19.- 버블.

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Era demasiado extraño estar en la situación en la que se encontraba, Jimin le causaba un sentimiento profundo y extraño que le llenaba el alma por completo y aunque ambos eran demasiado diferentes, parecían haber nacido el uno por el otro.

Después de una larga semana desde aquel beso, se habían convertido en una pareja. Jimin sonreía más de lo normal y Sanae salía de casa con mucho mayor frecuencia para poder encontrarse con su enamorado.

Todo marchaba de maravilla hasta que Sanae cayó en cuenta que había dejado pasar una semana completa sin escribir, faltaban dos días para entregar el avance de su nueva novela y sabía que no podía darse el lujo de retrasar la entrega.

Jimin quedó de visitar su departamento pasando el medio día, Sanae comenzó a escribir desde temprano para poder estar un momento junto a su novio, mientras Tsuyu y MinHa revoloteaban por el sitio recogiendo cualquier cosa que estuviera fuera de lugar, teniendo en cuenta que Sana no le importaba en lo absoluto el estado de su departamento.

Como pensó, el tiempo no fue suficiente para escribir las 50 páginas que tenía que entregar, escuchó el timbre cuando salía de su habitación para poder tomar un respiro y suspiró viéndose atrapada por la presión. Por su mente pasó la posibilidad de cancelarle a Park para poder retomar su trabajo, pero su corazón deseaba sentir cerca al muchacho.

Se dirigió a la puerta sin verse al espejo, aún llevaba su pijama puesta y su cabello estaba sujetado en una coleta alborotada y mal hecha ¿tendría mal aliento? La última vez que se había cepillado los dientes fue esa mañana y no recordaba haber probado nada, se encogió de hombros y abrió la puerta sonriendo instantáneamente cuando miró a Jimin parado enfrente suyo, tan pulcro como siempre. Esa tarde vestía unos jeans rasgados con unos zapatos negros de charol. Su camisa a cuadros estaba ligeramente descubierta del pecho dejando ver un poco sus clavículas.

Sana tragó saliva y Jimin sonrió.

— ¿Llegó temprano? — preguntó percatándose del atuendo de su novia. Se inclinó ligeramente para plantar un beso en los labios de la chica y volver a sonreír.

Sana negó con la cabeza y se hizo a un lado para dejar pasar al muchacho.

— En realidad, no, estaba trabajando y el tiempo simplemente pasó — sentenció encogiéndose de hombros —. Quisiera decir que me arreglaré, pero ambos sabemos que eso no va a pasar.

Jimin negó con la cabeza y puso los ojos en blanco.

— ¿No te importa ponerte bonita para mí?

— ¿Acabas de insinuar que no soy bonita si no me arregló? Por qué si lo hiciste comenzaré a darte un sermón.

Jimin bufó y recorrió el departamento con parsimonia.

— Ok, lo siento. Sabes que creo que te ves hermosa, pero quisiera creer que te importo un poco, es decir, soy tu novio.

— Sí Jimin... no me gustan las relaciones afectivas y el simple hecho de besarte en los labios es razón suficiente para saber que me importas.

Jimin comenzó a reír.

— Tienes un punto, pero buscaré otra excusa. Oye... ¿Ellas se quedarán aquí?

Tsuyu y MinHa se frenaron en seco, conocían la identidad del espíritu del fuego y sabían que podía verlas, pero no creían que sería capaz de cuestionar su permanencia en el sitio.

— ¿Quieres que estemos solos? — preguntó la chica.

Jimin la miró anonadado.

— ¡Pues sí! ¡Somos novios!

Jeongsin. pjm BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora