ii. Scam.

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ACT ONE

THE MARAUDERS; DECEPTION

THE MARAUDERS; DECEPTION

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—Entonces, señorita Maitte ¿Usted tiene sentimientos románticos por el señor Potter? —Indagó el hombre de barba.

—Si —susurre mientras un rosa apenas notorio llegaba a sus mejillas.

—Entonces, ¿Qué me segura que no fue usted la que planeó esto para captar la atención del señor Potter? —Consultó.

—Albus —reprochó Minerva.

—No, no importa, profesora. Soy el blanco fácil para todos últimamente —Albus relajó su expresión facial, mientras bajaba sus cejas en señal de disculpa. —No me importa si confía en mí o no, profesor. Sólo le pido que me escuche y luego me acompañe a verificar si lo que digo es cierto o no. Por favor —Pidió la chica.

—¿Qué ocurrió después de eso? —interrogó Dumbledore.

—Bueno, luego nada más llegamos a la estación y junto a los chicos nos despedimos, excepto a James, claro. El día veinticuatro de diciembre nos envió una carta a todos, citándonos en las tres escobas, a las ocho de la tarde. James se disculpó y volvimos a "estar bien" —La chica hizo comillas con los dedos —Los Potter acostumbran a celebrar la víspera navideña con una pequeña celebración con las personas más cercanas, junto con los chicos Euphemia nos invitó. Ellos se fueron para poder alistarse. James y yo nos quedamos charlando en el lugar, después de un rato fuimos a dar vueltas por Hogsmeade. Él me hacía reír y viceversa, claramente con cada cosa que decía, sentía que me enamoraba más de él. Cuando nos fijamos en la hora, ya que, estaba demasiado oscuro nos percatamos de que la media noche ya había pasado y los más probable es que la velada navideña, ya hubiera terminado y estábamos en lo correcto. James me llevo a mi casa, y dos despedimos, mi madre me preguntó dónde estaba, y yo le conté la historia como toda una enamorada. —Dijo la chica un poco avergonzada. —Mi madre y la de James son muy cercanas, así que nuestras familias se llevan muy bien. Sólo James y yo nos conocimos al entrar a Hogwarts.

—Disculpe, señorita Maitte, pero, ¿Dónde entra la señorita Evans a la historia? —el profesor se recargo en el escritorio entrelazando sus manos.

—Justo ahora. —Dijo ella y esperó a que McGonagall se acomodara en la silla que movió para continuar. —El veintiséis de diciembre James llegó a mi casa, llorando...

Flash Back.

PVO's Maitte.

Era de noche, las gotas de lluvia chocaban contra las ventanas con fuerza, el cielo estaba cubierto de nubes grisáceas y espesas tapando las estrellas y la luna. Mis padres habían salido y yo estaba sola y aburrida en la mansión, todo se encontraba tranquilo y en un silencio con el que podía escuchar cada una de mis respiraciones. De un segundo a otro la puerta comenzó a ser tocada con desesperación, asustada me levante del sillón en el que reposaba, debía ser algo grave, miles de ideas cruzaron mi mente, una más peligrosa que la otra. No creía a ninguna persona tan tonta como para salir con semejante lluvia, solo porque sí.

—¿James? ¿Qué haces aquí? —pregunté de inmediato al abrir la puerta. Vi que lloraba y me hice a un lado para que pudiera entrar. —Creo, que alguien si es tan tonto —Pensé.

—Si-Sirius... —sollozó.

—¿Qué pasó con Sirius? —interrogué angustiada por saber que le había ocurrido a mi mejor amigo.

—A él nada —suspire sintiendo como el aire ya volvía a entrar a mis pulmones —Él y Lily...—Sollozó.

—¿Qué les pasó? —pregunté.

—Me... Me engañaron.

—¿De qué forma? —consulté con una ceja arqueada, aunque ya creía saber la respuesta.

Él solo me miro y comprendí que no estaba equivocada con respecto a mi suposición.

—No lo creo, Cornamenta. Canuto realmente tiene un gran resentimiento por Evans. —Le sonreí intentando calmarlo —No sería capaz de hacer eso, ambos sabemos que no es capaz de traicionarte. Seguramente fue una broma de mal gusto.

—No... Ellos me engañaron de verdad, Evans me lo dijo y luego se fue con Sirius. Al parecer solo era una tapadera de Black. Tenías razón Mai, tenías razón, siempre la tuviste. —Me dijo.

Estuve a punto de hacer alguna broma sarcástica, pero no pude hacerlo, él me necesitaba ahora, la estaba pasando mal, le ayudé a quitarse la chaqueta que estaba totalmente mojada y goteaba, nos sentamos en el sillón en el cual descansé anteriormente. Se acurrucó en mi hombro poniendo un brazo en mi cintura mientras me abrazaba, yo acariciaba su cabello, no dije nada dejé que llorara y se desahogara. Si esto es verdad mataré a Evans de la manera más lenta y dolorosa que se me ocurra.

—Perdón —articulo mientras se restregaba los ojos y limpiaba su rostro con la manga de su suéter.

—No importa, tu no usas rímel —sonreí y el soltó una suave risita.

—No, perdón por todo, te insulte muchas veces y... aquí estás consolándome —Me abrazó con más fuerza.

—Para eso estamos los amigos —mis labios seguían manteniendo mi sonrisa. Envolví a James en mis brazos quedando así su cabeza en mi pecho.

—Excepto, Sirius. —Indicó y ambos reímos.

—Mañana hablare con él, no es que no te crea, James. Pero esto me parece muy raro. Tal vez, si fue una broma y... —Suspiré no me di cuenta de que había retenido mucho aire en mis pulmones.

—Entiendo, él también era tu amigo —Me sonrió.

Su sonrisa.

—¿Y los chicos? —indagué.

—No lo sé, no he hablado con ellos desde navidad. —Me dijo, mientras afirmaba el agarre del brazo que tenía en mi cintura. —Tu corazón late muy rápido, como el de un ratón —río.

Su risa.

—No, ese es Colagusano. —Conteste.

—¿Sabes? Lo que más me duele no es que Lily me engañara, hace mucho tiempo que quería acabar con esto, ya no la amo —Mi corazón latió rápido, al oír esas palabras, no obstante, preferí no hablar y proseguí acariciando el cabello de James —Me duele mucho más que mi mejor amigo me traicionara, yo confiaba en él, él era como mi hermano, pero ahora solo puedo sentir odio y repugnancia por una persona así. —Su voz se quebró.

—No, James —musité —no formes sentimientos negativos, por quienes no lo merecen.

Nos quedamos en silencio por unos minutos más, yo cambié el tema de conversación y luego de risas y más risas, nos miramos a los ojos unos segundos y enseguida habló —: Sera mejor que me vaya, ya es muy tarde.

Sus ojos.

—¿No quieres quedarte? —pregunté esperanzada a que su respuesta fuera positiva.

—No lo creo, hermosa, hace mucho que salí de mi casa y de seguro mi mamá estará preocupada. —Contestó.

—Está bien, dales mis saludos a tus padres.

—Eso es seguro —Besó mi mejilla y se fue.

¿Cómo serán sus besos, pero en mis labios?

Sacudí mi cabeza para borrar las románticas fantasías con James, y pensé en lo que Cornamenta me dijo ¿Realmente Canuto fue capaz de traicionarlo? No es que desconfiara de mi amigo, pero debía existir otra explicación, otra versión de la historia y estoy dispuesta a oírlas.

Corrí hasta mi habitación y le escribí una carta a Sirius, Remus y Peter, una para cada uno. Ahora mismo no podría enviar a mi lechuza, no me arriesgaría a que el pobre e indefenso animal muriera atacado por un rayo, esperaría a que la lluvia cesara. Mañana a primera hora esas cartas serían enviadas, y espero de todo corazón una explicación lógica.

Fin Flash Back.

𝐭𝐡𝐞 𝐦𝐲𝐬𝐭𝐞𝐫𝐲 𝐨𝐟 𝐥𝐨𝐯𝐞 ↯ james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora