear. Llegar 10 o 15 minutos tarde era lo ideal.

Desde la distancia, miró una mano levantarse, Taehyung le sonrió y le indidó que se acercará.

Sanae le devolvió la sonrisa y se acercó al chico.

— Lamento mucho la tardanza. — Dijo, verdaderamente avergonzada.

— No te preocupes. También acabo de llegar.

Y no era mentira, de verdad Taehyung acababa de llegar, por qué Tae era la persona más impuntual sobre la faz de la tierra.

Pronto comenzaron a conversar. Sanae no sabía que la intención de Taehyung no era otra más que investigarla un poco. Estaba realmente interesada en el castaño, por lo que se había decidido por ser completamente transparente e intentar lograr que el chico se interesase en ella.

Sin embargo, Taehyung jamás demostró interés en la chica, más allá de la amistad. El joven jamás la alagó por su atuendo y tampoco noto el esfuerzo de Sanane por verse bien para él.

Simplemente le preguntaba por su trabajo y no paso mucho tiempo para que preguntará sobre el origen de su Don.

Sanae no tenía una respuesta para eso, por lo que la conversación decayó demasiado. En determinado momento, Taehyung sonrió arisco y miró a la joven.

— Creo que podrías ser a alguien que necesito, pero no estoy seguro aún ¿Vienes de una familia de monjes?

Sana frunció el ceño y negó.

— Creo que no...

Taehyung asintió.

Se quedaron en silencio un momento ¿Qué pasaba? Tae no parecía ser la misma persona.

Entonces, cuando estaba a punto de darse por vencida, Sanae escuchó una voz conocida decir su nombre. 





Jeongsin. pjm BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora