18.- 사랑의 눈물.

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— Estuve buscándote toda la noche, pero simplemente desapareciste — Hoseok estaba molesto, era evidente, pero Sanae agradeció que el joven no levantará la voz — ¿Hice algo malo? — preguntó.

Sanae tragó saliva y bajó la mirada evitando la del muchacho. Negó con la cabeza débilmente, sin hablar. Cuando tocaron a su puerta, Tsuyu se encargó de averiguar de quien se trataba, Sana supo que no podía evadir al muchacho toda la vida, por lo que, decidió salir y enfrentarlo.

Hoseok la tomó por los hombros y suspiró, con una mano tomó el mentón de la chica y la obligó a mirarlo a los ojos.

— Lamento mucho que no te hayas divertido — se disculpó.

— En realidad, si me divertí — declaró — debo ser sincera y decirte que no me gustaron muchas cosas, pero no puedo pedirte que seas perfecto, esto se trata de conocernos y créeme que lo intentaré.

Hoseok esbozó una dulce sonrisa y asintió, Sanae era exactamente el tipo de chica que adoraba, pero no podía sacarse de la cabeza el refinado rostro de Kim Taehyung y la estúpida imagen que había creado en su cabeza del chico junto a Sana. Había decidido que no perdería, pues tenía la esperanza de superar al moreno y vaya que lo haría, costará lo que le costara.

— ¿Te molestaría cenar conmigo esta noche? — preguntó.

— Me gustaría, pero no puedo hacerlo. Tengo visitas en casa y al parecer se quedarán hasta tarde.

— ¿Visitas?

— EunJae y YeJi —confesó.

Hoseok asintió.

— Ayer, cuando regresábamos a casa, Kihyun y JungKook estaban desesperados buscando a esa chica. Jimin no lo dijo, pero estoy seguro que te buscó. Taehyung... ese chico no dejaba de preocuparse por su hermana.

— Es natural, son hermanos. Bueno Hoseok, si no te molesta, tengo que entrar y atender a mis amigas.

El chico miró a Sanae dándose por vencido y asintió, dejando partir a la muchacha. Sanae cerró la puerta no sin antes sonreírle una última vez a su amigo. Tal y como había pensado, no podía dejar de ver a Hoseok como un buen amigo, estaba metida en grandes problemas, por qué estaba haciendo lo que no quería, lastimarlo.

Hace un buen rato que sus amigas habían partido, confiaba en que Hoseok no se daría cuenta y decidió continuar con su mentira.

Se dirigió al baño y se dio una ducha corta, de su closet extrajo unos pantalones holgados, una blusa psicodélica con colores extraños y se los puso casi de inmediato. Era una chica liberal, no solía usar sostén muy seguido, por qué no lo veía necesario, sus pechos eran casi como los de una puberta y no tenía sentido. Se trenzó el cabello y se puso los anteojos, al llegar hasta la puerta, se calzó unos converse blancos, tomó su morral y salió de casa en silencio.

Cuando por fin estuvo en el estacionamiento, se montó en su bici y aceleró tan rápido como se lo permitieron las piernas, quería perderse para aclarar su mente y tenía que buscar un lugar al cual poder ir. Jimin había descubierto el lago y así, el sitio había dejado de ser secreto para la chica.

Se había demorado una hora en busca del lugar apropiado, hasta que por fin encontró un gran jardín a las afueras de la ciudad. Buscó por todos lados un letrero que le prohibiera la entrada, pero por suerte no lo encontró. Nerviosa, invadió el sitio y se sentó en el suelo; extrajo su libro del morral y comenzó a leer, intentando no pensar en nada.

¿Cuánto tiempo pasó? No lo sabía con certeza, de repente, escuchó unos pasos acercarse y levantó la vista por inercia. Levantó la vista para averiguar de quien se trataba y tragó saliva al ver la figura enfrente suyo.

— ¿Qué haces aquí? — Jimin miró a Sanae y metió las manos en los bolcillos de su saco, suspiró — Primero te desapareces y ahora apareces de repente en mi casa, sentada en mi jardín. Eres una mujer muy molesta.

Sanae miró a su alrededor.

— ¿Tú casa? Creí que eras un pervertido y que me estabas siguiendo.

Jimin levantó una ceja.

— Yo creí que eras una acosadora y que habías venido buscando a Taehyung.

Sanae bajó la mirada avergonzada, recordando de repente lo que Park había hecho la noche anterior.

— Por ahora no quiero verlo — musitó, poniéndose de pie para salir de ahí —, es una suerte que te haya encontrado a ti y no a él.

Jimin asintió.

— Espera... — dijo con voz apenas audible — lamento mucho lo que te hice ayer, me comporté como un idiota.

Sana sonrió sin ganas y asintió.

El corazón de Jimin pareció detenerse al presenciar una mueca tan vacía como esa. De pronto, el miedo de ser odiado por la chica a la que adoraba, invadió su cuerpo llenándolo de un pánico momentáneo.

— Pero no puedo evitarlo — espetó —, estaba celoso.

Sanae posó la vista en el joven, sorprendida.

— ¿Celoso?

— Llegaste a ese lugar con otro hombre, creí que solamente tenía que vencer a Taehyung, pero no es así.

— Jimin...

— ¿Sanae?

— Tengo que irme — Sanae estaba dispuesta a huir, sabía que Jimin solía hacer ese tipo de bromas y no tenía intención de jugar con él.

Jimin la tomó por la espalda y enredo sus manos alrededor de su cintura. Ocultó su rostro en el cuello de la chica cerrando los ojos, perdiéndose en su aroma. Adoraba a aquella mujer, pero era un imbécil incompetente, pues no sabía expresarle su amor.

— Jimin... suéltame por favor — el cuerpo de Sana comenzó a temblar.

Jimin negó con la cabeza.

— Eres una mujer muy fea — declaró.

Molesta, Sanae lo golpeo en la costilla.

— ¡Sí, sí soy fea! Suéltame ya.

Jimin comenzó a reír y se aferró más a la muchacha.

— No sueles arreglarte, no sueles maquillarte, nunca usas sostén y eres pésima caminando con tacones.

Sana comenzó a moverse luchando por separarse de Jimin, pero las fuerzas del muchacho no hacían más que aumentar.

— Pero quiero que seas mía, por qué te necesito más que nadie — Sanae sintió su cabello húmedo, se detuvo en el acto para escuchar lo que el joven tenía que decir —. Me duele cuando miras a Taehyung y me vuelvo un imbécil cuando tocas a otro. No quiero que nadie más te vea... a veces creo que necesito amarrarte a mi lado, pero no puedo hacerlo ¿verdad? Nunca antes me había enamorado, lo siento. Soy un novato en esto.

Sanae se giró entre los brazos del muchacho, sintiendo como su corazón comenzaba a latir. Tragó saliva y llevó una mano hasta la mejilla del chico, admirando encantada aquellos ojos llorosos y suplicantes por amor.

— ¿Hablan en serio?

Jimin asintió.

— Te amo Sanae. Te amo demasiado.

Entonces, la chica sintió sus labios hormiguear con urgencia. Esbozó una dulce sonrisa, por qué el deseo de estar al lado de ese muchacho era más fuerte que sus impulsos. Se puso de puntitas para alcanzar los labios de Jimin y cuando tuvo la oportunidad, lo besó sin darse cuenta que una lágrima de felicidad recorría su rostro y caía al suelo consagrando aquel mágico momento. 


사랑의 눈물. salang-ui nunmul. Una lagrima de amor.

De hecho iba a cambiar el nombre del capítulo a una lágrima por amor. Pero ya había copiado y pegado, quería ahorrarme la fatiga. 

Jeongsin. pjm BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora