La historia de mis madres (Barbica)

Capítulo 10

Barbara no demoro a entrar al aula, no venía con Daiana como mamá lo predijo y me alegre por eso.

Me senté junto a ella y mi madre delante de Luis.

-Hola- dijo sonriente al poner sus libros en la mesa, le sonreí pero mamá mantenía su cara en el libro, ocultándola  de ella. Mi madre soltó una risita y poco su mano en el libro y lo bajo.

-Buenos días Mica- dijo al poner sus labios en la mejilla de mamá, ella se ruborizó hasta las orejas, mi corazón dio un salto, estaba más que feliz.

-B-buenos dias- tartamudeo, luego se mordió el labio.

-¡Que linda escena!- chilló una voz. La reconocía, era Daiana, la había escuchado gritándole a Mamá por teléfono muchas veces -Y después dicen que la roba novias soy yo- se paró a nuestro lado con las manos en la cintura. Pose de Perra. 

-Y no se equivocan- murmure yo. Ella me líquido con la mirada, no podía decir nada, ¿Con que moral?

-Vos y yo no somos nada.- dijo Barbara, ella río.

-Si vos decis, igual no me voy a quedar con las ganas de insultar a estas perras, retrasadas- vi a Barbara apretar los puños como si no pudiera soportarlo.

-¡A ellas no!- grito llamando la atención de todos, luego se dio cuenta de las miradas y sacudió un poco la cabeza como si no hubiera pensado lo que dijo, como si hubiera sido un impulso, entonces pensé que hubiera sido su instinto materno y protector, surgiendo desde lo más profundo de ella -Sólo no las amenaces- dijo en un tono más bajo -Son mis amigas y no les permitiré que nadie les hable así- miro a todo el salón dando una advertencia. Lo dijo como si supiera la razón de porque decía tal cosa, pero aun  así lo dijo. Hasta la misma Daiana se sorprendió. Ella retrocedió como si Barbara fuera u  fenómeno y se retiró a su asiento.

-Gracias Bar-barbara, pero no era necesario que...- la voz de mamá fue interrumpida.

-Pero yo quería hacerlo, no me gusta cm la trata a las personas.

-Si pero no tenias que mentir diciendo que soy tu amiga-  se quejo.

-Yo no mentí, puede que seas gruñona, orgullosa y prejuiciosa pero todo eso, de alguna manera, me agrada y tengo intenciones de ser tu amiga- Ella sonríe y mamá quiere protestar pero no le da la oportunidad, solo voltea a comenzar una animada conversación con Luis.

-¿Ahora si me crees?- le pregunte susurrando, ya que el profesor acababa de entrar.

-Dijo amiga, Nicole- puse mi mano sobre su hombro.

-Las amigas pueden llegar a ser algo más- Ella rodó los ojos.

-Nicole ¿Porque carajo insistis en metermela en la cabeza? Pensé que ya la había superado, después venis vos y tus especulaciones y...- se calló al ver que no le convenía seguir hablando, entrecerre los ojos ¿No era que la odiaba?

-¿Superar? ¿Que pensaste que habías superado, Micaela Suarez?- la mire con una ceja levantada, trataba de no mírame.

-Nada, presta atención- cabeceó hacia el pizarrón, el profesor nos miraba con los brazos cruzados. No nos habíamos dado cuenta que casi toda la clase tenía los ojos puestos en nosotras.

-¿Podemos seguir con la clase o prefieren seguir hablando de eso que la señorita Suarez no ha superado?- dijo el profesor. Todos estallaron de risa y la cara de mamá se torno roja, hasta que por alguna razón todos dejaron de reír y no se porque pero me olía a Martinez.

El profesor comenzó a hablar sobre los elementos de la tabla periódica y algo que no entendí, todo era avanzado, este era el último año y yo tengo quince. Todo sea por existir ¿no? Claro que si.

Daiana no dejo de mirar a Mamá todo el transcurso de la clase, sabía que algo planeaba pero la deje pasar.

Luego, de la clase al fin llegó el almuerzo y yo estaba más que feliz porque Barbara se veía decidida.

Nos sentamos en la misma mesa de siempre, yo estaba muy ansiosa por lo que me comi mi pizza de un bocado. Sorprendentemente Agustín vino a sentarse con nosotras, sabía que Karen no lo había arrastrado hasta acá por la expresión de su cara, si relación misma le sorprendió que quisiera sentarse con ella.

Yo buscaba por todos lados a mi madre con la mirada, no fue hasta que apareció con una bandeja que sonreí y por fin pude digerir la pizza con tranquilidad.

-Hola- dijo y se sentó en medio de mi mamá y yo, todos la miraron extraño.

-¿Que haces acá?- pregunto mamá.

-Vine a sentarme con mi nueva amiga ¿Eso es un problema para vos? ¿Te incómoda mi presencia?- mamá se tenso.

-No- sólo dijo eso y volteo a seguir comiendo su pizza, le di un pequeño empujón a Barbara, ella asintió y se volteo un poco hacia mamá.

-Micaela- la llamo -¿Vas a ir a la fiesta de Valentina?- mamá la miro.

-Tengo que, Pablo y Kevin me matan si no voy- vi una sonrisa de satisfacción en el rostro de Barbara -¿Porque? 

-No porque pensaba invitarte. Digo, si no tenes pareja- Mamá tenía los labios ligeramente abiertos por la sorpresa.

-¿Es en serio?- soltó una pequeña risita nerviosa.

-Si hermosa- yo me alegre y mi corazón comenzó a latir más rápido debido al apodo, casi lo lograba.

-Ah. No, yo...- mi mundo se derrumbó al escuchar eso.

-¿Ya tenes a alguien con quien ir?- sonaba decepcionada.

-No. Bueno. Algo así.- ¿de que estaba hablando?.

-No entiendo- Barbara entrecerro los ojos.

-Yo menos, es complicado, Julian Serrano es mi amigo, estudia en otro colegio, me dijo que nos veríamos allá, como una cita- ¿Que? No, no, no, no, ¿Julian Serrano? ¿Quien mierda es Julian Serrano?

-Ok, entiendo- Barbara se levantó algo enojada -Que te diviertas con Sierras- dijo seca y se retiró. Mi cabeza cayó contra el plástico de la mesa. ¿Porque a mi?.

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