– ¡Lárgate! –Escuché a Harry gritar. Abrí los ojos sorprendida y caminé rápidamente a su oficina.
Si, por loco que sonara los chicos tenían oficinas en un edificio dedicado a todo lo relacionado con One Direction, más que nada era otro edificio de SYCO y Modest. Al separarse Simon les dió permiso de poner sus propias oficinas y áreas de grabación, ya que el edificio les pertenecía a los 6. Las oficinas no eran lo suyo, pero iban seguido ya que cada uno llevaba a cabo la producción de su música en gran parte ahí.
Ví como una chica salía hecha una furia de ahí y entre enseguida que ella salió. Harry enojado tiro lo primero que vio. Se dió la vuelta y se sorprendió al verme.
– Ángel –Me miró–, ¿hace cuánto que has estado afuera de mi oficina? –Preguntó quitándose la corbata.
– Acabo de llegar –Dije rápidamente. El resultaba extrañado con mi visita. Puse la bolsa de comida sobre su escritorio–. Estaba cerca y pensé en que podríamos comer junto. Ya sabes, sin salir de aquí.
– Me hubieras avisado –Dijo quitando las cosas de su escritorio.
Por cierto, la oficina estaba en un piso algo y era maravillosa la vista que tenía. Se acercó a mí y me dio un beso en los labios. Seguido cerró la puerta de su oficina.
Caminé hacia lo que había lanzado al piso, era un marco, y sí, era un marco que tenía una foto nuestra. Un sentimiento de tristeza recorrió mi cuerpo, ¿y si lo había hecho a propósito? ¿Quién era la chica que había salido de su oficina?
– ¿Pasa algo? –Preguntó. Se acercó y tomó el marco– No fue mi intención –Dijo rápidamente. Asentí.
– ¿Estás bien? Te oí gritarle a una chica –Dije quitándome la chaqueta de cuero que tenía puesta.
– ¿Por qué? ¿Te dijo algo? –Preguntó rápidamente. Negué.– Bueno, si la vez no le hables –Me ordenó, alcé una ceja y me crucé de brazos, él sabía que necesitaba una explicación–. Trabajaba aquí, no sé qué mierda hace, pero no sabe hacerlo bien así que la despedí.
Siempre me había molestado la manera en la que los chicos tratan a sus trabajadores, eran groseros y prepotentes, recuerdo cuando nos reencontramos en la fiesta de cumpleaños de Harry, como ellos me trataron era como ellos trataban a todo mundo. Conmigo eran unos angeles, pero siempre había oído rumores de trataban del asco a toda la gente a su alrededor, y bueno, siempre supe que no eran rumores.
– No me parece justa la manera en la que tratas a tus empleados –Dije mientras sacaba los baguettes de su bolsa.
– Te he dicho que no te metas en esos temas –Dijo amenazandome con la mirada.
– No puedo dejar que trates de la mierda a la gente –Dije sentándome en su silla, la típica silla de jefe.
– Yo puedo tratar a la gente como yo quiera ángel –Me sonrió.
– Harry –Dije levantandome, no estaba dispuesta a pelear con él.
– Está bien –Alzo sus manos en manera de rendición y volví a sentarme–, pero ella lo tenía merecido.
Rodee los ojos y él me sonrió.
– ¿A dónde fuiste hoy? –Preguntó mirándome.
– Cierto, tengo que darte una noticia –Dije levantandome. Él estaba sentado en una silla, me senté en el escritorio de vidrio enfrente de él.
– Dime –Dijo mirandome atento.
– Cantaras en el Fashion Show –Dije emocionada. Él me miró extrañado. Unos segundos después me miró sorprendido.
