-¿Vienes o te quedas?
Y a pesar de no dar una respuesta sonora y totalmente audible, entendió.
Entendió la pureza de la pregunta.
En su mente había dudas.
Dudaba si realmente podía aportarle algo a su vida.
¿Tenía algo en su interior al menos?
¿Valía la pena dar a pesar de conocer los riesgos?
¿Acaso podía darse la oportunidad de sentir una vez más?
Era una simple proposición, nada más.
Ir o quedarse.
Se acercó y en compañía, caminaron a su destino.
-Voy.
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Amores tercos y el diario petricor
De TodoLa cobardía es asunto De los hombres, no de los amantes Los amores cobardes no llegan a amores Ni a historias, se quedan allí Ni el recuerdo los puede salvar Ni el mejor orador conjugar SILVIO RODRÍGUEZ