Capitulo 13

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Laura

No puedo creer que la perra de tu hermana le revelará a mamá que estaba embarazada — hablaba mientras yo leía cómodamente en la sala de estar.

— Cuida tu boca Christina, tu mamá no mía — alcé mi vista encontrando a la misma con un bulto en su estómago.

— No se como la puedes seguir defendiendo, me insulto desde que llegue a esta maldita casa, ¿acaso no puedes entender eso?, además estoy empezando a engordar y eso me estresa — no se como mierda la suportó.

— Debes de entenderla, creyó que la familia que la rodeaba era verdadera, nunca se imagino tener otra hermana ni que su mamá engañara a su ejemplo a seguir, esta dolida, su vida perfecta se desmoronó en un día al enterarse de todo esto - mi voz era tranquila, por que en mi interior comprendo a mi hermana.

Sabia como se sentía en estos momentos, se que está decepcionada, se que no perdonara tan fácil a Ellen, llevará tiempo en que sus heridas sanen, en que entienda que nadie es perfecto que todos cometemos errores, creyó que su familia era perfecta que sus padres se amarán hasta el final de sus días, cuando en realidad esa familia ya estaba destruida años atrás.

— Yo crecí sin la atención de mi madre, nunca estaba conmigo, prefería estar con ustedes, cuidarlas, cuando yo le pedía que se quedara me mandaba a la mierda, siempre me salía con la misma contestación "Tengo que cuidar a tus hermanas" — sus ojos empezaban a cristalizarse, su voz termino en casi un susurro.

— Christina ... todos sufrimos en esta vida, siempre será hací, aveces pienso que solo venimos al mundo a eso, cuando realmente tu felicidad depende de ti.

— Sabes la vida es una perra, crecí sin la atención de mi madre, mi padre trabajaba para darme la vida correcta y que resultó, empecé a buscar cariño en los hombres, termine follando como toda una puta, termine embarazada, mi novio no sabe de esto, soy una estúpida...

Lentamente me levanté del sofá dejando el libro en el, me acerque a ella con pasos pequeños e hice lo que nunca creí que haría, la estreche contra mi pecho, ella no tenía la culpa de nada, creció básicamente sin sus padres, sin atención de alguien, abandonada, se refugió en hombres buscando el cariño que no le pudieron dar.

*****

— ¡Cuando mierda lograras sacarme de este puto lugar!.

— Esto tardara, mínimo debes a completar 4 o 5 años.

— No puedo esperar 5 malditos años, necesito salir de aquí.

— Niño, por lo menos te están dando 5 años en espera, cometiste un delito.

— Eso no fue un puto delito — agarraba los tubos de la celda con ira.

— Si, si lo fue, ellos no saben que estas aquí — hablo mientras me miraba a los ojos.

— No se enteraran, no sabrán que ganaron — camine hasta lo más oscuro, sabia que en este lugar pertenecía pero mi egoísmo era más grande que cualquier cosa, sufrirá y de eso me encargare yo...

*****

— ¿Tienes tiempo de verme? — su linda voz ronca y mañanera sonó a través del teléfono.

— Depende, ¿en tu casa? — contesté mientras veía como dormía Poppy.

— Deja de dormir con ese perro Laura — soltó un suspiro añadiéndole una risita de fondo.

— Nunca, es tan tierno.

— Estoy comenzando a ponerme celoso.

— Deja de ser tan infantil Ross, en 30 minutos llego a tu casa — me pare de la cama dejando a un lado a mi pequeño perro.

— Encantado en esperarte linda. — nunca cambiarás rubio y eso me encanta.

Solté mi cabello del moño despeinado que realice para dormirme, cogí mi toalla del pequeño perchero y me adentre al baño a darme una pequeña ducha, después de 5 minutos salí con pequeñas gotitas cayendo de mi cuerpo, me coloqué un pantalón negro y un sweter color vino.

— ¿Saldrás?.

— Em, si ¿necesitas algo? — decidí ayudarla, al final somos hermanas.

— Si, tengo una puta tristeza de los mil demonios y quiero llorar todo el tiempo y eso me esta matando — comenzó sollozar mientras comía de un bote de helado.

— Oh!, Christina es normal, estas embarazada, son los cambios hormonales linda.

Rayos, en que momento acepte cuidar a una embarazada, no se podía quedar sola, tomé mi teléfono y marque el número de Rydel.

— Hola!.

— Hola Rydel, ¿puedes hacerme un favor?.

En estos momentos temía que dijera que estuviera ocupada.

— Claro, encantada en ayudarte, ¿dime que necesitas?.

— ¿Podrías venir con Ross?.

— ¿A tu casa?.

Pero que estúpida.

— Si, me salió algo imprevisto.

— No te preocupes, le digo y vamos, nos vemos.

Colgó y guarde mi teléfono en mi bolsillo.

— Bueno, vendrá Ross y su hermana Rydel.

— ¿Por que los dos malditos nombres empiezan con la misma letra?.

— Hey, tranquila.

— Malditas hormonas.

Pasaron 10 minutos cuando tocaron la puerta, Christina molesta del ruido se paro a ver quién era.

— Hola, espera... ¡¿estas embarazada?! — una voz alterada se escucho desde la puerta.

— Josh... , puedo explicarte.

— ¿Qué mierda me vas a explicar Christina?, ¿que eres una puta?.

Y aquí es donde la bomba exploto...

El Suicidio de Laura MaranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora