Si la desgracia lo llevaba al infierno ¿Qué más daba arrastrarse?
Aún se encontraba de rodillas, en el suelo, frente a los que aún, consideraba las personas más importantes para él, su familia.
No le importaba, estar días de rodillas, si con ello los contentaba, e incluso creería, en esos momentos, llegar a cortarse cada uno de sus dedos, si así se lo pidieran.
Definitivamente, estaba perdiendo la cabeza.
Pero, tampoco le importaba.
Y sin que se diera cuenta, y sin que nadie lo notara, comenzaron a surcar lagrimas, por su rostro.
Las heridas físicas, podían sangrar hasta algún día desaparecer, pero las mentales, no podían ser removidas, podría decir, que para él, de alguna forma las suyas, eran permanentes.
Y Tsunayoshi, toda su vida tuvo aquello presente.
Pero, para él, eso nunca tuvo la suficiente importancia, hasta que el bulto de problemas mezclados, en su cabeza, le comenzó a pedir atención, generándole dolores fuertes en esa zona, problemas alimenticios, poco o nada de apetito por la noche, nauseas, mareos, pero luego, de que aquello empezara, se integraron una a una esas personas, que en la actualidad son muy importantes para el castaño.
Por lo cual, eligió lo mejor, y les presto total atención a ellos, ya que estaba convencido, de que lo que el tenía no se comparaba, con los problemas que los demás cargaban, por ello hizo a un lado esas "pequeñeces suyas", como los llamaba en su mente, y regalo su ayuda, aún si no la recibieran de buena manera.
Y es que, el siempre amable Cielo, se estaba hundiendo solo, y a pesar de que lo sabía, no hacia nada para impedirlo.
Pero, aquello, nadie lo sabía más que él, siquiera la pareja, quizás ya no, del pequeño Tsuna.
Algo en su pecho, se oprimía al no recibir alguna respuesta, o siquiera algún sonido de alguien, o por lo menos una burla, pero no el silencio.
No estaba acostumbrado a el.
En ese momento, había cerrado sus ojos con miedo y angustia.
Estaba dispuesto a escuchar cualquier insulto, cualquier amenaza, a recibir golpes u ataques, pero nada.
Vivir con su familia lo había acostumbrado a estar rodeado de ruidos, gritos, disparos, amenazas, e incluso cuando por las noches se encontraba en su oficina solo, completando papeles, enviando cartas u resolviendo otros problemas, solía escuchar la música, ya que el silencio le aterraba.
Lo aterraba, al punto de ponerlo nervioso.
Y no era, que nadie le hablara por ignorarlo, no lo hacían como venganza, ni nada por el estilo.
Ya que nadie sabía de la, no tan leve, fobia al silencio, que había atrapado al castaño.
Que no se notaba a simple vista, pero podrían llegar a notarlo, pero para ello tendrían, que perseguirlo meticulosamente en sus idas y vueltas de un lado a otro por la mansión, resolviendo problemas todos los días.
Sino, que nadie podía pensar en algo para contestarle, ya que eso, no era una situación de broma, especialmente, por como se lo veía al castaño.
Nadie podía tomarse, aquella situación, con burla o sarcasmo, ya que, todos, podían diferenciar que el pequeño Cielo, en verdad estaba siendo atormentado, por su propia consciencia.
- Tsuna.
La única voz que resonó en la habitación, y que saco de sus pensamientos a todos, provoco que todas las miradas, excepto la del castaño, se fijaran él.
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Nuestro adorado Cielo [KHR]
أدب الهواةHibari x Tsuna Yamamoto x Gokudera Byakuran x Mukuro Solo menciones, pero en si, espero que sea de su agrado.