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love to bother you






—Seung Wan.

Se acercó a la secretaria que no había contestado al teléfono ninguna de las cinco veces que le marcó. El señor Jeon estaba un poco alterado por la presencia de aquél estruendo cerca de su escuela.

—Te estoy hablando Wendy ¿es broma? ¿por qué no contestas al teléfono? -la chica gira efusivamente al escuchar aquella voz.

Para nada diría que le temía, ella tan solo se encargaba de la secretaría y usualmente atendía a su jefe por vía telefónica. Su presencia en esa sala la estaba sacando de sus casillas. No acostumbraba a pasearse por las instalaciones, y Wendy sabía la razón por la que la rutina había cambiado. No era para menos.

—Lo siento tanto, Director. De verdad no lo he escuchado -respondió intentando sostenerle una mirada cargada de estrés.

El ojo izquierdo de Jungkook hizo tic al procesar las palabras de su empleada. Pero se le encogió el estómago al percatarse de la situación; ella también estaba siendo afectada por la interrupción.

—¿Qué pasa afuera, Seung Wan?

—Los obreros han iniciado la construcción del señor Min -dijo la chica con torpeza e inconscientemente bajó la mirada, haciendo que la expresión de Jungkook cambiara de fastidio a confusión.

Jungkook le dio la espalda —Llámale y me lo pasas. Subiré a mi oficina.

Su mirada voló a Wendy, quien se sonrojó ante la cercanía. Su jefe no solía hacer cosas tales, pero mientras eso pensaba su cerebro, su corazón galopaba dentro de su tórax impidiéndole a sus pulmones continuar con su labor común.

Primero él y luego mis pulmones, hoy todos planean dejar sus labores, Pensó ¿Puedo tomarme yo un descanso?

—¿Has dicho algo? -preguntó el hombre frente a ella.

Jungkook decidió retomar su caminata cuando la vio negar con la cabeza. Tal vez la estaba subestimando, le había dado el trabajo por simple atracción a una chica recién salida de la universidad.

Ignoró su nerviosismo solo hasta que la vio atrapar su labio inferior entre sus blanquecinos dientes. No supo qué hacer en ese momento, estaba incómodo, así que se frotó los ojos y le dio la espalda nuevamente para volver a su oficina y esperar el timbre del teléfono fijo.

Minutos después, este interrumpió su trabajo con la computadora y Jungkook se sintió un poco más aliviado al contestar.

—¿Yoongi?

—Sí, ¿Qué ocurre?

Jeon suspiró. —No quiero tener que demandarte.

Desde su oficina, Yoongi se extrañó de sus palabras e insistió en que le explicara mejor la situación.

—Tus obreros, primo. Están haciendo demasiada algarabía allá en frente.

—¿Demasiado? -preguntó Min incrédulo.

—No te llamaría si no. —Jungkook pasó una mano por su rostro, abrumado.

—oh... pero no creo poder detenerlos ahora. Tengo la autorización para iniciar el trabajo allí, aparte, tú estabas de acuerdo con que la construcción empezara.

Love To Bother You «Taekook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora