segundo capitulo

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Portland no era como me lo imaginaba, todos hablaban de el como la pobre ciudad pero es algo moderno, en algún sentido. Los días habían pasado, la casa de Elloy cada día se me hacia mas incomoda, estaba acostumbrada a vivir en una simple casa con dos cuartos y un baño, pero esta es todo lo contrario. Tiene nueve cuartos, diez baños y es muy decorada, es hermosa por decir la verdad pero los espacios grandes me daban desconfianza. Mi relación con Elloy seguía siendo la misma, insultos, peleas, y algunas veces nos llevábamos bien. Sabia que Elloy no me quería, solo por ser su error pero estaba empezando a soportarme como su hija. No quería ser esa típica niña idiota que trataba mal a sus padres por saber que la abandonaron, pero era imposible no hacerlo, saber que tu padre te ha dejado por pensar que fuiste un error es algo doloroso, hiere tu corazón. 

Por otra parte, la escuela en Portland aun no ha comenzado, empezara la próxima semana por lo tanto tendría cinco días mas de descanso. Aun no tenia amigos, aunque he charlado con algunas chicas y chicos en Coava, una tienda de cafés, pero nada del otro mundo, solo charlas y conversaciones sobre nuestras vidas, no quizá contar nada sobre mi mama, ni de mi vida personal pero aun así sacaba conversación de cualquier tipo. 

—Carmen por favor, acuérdate de mandarle el mensaje a Nathaniel, es muy importante. — dijo Elloy a Carmen nuestra bedel. Ella asintió y siguió haciendo su trabajo. Yo me encontraba en la mesa en frente de ella. Después de que Elloy se fuera, me limite a mirar a Carmen. Quería saber mas cosas sobre Elloy y por lo que he notado, no hay mas nadie que conozca a Elloy que Carmen.

—¿Te puedo hacer una pregunta Carmen? — Pregunte.

Ella volteo su cuerpo y miro haciendo un gesto de que preguntara.

—¿Elloy había hablado de mi antes de que viniera hasta esta casa?.

Ella trago saliva. <<Mentiría>>, me dije a mi misma.

—No. Fue una total sorpresa saber que tenia una hija. — Respondió con un tono nervioso. La mire por un momento y dude en acusarla de mentir pero ¿Mentiria por una pregunta tan estúpida?, es algo extraño en este caso.

—¿Me estas diciendo la verdad? — Pregunte nuevamente. Carmen asintió y volvió a voltear su cuerpo para seguir haciendo sus deberes. Quería seguirle preguntando pero me parecía un poco acosador. Investigaría por mi propia cuenta, no involucraría a nadie mas en esto, y mucho menos a una señora de cuarenta años de edad. Sabia el puesto de Carmen, tenia miedo de perder su trabajo por hablar cosas que no debía, la comprendía, si fuera yo también haría lo mismo.

Coava estaba abierto las veinticuatro horas del día por lo tanto, casi siempre estaba allí. Era un gran lugar, era cómodo y relajado, las personas de Portland era mucho mas tranquilas que las de Dallas, no estaban todo el tiempo en problemas como mi antigua ciudad.  A pesar de todo, me estaba acostumbrando al estar en Portland, si iba a estar para siempre aquí, tenia que hacerlo.

Estaba en Coava cuando una mujer de tez blanca y cabello oscuro se acerco a mi. La mire detenidamente y ella hizo lo mismo. Estrecho la mano para entregarme algo y mire sus manos para ver de que se trataba.

—¿Que es esto? — Pregunte.

Sonrió amablemente y pregunto.

—¿Eres Mia McQueen?.

—Si lo soy. — Respondí con cierto miedo de que se pudiera tratar de algo malo.

—Toma me lo han mandado a que te lo diera. — me entrego un sobre. 

—¿Quien te lo ha dado?.

—No lo se,  no recuerdo muy bien. — la mujer trato de recordar, pero le fue imposible. Se retiro y mire el sobre con confusión. Solo tenia cuatro días en esta ciudad y ya me vienen a entregar sobres, es algo raro en algún sentido, lo es. Respire profundo y abrí el sobre, había una carta dentro de ella, la tome y espere en abrirla. Al abrirla, me encontré con un párrafo y algunas fotos. Mire a ambos lados de mi vista y empecé a leerla.

"Mia si llega esta carta a tus manos, quiero que sepas que no estas a salvo. Ten cuidado en quien confías, no te fíes de nadie, recuerda que la confianza no existe, trata de estar alejada de cualquier persona extraña. No te encuentras en capacidad para enfrentar a alguien, eres débil en algunos sentidos, quiero que te mantengas a salvo, tu vida cuesta mas de lo que esperas, cuesta mucho para decir la verdad. No te preocupes, encontrare la manera de salvarte, se que no me conoces pero yo a ti si, y te mantendré a salvo, trato hacer lo mejor que puedo. Y también necesito que no confíes en tu padre Elloy, no es una gran persona, no es buena, mantente lo mas alejada que puedas de el.

Atentamente: Anónimo".

Cierro la carta lentamente y miro a mi alrededor, nadie me mira pero aun así siento temor de cada persona que entra en este lugar. Tomo mi bolso y dentro de el, meto la carta, mi paso es apresurado y con miedo, pero mi rostro es firme y seguro. Si estaba en peligro, debo de dar el mayor miedo que pueda. 

Cruzo la calle cuando el muñeco verde se enciende. Definitivamente necesitaba un auto, esto de caminar todos los días se me hacia fastidioso y cansado. Metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y empiezo a correr lo mas rápido que pude. La adrenalina corría por mis venas, me sentía como la típica película que la protagonista siempre estaba en peligro.

—¡Mia!

Gritan desde muy lejos. Casi no lo pude escuchar. Voltee mi cuerpo y vi a Steven corriendo hacia mi.

—Mia necesito un favor, de ti por supuesto. — dice con respiración agotada. Pone las manos en sus rodillas y trata de respirar tranquilamente, cuando lo logra vuelve hacia mi.

—No puedo Steven, estoy apresurada, necesito llegar a casa lo mas temprano posible.

Mentí. El me mira con decepción y se despide. Steven era un gran chico pero no podía fiarme de el cuando solo tengo cuatro días conociéndolo. Es algo que no va en mi. Steven era un castaño alto, con hombros anchos y abdominales perfectos, estaba bueno, si lo estaba, también es una gran persona pero aun no puedo decirlo con seguridad porque no lo he llegado a conocer bien, tal vez sea un asesino encubierto y yo no lo sabia.

King of DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora