Havana (Hiroguel)

Navidad

Empezaban a preparar ya las cosas para comer, los niños ya estaban impacientes por tronar los cuetes, las señoras de la casa se encontraban haciendo la parte de la cena, los hombres ponían una parrilla afuera (oh más bien armaron una parrilla con los recursos que tenían) para calentar carne o cosas así.

Una pareja entraba a esa casa, tomada de la mano. —¡Papá! — hablo el mexicano captando la atención de uno de los hombres que estaba ayudando a la "parrilla". — ¡Hey mijo! Oh... Hola Jiro —

—Hola señor Rivera... — dijo el japonés con una ligera sonrisa. — Jiro... — está vez hablo él novio el chico — Te... Te presento a los... — pero el japonés negó rápidamente. — Mejor vamos adentro a ver qué ayudamos en la cocina — dijo con una ligera sonrisa. — Mi tía Cass tiene una cafetería allá donde vivo, se un poco de cocina... —

— Puto tenia que ser — se escuchó entre los hombres que estaban atrás. — Vuelve a repetirlo y rompo la ... — pero alguien jalo a Miguel hasta la puerta para entrar a la casa. — Miguel, la violencia nunca es la solución, lo sé mejor que nadie... Créeme... —

— No voy a permitir que se burlen así de ti... —

El japonés soltó un suspiro y estaba apunto de hablar pero en eso abrieron la puerta, era la mamá de Miguel. —¿Qué pasa? — pregunto. —Ma... Mi tío... —

—¡No pasa nada señora!... ¿Hay algo en que podamos ayudar a la cocina? —

Miguel le dirigió una mirada de desaprobación. — ¿Seguro qué todo está bien? — el japonés asintió. — Puedes ayudarme a picar fruta para el ponche... — sonrió.

La pareja paso y se notó que ahí estaban las mujeres haciendo algo, incluyendo a mamá Elena la cual estaba haciendo tamales. — Ven Jiro... — hablo Luisa dirigiéndose a la barra, donde se encontraba fruta que se necesitaba picar. — Miguel, ¿Puedes ayudarle a tu papá? —.

—Pero... — su mamá volteo a ver a su hijo. — Nada de peros jovencito, ve y ayúdale... — él chico volteo a ver a su novio, temiendo de que si lo dejaba solo ahí, lo tratarán mal, pero al final de cuentas estaba con su mamá, ella no permitirá que le dijeran nada, así que con ese pensamiento se dirigió al patio ha ayudar.

Hiro se sentía muy incómodo por el hecho de que la única persona que conocía era la señora Rivera, más a las otras señoras no. — Luisa ¿No lo vas a presentar? — dijo la que es mamá de Rosa, Luisa dió un pequeño suspiró. — Elena, María... Él es Hiro... El novio de mi hijo — dijo sin voltear a verlas, no quería ver las caras de asco que seguramente habían hecho, Hiro hizo lo mismo tomando un cuchillo y partiendo la fruta.

—¿Y qué no habla? — comento María. — Acaso es muy tonto para no hablar nuestro idioma—.

— Que sea homosexual no significa que no sepa hablar a la perfección el español, y para su información voy en la universidad — dijo Hiro, partiendo fruta o más bien desquitandose en ella para no hacer una estupidez, no quería irse, ya que eso significaba que Miguel iba ir tras él, y que no iba a estar con su familia.

— María, por favor no hagas esos comentarios si no sabes — dijo Luisa, que no le dirigió la mirada. —¿Por qué lo defiendes? Ni siquiera es parte de la familia —

— Es el novio de mi hijo, él es feliz cuando está con Jiro — Luisa comenzaba a molestarse. — Señora Rivera... — hablo Hiro. — Ya termine de cortar está fruta, puedo ayudar en otra cosa...— estaba tratando de que la discusión no se saliera de control, esto mamá Elena lo noto, que al igual que él japonés, no quería que la familia se separara, así que lo único que podía hacer era tener las pases e insultar al chico en su mente, ya que sabía que si abría la boca su familia se iba a pelear y era lo que no quería (al menos por hoy).

— Wow... Jiro acabaste muy rápido... — dijo la señora Rivera al notar lo rápido y lo bien que lo había hecho (a pesar del pequeño enojo) — Bueno... Mi tía Cass tiene una cafetería y como solo somos nosotros dos... Y Baymax... ¡Baymax! — dijo al acordarse del su robot, él cual quiera presentárselo a la mamá de Miguel, por si se le ofrecía un doctor especializado, ya que el otro día la bebé se enfermó y tuvieron que llevarla a un doctor que les cobro muy caro, pensó que sería una buena idea. —¿Baymax? — dijo la señora Rivera. — ¿Es tu hermano? — dijo la señora Rivera, ya que sabía que el chico tenía un hermano, más no sabía cómo se llamaba. — Oh no... Mi hermano se llamaba Tadashi... Y fue... Es... Baymax es uno de los recuerdos que tengo de él, Baymax es un robot blanco, parece un gran malvadisco, es un enfermero, programado con muchos tratamiento médicos... — dijo con una sonrisa.

— Un robot médico... Suena interesante — sonrió la señora Rivera, obviamente Hiro había conseguido lo que quiera, hacela olvidar el tema de la pelea.—Deberías presentarmelo — el japonés solo asintió, agarró más fruta de la mitad de Luisa para poder seguir ayudandole.

...

—¡Pa! — hablo el chico mexicano captando la atención de su padre. — Mamá me mandó a ayudarte —.

— Si mijo, mira pásame esa madera para que ayude a prender el carbón — el chico asintió y fue a donde estaba el carbón. —¡No te rompas las uñas!— se escuchó una voz que venía de ahí. —¡Berto no te pases de pendejo! — hablo Enrique que obviamente no le habían parecido el comentario. — No es mi culpa que tu hijo te haya salido puto, seguro ahora te pide vestidos y zapatillas — Miguel trataba de calmarse, se empezó a sentir triste por ello. — ¡Haber hijo de tu madre o le bajas a tus pinches huevos o te parto la madre! —.

— Papá... —

— ¡Mira Berto, primero cállate porque una cosa es orientación sexual y otro orientación de género, así que mejor cierra el pinche osico, es como si a ti Rosa te dijera soy lesbiana! — hubo un silencio. — Yo si la llevaría al psicólogo, no como tú, ese chico que es su "novio" no es más que una equivocacion —.

— Mi hijo está bien, puede caminar, puede pensar, puede hablar, puede oír, ¿No le veo lo malo? —

— Es puto, joto, maricon —

— ¡Papá! — hablo Rosa quien iba pasando por ahí. — Papá es navidad, olvida tantito ese tema por favor, mamá Elena hizo todo lo posible para que la familia estuviera junta y tú y mamá se empeñan en hacer mal —.

Ya nadie dijo nada después del cometario.

...

La cena había pasado (algo incómoda) con el intento de parrilla habían hecho una fogata, y la famila se la había pasado afuera, se habían olvidado de el hecho de que Hiro estaba ahí, de no ser por algo. —¡Achu! — estornudo Miguel, Hiro se quitó el suéter que traía, con esa simple acción todos se callaron. — Estás loco Jiro, te vas a resfriar tu —.

Pero al chico no pudo importarle menos y le puso el suéter, el mexicano solo dió un pequeño "gracias". — Jiro... — pero la señora Rivera fue interrumpida por un comentario. —Tan bien que estábamos y ya empezaron de putos — dijo el tío Berto.

— ¡Berto! — dijo Luisa con cierto enojo. — Hay manita la verdad es esa, estábamos bien y empezó de puto que quieres que diga —.

La discusión hubiera seguido a no see por. —¡Achu! — ahora fue el japonés que estornudo.