He llegado a casa a salvo, por lo menos. Elloy no ha llegado aun y me siento mas cómoda al saberlo. Carmen se encuentra en la cocina haciendo la cena, no quería hablar con nadie por lo tanto hice el menor ruido posible para que no me escuchara llegar. Mi habitación era algo grande, sillones de cuero rojo, cama mas grande que la matrimonial, y una televisión pantalla plana, nada fuera de lo normal pero mi costumbre es distinta.
Agarro la carta de mi bolso, y cuelgo de este en un guindador. Me voy hasta la cama y respiro profundo al saber que por lo menos en mi habitación estoy a salvo. Agarro la carta en mis manos y saco las fotos, son tres distintas y por la parte trasera tienen unos escritos. La primera es de un hombre totalmente de negro con lentes de sol negros y gorro negro, volteo la foto y leo.
"Este es Martín Carvajal, uno de tus protectores, como tu guardaespaldas, confía en el, no te hará daño."
Paso a la otra y son hombres de la misma manera, ropa negra, lentes negros, y gorro negro. Si de verdad esa persona me decía la verdad, me sentía mas tranquila con tener "guardaespaldas", aunque no estaba segura totalmente si esa persona me decía la verdad, ¿Por que me lo advertiría? ¿Que soy para el o ella?.
—Mia, ¿Querras comer ahora? — Pregunta Elloy abriendo repentinamente la puerta. Escondo la carta y las fotos detrás de mi cuerpo y lo miro. El trata de ver que oculto y acerca a mi. —:¿Que escondes?.
—Nada que te importe. — Respondo. — y para la próxima toca la puerta, es educación por si no te lo habían dado en el instituto o en la universidad.
—Es mi casa Mia, puedo abrir y cerrar como yo quiera.
—Si ujum.
Rodeo los ojos. Es obstinante siempre tratar a la misma persona igual pero se lo merece.
—Baja a comer. Te veo en cinco minutos abajo. Si no bajas vendré yo a buscarte, y de verdad no quieres que lo haga.
Su voz suena amenazante, se me eriza la piel al escucharla. El se retira y guardo las fotos en el sobre. Las quiero dejar en un lugar seguro pero no encuentro en donde, entonces se me ocurre guárdalas debajo de uno de los cuadros que hay en mi pared. Quedan totalmente ajustados a este y sonrió al conseguir lo que quiero.
Con la total inseguridad del mundo, bajo las escaleras para encontrarme con Elloy. Después de leer aquella carta, le tenia el mayor temor a mi propio padre, podría ser un asesino en serie, o un secuestrador de niños. Quito los pensamientos de mi cabeza y respiro profundo para regular mi respiración, esta algo acelerada, y tengo que calmarla para dejar de ser tan fácil de meter miedo.
Elloy se encuentra en la cabecera de la ancha mesa y Carmen se encuentra sirviendo a este. Me siento en la otra cabecera y lo miro instantáneamente. Carmen trae un plato hacia mi con frijoles y ensalada cesar. Trato de comer lo mas silenciosa que puedo, no quiero hablar con Elloy sobre nada, no quiero escuchar su voz, con tan solo escucharla me da miedo.
—¿Empiezas las clases este lunes cierto?
Pregunta, y entonces mi planes de no hablar se vienen abajo. Asiento con la cabeza y sigo comiendo.
—Ya hipoteque tu antigua casa. El dinero te lo daré mañana, pero antes quiero darte una tarjeta de crédito para ponerlos en ella, es mucho para tus manos.
—¿Por que no te quedas con el?
Pregunto encogiéndome de hombros.
—Tu casa, tu dinero. A demás necesitas ir de compras y un auto, aunque el auto te lo regalare yo por tu cumpleaños que es mañana por cierto.
Dejo de comer por un momento. Mierda, mañana es mi cumpleaños, no recordaba. El primer cumpleaños sin mi mama, el primer cumpleaños sin mi casa, el primer cumpleaños con una tortura andante. Pero lo que mas me sorprende es que se acuerde de ello, para ser un padre, no responsable y mal humorado, se acuerda del cumpleaños de su hija. <<Algo has hecho bien Mia>> me digo a mi misma. Sonrió y vuelvo a comer.
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King of Darkness
Teen Fiction"Son dos polos opuestos pero todos dicen que los polos opuestos se atraen".