El beso (La fiesta de Compromiso Parte 2)

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Los labios de Pucca y Garu se unieron en un beso que ambos deseaban con todo su corazón.
Pucca no podía creer lo que estaba pasando, en un momento estaban bailando y Garu quería preguntarle algo y al otro estaba unida  a él en el acto mas romantico del mundo. Sus respiraciones se sincronizaron para que ninguno rompiera ese momento magico.
Recordo cuantas veces corrio tras él para darle un beso en la mejilla, la vez en su cumpleaños que le mando un beso con tal de que no descubriera su fiesta sorpresa o aquella vez en que un clon suyo se rebelo. Ahora en estos momentos sus labios tocaban los de él sin necesidad de obligarlo. Abrio ligeramente sus ojos para ver como Garu tenia cerrado los suyos, una clara señal de que realmente estaba disfrutando el beso. Pucca deseo con todo el alma que este momento nunca acabará que fuera inmortalizado en alguna fotografía o algo que pudiera llevarse a Inglaterra para recordarlo el resto de su vida. 

Por su parte Garu, quien se habia acercado para propiciar el beso, estaba nervioso penso que en cualquier momento Pucca se iba a separar de él y le iba  a propiciar una cachetada o un golpe y alejarse de él para siempre. Sin embargo, al abrir ligeramente sus ojos observó la imagen más tierna que de toda su vida,  Pucca mantenía los ojos cerrados entregándose al beso. Al cerrar nuevamente sus ojos su mente se puso en blanco, ni siquiera aquel viaje astral que había hecho cuando niño había logrado tal efecto en él, era una sensación tan magica, tan increible, no había ninguna duda lo que sentia era... ¡AMOR!

La pareja dejo de escuchar la musica y se concentro en los latidos de sus corazones que retumbaban al unisono. El mundo se había detenido, ellos se habían detenido enmedio de la pista.

Ching y Abyo los observaban con  una sonrisa en el rostro, habían logrado su cometido. Ya no eran unos niños que jugaban a ser mayores y tenían aventuras como cuando recorrieron el mundo en busca de los hermanos chefs ahora, todo era distinto. Tenían 21 años y la madurez los había alcanzado. A Ching se le escapó una lágrima que Abyo seco con un beso.

--- Te dije que Garu había cambiado
--- Y Pucca ya no es una niña ingenua --- respondió Ching sin dejar de bailar ---  Hemos crecido
--- Huele a boda --- dijo Abyo agarrando una flor de una mesa cercana y poniéndosela a Ching en el pelo --- Esperemos que sea después de la nuestra

Los ojos de Ching se ensombrecieron por una fracción de segundo, lo suficientemente rápido como para que Abyo no lo notará. 

--- Por supuesto, mi amor.

Tía Mikku ya llevaba tiempo observando a su sobrina.

--- ¿En que piensas, Miku? --- le pregunto tío Ho.
--- Ese joven me llama la atención
--- Garu, su nombre es Garu, era el amor de la infancia de Pucca

Tía Mikku lanzó una leve carcajada al comprobar sus sospechas

--- Me lo imagine, desde el momento en que me lo presento.  Nunca la había visto tan nerviosa enfrente de un chico, ni siquiera cuando estuvo con él

--- ¿Con quien? --- pregunto tío Ho curioso. Tía Mikku lo volteo a ver y lo miro directamente a los ojos --- Entiendo. Sabía que no era el indicado para Pucca.
--- Ni yo querido Ho, ni yo. Sin embargo, las circunstancias la unieron con él durante un tiempo. Espero no volver a verlo.

Pucca no quería romper el beso, no quería separarse de Garu pero la falta de oxígeno estaba afectando su cuerpo. Gary tenía mayor resistencia pero temía que si continuaba iba a tener a una Pucca desmayada entre sus brazos y era lo que menos quería.  Al menos, en esas circunstancias.

--- Espero no interrumpir nada importante.

Una voz masculina proveniente de la entrada interrumpió la música,  el baile y separó por fin a los enamorados. Todos giraron  a  ver quien era el dueño de la voz. Tía Mikku la reconoció al instante y se acercó  lo más que pudo a la entrada sin romper el aire de tensión que reino en un instante el restaurante. 

Pucca miro fijamente a la entrada y al individuo parado a mitad de ella, Garu pasaba su mirada de Pucca al hombre y de regreso a Pucca. No entendía el repentino palidecimiento de su amada y el ligero temblor de su labio inferior. Ching y Abyo caminaron lentamente hasta posarse junto a la pareja sin dejar de mirar la entrada. Ching discretamente le tomo la mano a Pucca quien recuperó de golpe su color de piel.

Pucca no podía creer lo que sus ojos veían,  los recuerdos del pasado empezaron a surgir en su mente y un dolor, antaño olvidado, regreso a su corazon . Tenía que hacer algo rápido o las cosas empezarían a tornarse feas.
Garu giro lentamente, no sin antes ver que todos estaban tensos,  hacia Pucca tomandola de la mano y tragando saliva, intento preparse para lo peor.

--- Pucca, ¿Quien es él?


Una nueva Esperanza (Pucca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora