Capítulo 10 - El malentendido

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Pasaban los días y Jungkook seguía preocupado enviándome mensajes para comprobar cómo me iba y si todo estaba bien, yo le tranquilizaba y le decía que no se preocupara, que debía centrarse en esos momentos en promocionar el disco y la nueva canción. Le preparé una sorpresa para alegrarle cuando volviera, pensaba enseñarle que me había aprendido la coreografía de la nueva canción a modo de sorpresa.

Después de un par de semanas, entre unas cosas y otras, finalmente llegó el día que terminaban de promocionar. Como llegaban más o menos después de la hora de la comida, me fui a la sala de prácticas a esperarle, pero estaba muy nervioso. En cualquier momento podría llegar y no quería cagarla con la coreografía, quería impresionarle y que le gustara.

En ese momento me di cuenta de que me estaba comportando como él y me dio la risa, lo suficiente como para olvidarme de la presión y relajarme. En ese momento se abrió la puerta de la sala y me dio un brinco el corazón, esperaba que fuera Jungkook.

- Supuse que estarías aquí – dijo Tae sonriendo, parecía bastante contento.

- Oh vaya Tae ¿qué tal? – respondí sorprendido.

- ¿Esperabas a otra persona? – dijo con tono burla mientras se reía –, sabes que quería hablar contigo ¿no? ¿o se te había olvidado?

- No se me había olvidado, pero temo que no es el momento ni el lugar. Y mucho menos pensaba que tenías tantas ganas de volver a hablar del tema...

- Pues si mira, te equivocas. Estaba deseando volver para hablar contigo ¿sabes?, le he estado dando vueltas y parece ser que enfoqué las cosas desde una perspectiva errónea.

- ¿No me digas? ¿Y qué perspectiva era esa?

- La de que simplemente tenías miedo de decirle a Jungkook que le quieres, pero ahora creo que puede ser otra cosa – dijo acercándose a mí.

- ¿Qué otra cosa puede ser? – la cara de Tae cambió por completo de una sonrisa picarona a una muy seria e imponente.

- Tengo la corazonada de que, si no le has dicho nada a Jungkook a estas alturas, es porque no estás seguro de lo que sientes, que tienes dudas – dijo mientras se había parado frente a mí –. Y que quizá es porque también te puede gustar otra persona – dijo mientras apoyaba los brazos y los codos en la pared quedándome entre ellos bloqueándome de cualquier posible escapatoria. ¿Qué pensaba hacer? no intentaría besarme ¿no? ¿qué significaba todo esto?

- T-tae... p-para... ¿qué p-piensas hacer? – estaba completamente paralizado y se estaba acercando cada vez más hasta el punto de que nuestros labios casi se rozan.

- ¡¿Qué estáis haciendo?! – nos giramos Tae y yo y vimos a Jungkook en la puerta con una mirada fulminante y asesina que me asustó hasta a mí.

- ¡Hola Jungkookie! Esto... solo estábamos hablando – dijo mientras volvía a poner cara de inocente.

- ¡Y una mierda! – gritó y yo me quedé flipando, en la vida se me habría pasado por la cabeza ver a Jungkook en ese estado de enfado y por la cara que tenía Tae, parecía que pensaba igual.

Jungkook me cogió del brazo y nos llevó a otro lugar que no hubiera nadie. Me apretaba tan fuerte que me estaba haciendo hasta daño, parecía que iba a reventar. Terminamos en otra sala de prácticas vacía que cerró después de entrar.

- ¿Qué coño pretendes?

- ¿Cómo? No he hecho nada, no hemos hecho nada y ni pensaba hace nada.

- ¿De verdad? Porque como lo veía yo, casi te besas con él.

- ¡No! Eso nunca hubiera pasado.

El sueño perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora