Sentí mi cuerpo débil. Me sentía mal. Estaba enferma, tenía calentura, me dolía el estómago y tenía cólicos sin razón alguna. Mi periodo había sido hace una semana, así que no había razón para los cólicos. Sin embargo los tenía.
Realmente me sentía demasiado enferma. Mi nariz estaba roja de limpiarla cada 5 segundos, mis mejillas estaban sonrojadas por la calentura y tenía un té en la mano intentando calmar los cólicos.
– ¿Te sigues sintiendo mal? –Zayn preguntó haciendo una mueca. Asentí lentamente. Me iba a poner a llorar de lo mal que me sentía.
Los chicos estaban ocupados todo el tiempo viendo cosas de publicidad y hoy que teníamos el día libre, nos quedamos en casa por mi culpa. Estábamos sentados al rededor de la televisión. Todos en pijama, sin ganas de hacer nada, y mucho menos yo.Ellos cuidaban de mí de una manera muy linda, pero me daba pena que pasaran sus días libres en casa sin hacer nada por mi culpa.
– Tomate está pastilla –Me extendió una pastilla.
La tomé y gemí al moverme. Mi cuerpo me odiaba. Odiaba los cólicos, yo nunca tenía, incluso en mi periodo no me daban, y realmente no los soportaba.
Zayn me dió un beso en la mejilla. Solté un quejido y me abracé a mi estómago. Hice una mueca de impaciencia y dolor. Él se detuvo y me miró atento.
– ¿Qué pasa? –Dije mirándolo a los ojos. Él me miró fijamente.
– ¿Porqué haces ese gesto? –Preguntó curioso.
– Me duele mucho, ¿por? –Dije mirándolo extrañada. Él sonrió de lado y negó con la cabeza, haciendo que el tema quedará en el aire.
Seguí mirando la televisión y gemí del dolor. Los chicos me miraron atentos.
– Ángel, ¿quieres ir al doctor? –Me preguntó Liam y negué.
– ¿Ya te tomaste las pastillas? –Niall insistió y asentí.
– Deja de hacer ese gesto –Zayn tomó mi brazo apretándolo. Lo miré extrañada.
– ¿De qué hablas? –Dije entre divertida y confundida.
– Ese gesto solo lo haces cuando... –Comenzó pero Harry lo interrumpió.
– Cuando... bueno... estas arriba de nosotros, apunto de llegar... –Dijo riendo entre dientes.
Los miré atenta. Ellos estaban pensando en sexo en este momento. Y yo también.
Zayn me miró atento e intente no hacer ningún gesto o mueca. Aunque era imposible. Él me seguía mirando y eso me ponía nerviosa. Él sujeto mi mano y me levanto rápidamente. Callada lo seguí, nos alejó de ahí y subimos las escaleras. Podría ver sus venas sobresalir por sus brazos. Entramos a mi habitación y la cerró, sus labios se estrellaron contra los míos lentamente.
Podía escuchar el sonido que hacían nuestros labios al estar los míos encima de los de él. Sus manos tocaron mi vientre lentamente y por un momento el dolor dejo de estar presente.
Me acostó en la cama con una calma inimaginable, lo miré atenta. Él me sonrió, limpio sus labios son su pulgar y se alejó de mi. Pensó por unos segundos y volvió su mirada a mi.El dolor volvió.
– ¿Te duele mucho Ángel? –Preguntó y cerré mis ojos esperando a que el dolor se fuera. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Narra Zayn—
Podía sentirla sufrir y era insoportable, nunca la había visto así de enferma, pero ella decía que a veces era normal. Mis labios tomaron los suyos de una manera dominante, quería que ella tuviera un orgasmo. Realmente lo necesitaba. Mis manos acariciaron sus pechos por encima de la tela de algodón y en instantes sus pezones de remarcaron entre ella, los acaricie bruscamente ganandome un chillido de ella.