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Flash back.
PVO's Maitte.
Desperté confundida, miré a los lados intentando verificar el lugar, me di cuenta que estaba tendida en una camilla, reconocí el lugar como la enfermería. Mi torso estaba rodeado por una bufanda de Gryffindor, la miré con desconcierto hasta recordar los sucesos anteriores, logré entender que pasaba.
—Veo que ya despierta, señorita Max. —Habló la voz de la enfermera.
—¿Quién me trajo aquí? —pregunté a Madame Pomfrey, ignorando su comentario anterior.
—No lo sé, querida, cuando entré a la enfermería usted estaba tendida en esa misma camilla. Al parecer fue golpeada por un hechizo aturdidor desde muy cerca, lo que provocó que el conjuro tuviera más fuerza, dejándola inconsciente por más tiempo del debido. Nada grave —comentó despreocupada Poppy.
Acerqué la bufanda a mis fosas nasales e inhalé el olor que provenía de la prenda, percibí el olor del perfume de Peter, siendo sincera no sé qué pensar, ni qué hacer.
Madame Pomfrey me hizo unos rápidos chequeos con su varita, le consulté sobre la Amortentia y hechizos de control mental; le conté la historia para que ella comprendiera y entendiera la desesperación de saber las respuestas a mis dudas. Me recomendó varios antídotos y encantamientos que podrían ser de utilidad. —Ya puedes irte, Maitte. —Dijo al terminar nuestra charla mientras sonreía.
—Gracias por su ayuda, Madame Pomfrey. —Sonreí de vuelta.
Salí de la enfermería decidida a cambiar el rumbo de esta historia, me llevaron a la enfermería y sus miradas parecieron sinceras, aún se preocupan por mi ¿No?
Por lo que vi en el reloj de la enfermería ya era hora de la cena, así que me dirigí al Gran comedor y sigilosamente me deslicé hacia la mesa de Ravenclaw.
Busqué con la mirada a mis ex amigos en la mesa de Gryffindor, en este último tiempo se sentaban lo más alejados que pudieran. Peter, James y Estefanía estaban en un extremo de la mesa. La hufflepuff estaba casi encima de James, un pensamiento cruzó mi mente, ella ocupaba mi lugar. Durante gran parte de mi estadía en Hogwarts he sido la única externa a los leones que se sienta en la mesa de Gryffindor, ahora estaba ella.
Evans, Sirius y Remus en el extremo que daba junto a la puerta, se les veía felices, reían, charlaban y mantenían una conversación divertida. Observé a Sirius con cuidado, lo conozco se le nota distante, con una apariencia enfermiza.
Es momento.
Concentré mi mente vaciando cualquier distracción, me estoy esforzando, definitivamente usar la mente es difícil y agotante que usar mi varita, era la primera vez que intentaba esta clase de hechizos, sentía como los poderes consumían mi energía
Estaba intentando usarla con Sirius, no lograba ver sus recuerdos con claridad, como si no tuviera memoria; pude ver sus recuerdos de la infancia, adolescencia, recuerdos sobre los merodeadores. Nada se asemeja a estos últimos meses en lo que hemos mantenido distancia. Disimuladamente comí lo que estaba servido en mi plato, estaba tranquila, no obstante, un gran cansancio se apodero de mi cuerpo, mi visión estaba borrosa, sentí que me desplomaría en cualquier momento. Decidí terminar mi 'intento' con Sirius, lo intentaría de nuevo cuando yo descansara un poco.
Asocio mi cansancio al hechizo que me golpeo hace un rato, creo estar un poco débil aún.
Volví a enfocar mis ojos hasta la mesa de los leones, Evans le entregó una copa de jugo a Sirius, este se llevó el vaso a los labios y bebió todo el contenido del envase. Moví curiosamente mi vista hacia la mesa de profesores. Dumbledore hablar entre susurros con McGonagall, ambos sigilosamente observaban a los alumnos, manteniendo cuidado con la mesa de Slytherin.
Dumbledore se levantó de su lugar y habló —¡Prefectos! Lleven a los alumnos a sus salas comunes, la comida se les será entregada en sus respectivos lugares. —Me preocupé
Slytherin + Misterios = Mortifagos < Voldemort.
Tanto misterio en estos tiempos, no podría significar algo normalmente bueno y pacífico. Ravenclaw se levantó de sus asientos y yo les seguí, dirigí una última mirada a Black, este ni siquiera pareció notarlo, al contrario de Evans, la asquerosa pelirroja besó con desesperación al idiota pelinegro para mirar en mi dirección, reí burlándome ocultando mi dolor y me dirigí a la sala común.
Fin Flash back.
—¿Tú estabas usando esa clase de magia? —McGonagall volvió a golpear a la chica con el periódico.
—Auch, ¿Eso por qué fue? —preguntó Maitte sobando su brazo.
—No está prohibido usar Legeremancia, señorita Max. —Habló Albus —Pero, en estos tiempos no estamos muy seguros, se aproxima un gran caos al mundo mágico, debió habernos avisado.
—Dígame, profesor, si le hubiera contado ¿Hubiera confiado en mí? —preguntó la joven Max. Al ver que ninguno de ambos profesores contestaba continuó —Lo sabía, mi intención no lleva maldad incrustada, profesor. No se preocupen —terminó con frialdad.
—¿Algo más que decir, Maitte?
—Le prometo, profesor, que ya casi termino —rio la chica. 16:47 la jornada escolar ya había acabado. El miedo y los nervios viajaban rápidamente por cada parte de su ser, después de esto todo volvería a ser normal...
