Cap -8- El perdón al Cielo

1K 101 4
                                    

Sonaba realmente fuera de lugar.

Quienes pasaban por los pasillos, escuchaban, una muy rara melodía, mejor dicho una especie de tarareo.

Tranquilo y a un compás lento.

Desde el día en que habían despertado todos, habían pasado otro par de días, para que se recuperaran lo suficiente, como para ir a revisar, investigar, u interrogar a su adorado Cielo.

Tanto para aquellos, que lo admitieran por las buenas, como para aquellos que lo admitieran por las malas.

A todos les preocupaba su Cielo.

Ya que les a ayudado, a aquellos que no podían pedir ayuda o no querían pedirla, para algún problema, y él se termino metiendo, para ayudarlo aún si estos le amenazaban.

Lean entre lineas, Xanxus.

Otros con, por muy raro, cursi o fuera de lugar que sonase, sentimientos.

Como lo fue con Hayato y Takeshi, Byakuran y Mukuro

E incluso algunos de ellos, le ayudaron a Hibari a dar el primer paso, para declararse al castaño, aunque varios se opusieron, claro, todo esto, sin que lo supiese el Cielo.

Eh incluso, asuntos en lo que no tenía nada que ver.

Claro, eso era lo que decían los demás, pero, para el castaño, todos los problemas de su familia, los consideraba propios.

Y por ello, vivía acumulando papeleo en su oficina, porque mantenía más tiempo, resolviendo problemas ajenos, en secreto, que el hecho de prestarle atención, a los asuntos de Décimo Vongola.

Dejaba de lado el papeleo, que él decía era poco, porque, para él, no era más importante el trabajo de Décimo que su familia.

Por ello ya no dormía, y había dejado de importarle, por ello estaba siempre con ojeras, y por ello ya no le daba tanta hambre y siempre era regañado por las sirvientas, su tutor o alguien que estuviera cerca, cuando se oponía a comer.

Ya fuera por el asunto que fuera, todos querían y tenían la necesidad de ver al castaño.

A medida, que pasaban por los pasillos, el tarareo se fue escuchando más claro, haciéndolos pensar, que se estaban equivocando de lugar.

En cuanto llegaron, frente a la celda, en la que tendría que estar el castaño, se encontraron con una puerta negra, dejando a más de uno sorprendido, ya que nadie tenía la necesidad de bajar, ya que a pedido de su jefe, no podían llevar atacantes, jefe de otras mafias o como lo quisieran nombrar.

Luego de quitar unas cuantas claves, demasiadas a la vista de la mayoría, pero, no decían nada, por que ellos, habían vivido de primera mano de lo que era capas su Cielo.

En cuanto movieron la puerta, que se partía y se habría mitad hacia arriba y mitad hacia abajo, más de uno abrió sus ojos del asombro.

De ese lugar provenía el suave tarareo, de su Cielo quien estaba amordazado, encadenado y aprisionado. A todos se les presionaba el corazón, al verle de esa forma.

Y es que, lo vieras por donde lo vieras, el castaño, no merecía estar en ese lugar, en ese estado, ante los ojos de todos los presentes.

Era un pensamiento de grupo, no unilateral, como pensaba cada uno de ellos.

~_~+~_~

Lo habían trasladado a otra sala, y a pesar de que ya lo conocían, les sorprendía que en el camino, el castaño actuara tan tranquilo, cuando, generalmente, en situaciones como esa, se ponía todo tembloroso y asustadizo.

Nuestro adorado Cielo [KHR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora