Décimo primer capitulo.

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No se cuantos días pase en este estado pero no volví a despertar después de aquella conversación. La intriga me comía el cerebro, quería regresar y preguntarles que traman pero mis ojos no me ayudan a despertar.

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Despierto después de todo, no hay nadie a mi alrededor pero se que no tardare mucho en estar sola. Me frote bien los ojos y trate de levantarme pero habían tubos alrededor de mi cuerpo, impidiendo que de un paso al suelo.

En ese momento abren la puerta y se adentra Damon por ella, quedando sorprendido al verme despierta. Corre hacia mi y pone su mano en mi cabeza.

—¿Cuando has despertado?. — Pregunta con preocupación. Quería responder pero mi boca estaba totalmente seca como para formular alguna palabra. Damon abre la pequeña nevera que se encuentra a mi lado y saca una botella de agua, la abre y me la entrega. Al beberla siento ese alivio en mi garganta, estaba tan seca que parecía imposible. —Ahora si contéstame por favor, necesito saberlo.

—No llevo ni diez minutos levantada. — digo con dificultad. El suspira con alivio y se sienta a un lado de la cama, le doy espacio para que se acomode y lo hace. Recuerdo lo que mama me dijo "Confía en el Mía", si mama lo decía, tenia que hacerlo. Sera difícil hacerlo por toda la oscuridad que genera el, pero tratare de hacer que sea posible.

Damon sin decir mas, toca mi cabello y empieza a hacer caricias en el. Cierro los ojos por unos momentos y disfruto del momento. Al decir verdad, este Damon me agradaba mas que el Damon oscuro y sin sentimientos.

—¿Porque cerraste los ojos? te dije que no lo hicieras, no sabes cuanto miedo tuve cuando te vi tirada en el suelo con los ojos cerrados y casi sin respiración. — noto su angustia en sus palabras y se que lo que esta diciendo es cierto. Sonrió al pensar que le importo a Damon.

—No quise cerrarlos ¿Piensas que quiero morirme?, me pesaron los ojos y tuve que ciérralos. — me defiendo. El suspira y deja de acariciarme el cabello.

—Lo importante aquí es que estas viva.

—Oh si... por cierto ¿quien dono la sangre?. — Le pregunte.

—Yo, yo lo hice. Eres mi mismo tipo de sangre, y la verdad no entiendo el porque, si no somos familia. — se encoge de hombros y me mira por unos segundos. — Ha venido tu padre, quiere que en cuanto salgas de aqui, vayas a tu casa, te ha castigado.

—¿Por que? — Pregunto.

—No se, eso es lo que ha dicho, pero yo que tu no fuera.

—¿Ah? ¿Por que no lo haría?. — Pregunto nuevamente.

—Mia, no estas a salvo en este pueblo, yo estoy tratando de salvarte. — Declara. ¿De que habla? ¿Por que estoy en peligro?, no se de lo que habla, dios necesito estar mas informa con respecto a mi.

—Estoy a salvo, no me ha pasado nada malo. — Mentí.

—¿Si? ¿Y las cortadas que te salen de pronto? ¿El disparo que te dieron? ¿la casi muerte que tuviste?....— pregunta seguidamente. —...¿Acaso eso es estar a salvo?.

—¿Como sabes de las cortadas? — Pregunto sorprendida.

—Steven me lo ha dicho. Ya se que sabes todo lo que hablamos aquel día, después te lo contare, ahora no tengo tiempo para hacerlo, por los momentos solo descansa y disfruta de este día. Mañana sera un día fuerte para ti. — Dice y se levanta de la cama. Acerca su rostro al mio y luego se dirige a mi oído. — No dejes que entre nadie, ni siquiera las enfermeras por favor, si quieres algo, llámame mi numero esta de primero, me importas Mia, me importas mas de lo que crees.

Besa mi mejilla y se va, dejándome un teléfono a mi alcance. Olvide preguntarle varias cosas, no me dio el tiempo necesario para hacerlo y me estaba consumiendo la curiosidad.

Pasaron algunas horas y yo me mantenía mirando el techo pensando en que estaría haciendo Damon. Estaba tan estúpidamente hipnotizada con su forma de ser, que no me di cuenta que alguien tocaba la puerta. Salí de mis pensamientos y trate de levantarme pero los tubos que estaban en mis brazos me lo impidieron y la persona paso. Por fortuna era Emely con algunos regalos en sus brazos. Sonrió al verme despierta y corrió a abrazarme.

—Dios cuanto te extrañe, no sabes la falta que me hiciste, juro no volverte a dejar sola en la vida, no me despegare de tu lado, seré un chicle. — dice apresuradamente mientras me abraza.

—Emely estoy bien, no pasa nada, también te extrañe.— digo sonriendo. Ella se aleja de mi abrazo y me pone una bolsa de regalos en mis piernas, junto con una caja.

—Te traje unos regalos, por tu recuperación. — Dijo con alegría. — Ábrelos, se que te encantaran.

Abrí la caja y unos tacones negros con adornos dorados, hermosos al decir verdad. Luego abrí la bolsa y era un vestido al igualmente negro, no puede verlo bien pero sabia que era hermoso.

—Muchas gracias Emely, pero no tenias porque. — Le digo apenada.

—Pff no es nada, es solo para que te sientas mejor.

Estuve un gran rato hablando con Emely y me sentí bien al hacerlo, pero tuvo que irse, ya que su padre la llamo por asuntos familiares. Nuevamente me encontraba sola, y ahora era de noche, la habitación estaba oscura y solo se veía la sombra de la ventana.

Trate de dormir pero no pude, estuve pensando en como seria el día de mañana y no tuve respuesta alguna, no sabia como iba a hacer, pero por lo que ha dicho Damon, seria duro para mi, ya quiero imaginarme como sera.

Cierro los ojos por un momento y me concentro, quiero despejar mi mente, pero el ruido de las personas allá afuera me desconcentra por completo. En eso siento un ruido de una puerta pero estoy segura de que no era la mía. Cuando quiero abrir los ojos siento como alguien pone una almohada arriba de mi cabeza y empieza a asfixiarme, grito y grito pero no puedo escucharme, mi respiración cada vez es mas lenta y estoy quedando sin respiración. Tomo el teléfono y le doy a cualquier botón, sentí como el teléfono vibraba en mi mano y sabia que estaba llamando.

—¡Damooon! ¡Damon ayúdame por favor! — Grito con dificultad. Mi respiración cada vez es poca, y en cuanto casi me desmayo, siento como alguien agarra a mi asesino y empieza a golpearlo. Quiero respirar pero se me hace complicado hacerlo. Alguien quita la almohada de mi rostro y trato de abrir los ojos pero se me hacen pesados.

—Mia no te duermas, no otra vez, no soporto verte con los ojos cerrados por favor escúchame, no te duermas. — dice con desesperación. Y por su tono de voz, se que es Damon. Damon esta aqui. — Discúlpame pero tengo que hacerlo.

Y allí siento como sus labios tocan los mios y empieza a darme respiración de boba a boca.

King of DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora