Nuestro adorado Cielo [KHR]

Cap -2- La fortaleza de nuestro Cielo

Es bien sabido que Sawada Tsunayoshi era una persona maravillosa.

El mismísimo reflejo del Cielo, amable y confortable.

Incapaz de atentar contra la vida de nadie, alguien amable, paciente y valiente si la situación lo requería, la persona ideal a la que cualquiera le gustaría serle leal.

Si intentabas atentar contra su vida, tenias a un sin fin de asesinos que te matarían al intentar tocarle un solo pelo.

Principalmente sus guardianes.

O pobre de ti, si intentas atentar contra el Décimo Vongola, solo me queda sentir lastima por ti, pero si intentas atentar contra su familia, incluidos conocidos, amigos, aliados, guardianes, todos ellos están en ella, tendrías que pedirle a alguien cercano a ti, que comience a preparar tu funeral.

Y no estoy exagerando.

La respuesta a esa pregunta que te haces, es simple, el Cielo carismático, paciente y amable, es un demonio por dentro, solo hace falta atentar contra alguien importante para él, para que lo hagas salir.

Y te felicitare si lo logras, pero también te diré que eres una persona estúpida.

Porque provocar su ira, es querer hacer que la tierra se parta.

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Es por eso que cuando encontraron a su Cielo frente a la mansión no podían pensar en nada que no fuera alivio, por verle en buen estado, y preocupación, por su desaparición y los hechos ocurridos entes de ella.

- ¡D-Décimo! ¡Esta bien!

- Tsuna, que bueno que volviste.

- ¡Tsuna-kun!

- ¡Tsuna-san!

- Kufufufu, al parecer te equivocaste con el conejito, arcobaleno.

- Tsunayoshi..

- Estúpido Dame-Tsuna.

El Cielo no dejo escapar una sola palabra.

A pesar de estar aún bastante lejos de donde ellos estaban, se le podía ver esa expresión, nunca antes vista, sin estar en su modo hiper, de seriedad en él, y un aura pesada también emanando de su cuerpo.

Los que habían comenzado a correr hacia el, se detuvieron abrupta mente a una, aún, gran distancia del castaño.

El resto que solo había comenzado a caminar hacia él, cayeron algo tarde para reaccionar a la actitud de su Cielo.

Esa alarma de alerta que se activo en un segundo en sus mentes, les dejo paralizados.

Ese era su Cielo, pero.. ¿Porque no se sentía como si lo fuera?

- D-Décimo.. Estoy seguro de que usted estuvo en algo realmente importante y no... no sabe lo que  paso en la mansión.. Pero le explicaremos sobre eso..

- Hayato.

Yamamoto lo retuvo, desde uno de sus hombros, impidiéndole, a la tormenta, el que siguiera caminando hacia su Cielo.

- ¿Qué haces, estúpido del béisbol? ¿No ves que tenemos que informarle al Décimo de lo que sucede?

Le recriminaba a su actual pareja, gracias a Tsunayoshi, que le dejara aclarar esa situación de que su Cielo estaba siendo inculpado.

Y es que, no quería admitir, que su Jefe, desde donde estaba, emanaba un aura de peligro.

No, él estaba convencido de que no era cierto aquello, solo eran imaginaciones suyas, sí, solo eso.