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Capítulo veinte

Era el día acordado y casi la hora citada. Millie terminaba de arreglar el traje que habían elegido unos días atrás, mientras Noah se dedicaba a revisar su celular cada cinco segundos, en busca de la notificación que tanto estaba esperando.

⸺ Le enviaste el maldito mensaje hace mucho tiempo, no responderá.

No quería ser grosera, pero le estresaba de sobremanera que su mejor amigo siguiera esperando por algo que no sucedería. Tenía que afrontar la realidad o se dañaría más a base de sus ilusiones.

⸺ Ha sido todo mi culpa, lo arruiné con _______.

Respondió, mirando fijamente su teléfono por última vez antes de bloquearlo. Subió la mirada a la mayor cuando la volvió a escuchar hablar.

⸺ Si no ha respondido es por algo, dale tiempo o arregla las cosas. Lo arruinaste, pero no puede ser para siempre, ¿o es que así lo crees tú?

Como siempre, lo dejaba pensativo. Estaba en lo cierto, todavía podía arreglarlo, o es lo que esperaba. Era entendible que Calvert estuviera enojada o dolida con él, se supone que eran buenos amigos. Necesitaba darle tiempo y luego presentarse, sin miedo. Tenía que dar el paso para ofrecer su más sincera disculpa.

⸺ ¡Perfecto!

El repentino cambio en el tema, nuevamente le tomaba por sorpresa. Millie había terminado de arreglarlo, así que podían irse.

Brown tomó su propio camino y Schnapp se encontró, luego de minutos de recorrido, frente a la casa de la chica con quien tendría su salida ese día. Bajó para tocar la puerta y la acompañó hasta el vehículo, en donde tomaron asiento uno al lado del otro.

Era bastante temprano, planeaban ir al boliche y luego a almorzar.
Partieron de inmediato, manteniendo una charla entretenida mientras tanto.  

(...)

Habían pasado tres o cuatro horas. Los chicos habían tenido una mañana divertida e incluso habían ido por helado luego de comer. Se habían dedicado a conocerse más y Noah había descubierto lo agradable que era la menor. Aunque se llevaban un par de meses, en realidad.

⸺ Dime, ¿qué preferirías entre...

No pudo completar la pregunta, siendo interrumpido por su teléfono que anunciaba una llamada entrante. Se disculpó y atendió de inmediato al conocer el contacto.

⸺ Noah, me alivia que atiendas. ¿Te encuentras bien? ¿No vendrás hoy? Estamos esperando por ti.

La voz de Andrew llegó inmediatamente a sus oídos, sus palabras dejándolo desconcertado. Hizo memoria, quedándose en silencio por unos segundos. ¿Qué día era? Oh, mierda. Se había olvidado del nuevo horario, tenían que filmar ese día, a diferencia de lo que dictaba el horario antiguo en el que correspondía día libre. No podía faltar, de ninguna manera se lo permitiría.

⸺ Lo lamento, Andrew, he tenido un ligero atraso. Llegaré pronto.

Aseguró, sin tener ninguna excusa sólida para defenderse. El mayor aceptó y le advirtió que si algo más surgía, debía avisar inmediatamente. No podían esperarlo todo el día. Por suerte, habían comenzado hace poco.

Suspiró al colgar y observó a la chica con pena. Ella le miraba con confusión.

⸺ Realmente lo lamento, pero tengo que irme ahora mismo.

Ella se quedó en silencio un momento, pareciendo meditar sus palabras y luego asintió, levantándose de su asiento.

⸺ Yo lo entiendo, vamos entonces. 

El auto aún estaba afuera, pues los había llevado de un lugar a otro. Subieron, volviendo en dirección de la casa de la chica para dejarla y luego partiendi de prisa hacia la ubicación donde estarían grabando. No se instalarían en el set ese día, por lo que le quedaba mucho más cerca.

El director suspiró aliviado al verlo llegar y fue rodeado de inmediato por maquillistas y personas que se encargaran de arreglarlo.

⸺ Terminaremos de grabar algo aquí y en cinco minutos debes estar en escena, ¿bien? Grabaremos la escena del beso hoy.

Eso lo descolocó. ¿Había escuchado bien? ¿Realmente había olvidado la parte del libreto que correspondía? Por supuesto que tenían que grabar esa escena. Tendría que besar a _______ ese día. No se lo creía, tendría que besar a _______ Calvert, la chica que se había adueñado de su corazón fuera de escena. Vaya, parecía que nunca tenía suficiente con el constante viaje de emociones. Y justo tendrían que grabarlo cuando parecía que las cosas entre ellos no podrían estar más tensas.

Esos fueron sus pensamientos, mientras alguien lo obligaba a caminar en dirección del área de vestuario.

Su suerte era increíble.