La historia de mis madres (Barbica)

Capítulo 22

Y básicamente el jueves me la pase en cama, me sentía débil, muy débil, al punto de caer en el piso. Y justo, la única imagen de mi vida que tenia era el último día, antes de que todo esto pasará.

Mamá se la paso cuidandome. Se había comportado como una verdadera amiga.

El viernes llegó y, por alguna razón, me sentía mucho mejor.

Eran las ocho y mamá se preparaba para el baile, se miraba en el espejo, luciendo un hermoso vestido celeste, sin mangas. Ella se veía sin duda hermosa  pero su cara reflejaba la tristeza. Yo, solo usaba mi campera de cuero negra y mis jeans azules, la misma ropa con la que llegue.

-Sonríe- le di ánimos -Es tu día especial- Ella mordió su labio y una lágrima resbaló sobre su mejilla.

-No es especial si no estas con esa persona- bajo su cabeza.

-Ey, Ey, - la hice girarse para verme -Ella estará ahí.

-Con Daiana- seque sus lágrimas con mi dedo pulgar.

-Pero estará pensando en ti.

-No...ella tiene a la chica más hermosa de todo el instituto a su lado ¿Porque estaría pensando en mi?- sonreí.

-Porque eres hermosa, le gustas y porque sabe lo genial que sos.

-¿Y si es así porque va con ella?- me encogí de hombros.

-Porque es una estúpida, pero vos amas a esa estúpida- negó con la cabeza.

-No, ya no- y entonces mis piernas fallaron, caí al suelo, por suerte los brazos de mamá me sostuvieron para que mi cabeza no llegará hasta allá.

-Nicole ¿esta bien?- me levante con su ayuda.

-Lo estoy, solo necesito comer y nos iremos al baile- Ella me ayudó a llegar a la cama.

-No, no puedes ir asi- la tome de los brazos y la obligue a que me mire.

-Mica, no te preocupes, confía en mi, esto no es nada de qué preocuparse, debo ir al baile.

-Pero...si nisiquiera tienes pareja ¿Porque quieres ir?- sonreí débilmente.

-Quiero verte feliz, dicen que los bailes son mágicos, nunca se sabe que puede pasar- Ella soltó una pequeña risita.

-¿Estas segura?- asentí.

-Vamos a ese baile- asentío.

Unos segundos después el auto de Julian Iurchuk. Según el mamá la había impresionado el día de la fiesta, tanto como para llevarla al baile. No confiaba en el, pero alguien tenía que llevarnos y el se ofrecio.

-Gracias- dijo mamá cuando el se acercó a abrirle la puerta del auto. Y yo, bien gracias.

Me baje del auto pisando fuerte y los persegui a paso de golpe.

Cuando entramos lo primero que vi fue a tia Karen abalanzarse sobre mamá repitiendole una y otra vez que estaba hermosa, el tío Agus estaba detrás de ella hablando con tío Pablo y Kevin.

Busque a mi madre con la mirada, paseaba de un lado a otro buscándola. La zorra de Daiana estaba pero Barbara no.

Ahora lo que me faltaba era esto, que Barbara se hubiera arrepentido y escapado como siempre. Dios, quería matarla.

Perdí a mamá de vista. De pronto oí la voz de Daiana, su voz chillona pronunciando el nombre de mamá.

-Creí que había quedado claro que no venias Micaela- dijo. Me gire y estaba parada frente a ella, en medio de un tumulto de gente que se acercaba a mirar.

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