Así, de largas horas sin sentido hasta que, por casualidad o por intento, el tiempo pierde cuenta de sí mismo.
Así, tan casual y normal, que parece fantasía.
Así, sin excusas ni ocurrencias.
Así, ambos en serena frecuencia.
Así, compartiendo un poco de este milagro llamado vida.
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Amores tercos y el diario petricor
De TodoLa cobardía es asunto De los hombres, no de los amantes Los amores cobardes no llegan a amores Ni a historias, se quedan allí Ni el recuerdo los puede salvar Ni el mejor orador conjugar SILVIO RODRÍGUEZ