Capítulo 16

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Barbara manejaba por las calles Cómo si fuera meteoro, yo iba cada vez más preocupada y asustada.

-Barbara ¿Sabes a donde vamos?- le pregunte ya que ella no parecía muy segura.

-Por supuesto que lo se- jamás había visto a mi madre tan enojada, creo que era una mezcla entre irá, preocupación y celos, la situación no era la correcta pero le aportó grandes avances a mi misión.

Ella se detuvo en Puerto Madero y logramos verlos, se bajo apretando los puños y pisando fuerte, su mirada era sobria, estaba enojada; furiosa.

Se acercó a Julian y lo agarro de la camisa y le grito en la cara -¿Que le hiciste?.

-¿Barbara? ¿Que haces?- mamá parecía un poco preocupada y enojada, Barbara soltó a Serrano y corrió hasta ella.

-¿Estas bien? ¿No te hizo daño?- reviso las muñecas, la cara y el cuello en busca de tal vez alguna marca o indicio de forcejeo, se giro hacia Julian y lo enfrentó.

-Más te vale que no te hayas atrevido a tocarla, idiota- amenazó.

-Escucha Martinez, he cambiado, yo no tocaría a Micaela, no le haría daño, es mi amiga y más que eso- Barbara río cinicamente.

-No te creo ni media palabra- Ella estaba lista para atacar pero mamá no se lo permitió.

-Barbara, es verdad, el me explico todo, fue a una clínica de rehabilitación, el ha cambiado- mamá le dio esa mirada, esa mirada de "confía en mi" y Barbara respiro profundo y asintió, miro a Serrano y este le sonrió.

-Todavía no confío en vos, subí al auto Mica, te llevare a casa- yo me cambie al asentó trasero pero mamá no entro.

-Déjame despedirme aunque sea- Ella se cruzó de brazos, mi madre la miro, Micaela estaba molesta.

-Bien, no te tardes- Barbara volvió al auto, seguía con el ceño fundido.

Mamá se acercó a Julian, parecía estar disculpándose, una vez que terminaron de hablar Julian se acercó a ella y plantó un beso en su mejilla mientras la abrazaba, Barbara antes la imagen hizo sonar la bocina del auto.

-¡Suéltala Serrano!- grito enojada, y yo reí.

-Estas celosa- canturreé burlonamente.

-No lo estoy, solo la protejo- me dijo sería

-Aja, si claro- dije con sarcasmo.

-Basta, Cállate que ahí viene- mamá entró al auto y ella arrancó, esta vez fue el recorrido mucho más calmado, ninguna de las dos decía nada y la tensión se podía cortar con un dedo.

Barbara estacionó el auto frente a la casa, mamá desabrochó el cinturón de seguridad tan pronto como el auto paro y se dispuso a salir.

-Espera Micaela- suplico ella.

-¿Que?- pregunto seca.

-¿No queres hablar de lo que acaba de pasar?

-¿Hablar? ¿sobre que? ¿sobre como hiciste una escénita de hermana mayor sobreprotectora con un chico muy lindo,  lo golpeaste y lastimaste, luego me besaste, te dije que no quería salir herida por vos y luego me lastimaste bailando con una zorra, y cuando Julian se ofrecio a vos fuiste y armaste otra escenita? No gracias, creo que todo quedó muy claro, sos la misma estúpida de siempre.

-Pero aun así te gusto ¿No?- dijo Barbara con superioridad, mamá soltó un gruñido y azotó la puerta del auto -¡Que sexy eres gatita!- le grito sólo para hacerla enojar.

-¿Ya no estas enojada?- le pregunte.

-No, yo le gusto y le importó, eso no puede negarlo, pero se ve linda cuando lo intenta, y creo que reaccione como una tonta, ella tiene razón- pase una mano por su hombro.

-Si, una cosa que aprenderás rápido es que ella siempre tiene la razón, así no la tenga, decirla a ella que no, es como arrancarle los bigotes a un gato- Barbara sonrio.

-Gracias por el consejo.

-De nada. ¿Que vas a hacer ahora?

-Voy a ir a cada a soñar con una hermosa chica de ojos celestes- soltó un suspiro y yo sonreí.

-No, me refiero que harás ahora con Mica, seguirás tratando- Ella sonrio mirando hacia delante, con una mano sosteniendo su cabeza.

-Si, ella cree que se libro no de mi, pero no sabe lo que le espera. Te diré algo, ella tiene esa cara de angelical y ese aire inocente pero es toda una chica mala, estoy segura- me reí.

-¿Estas borracha todavía?- le pregunte.

-Un poco, pero puedo manejar hasta casa, esta cerca- asentí.

-Claro, adiós- le dije y me baje del auto, ella arrancó el auto cuando entre a la casa, subí las escaleras con cuidado, ya era muy tarde y no quería despertar a mis abuelos. Cuando llegue a la habitación mamá ya se había cambiado.

-¿Que estabas haciendo con Barbara en el auto?- me pregunto cuando entre.

-Oh yo estaba estresada por todo ese ajetreo del violador, ella se ofrecio y tuvimos un rapidito en el auto- le pegue en el brazo -¿Vos que pensas? Estábamos hablando de vos.

-¿Que dijo sobre mi?- reí.

-Que sos una chica mala- bajo la cabeza.

-Perdon por preocuparlas- la abrace.

-Si me preocupaste, no lo vuelvas a hacer o al menos deja una nota- Ella soltó una risita mientras la abrazaba, ¿Que sería de mi sin esta mujer?

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La historia de mis madres (Barbica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora