Siempre te encontraré

Capítulo 10

Durante la caminata con Lafayette los problemas perdían sentido en mi mente, llegó en el momento indicado, justo cuando estaba a puertas de darme por vencida, encendió algo en mí, la chispa de la esperanza; regresando a casa para la hora del almuerzo solo podía cargar los girasoles y veía lentamente la majestuosidad de tal planta, era bellísima, los pétalos reflejaban vida a través de ese hermoso color amarillo, sin duda alguna era mi tipo de flor favorita. Debo admitir que hablar con Lafayette es algo complejo... A veces, expresaba frases o palabras en francés, y no hablo fluido el francés, pero logramos como una especie de "terapia" para poder entendernos

*flashback*

— Mademoiselle, ¿podemos ir a comer algo? Je meurs de faim — dijo bromeando

— Ehm, otra vez — dije mirándolo tratando de adivinar lo que decía, mientras él hacía gestos extraños, su dedo índice pasaba por su cuello, mientras frotaba su estómago, mentiría si dijera que no me estoy riendo a más no poder— ¡Un mono con dolor de estómago! Un soldado pobre y hambr... ¡ALEXANDER HAMILTON!

Eso provocó que ambos estalláramos en risas, seguíamos bromeando respecto a sus intentos de darse a entender, pero eso era lo mágico, lo que alimentaba el fuego de esta amistad

— Laf— dije tocando su hombro con mi dedo y provocando que su mirada se dirija hacia mí — ¿Qué intentabas decir, antes de mencionar a los monos?

— Te decía que tenía hambre — dijo mientras su mano rascaba su nuca

Me reí y fuimos a buscar algo de comer en alguna tienda cercana...

*fin del flashback*

Llegué a casa con una sonrisa en el rostro y fui a poner los girasoles en agua, fui a mi habitación a cambiarme a algo más ligero y cómodo, observé la carta, ahora había otra, y un nuevo girasol al lado de el de ayer, me daba curiosidad, pero a la vez no me sentía lista para poder abrir el sobre y leer lo que había dentro, quizá otro día. Me dirigí a la cocina, tenemos sirvientas que nos preparan todo lo que deseáramos, pero me gustaba hacer mis cosas sola, ser independiente, saqué algunos ingredientes y me decidí por hacer galletas, mi madre me había enseñado cuando yo era muy pequeña, realmente la extrañaba, preparé las galletas mientras tarareaba "la canción de las galletas" solía cantarla con mi madre cuando las hacíamos, se veían bien, las puse en un plato y las coloqué en la mesa

— Hermanas, hice galletas — grité en la base de las escaleras

— Huele delicioso — bajó apresurada Eliza, agarró una y se la llevó a la boca — están riquísimas

Conversamos un rato de temas corrientes, mientras comíamos las galletas con leche, era tan divertido pasar tiempo con mi hermana, era dulce, hermosa; Alexander tiene a la mejor pareja del mundo, mi hermana es perfecta, me encantaría ser como ella, aunque a veces le gusta entrometerse en mi vida personal

— Y ¿cómo vas con John? — dijo mirándome y sonriendo

— Fuimos amigos — me limité a decir removiéndome en mi asiento nerviosa

— Oh, entiendo — dijo callándose y tratando de no darle importancia — estas galletas están muy ricas, y si compramos ingredientes para ser una tarta, como las que hacía mamá

— Suena bien, anda alistando los materiales, yo voy al pueblo por ingredientes — dije sonriendo y dirigiéndome a la puerta

— Con cuidado — canturreó mi hermana

— Si, lo sé — dije sonriéndole

Salí a comprar al pueblo, repase la lista mental de las cosas que debía comprar

— Debo conseguir huevos, leche, harina, mantequilla, algunos frutos secos y eso es todo creo — dije frotando mi mentón y me encogí de hombros — creo que será suficiente

Caminaba por el pueblo comprando los ingredientes y me acordaba de el paseo previo con Laf sonriendo, compré lo que faltaba, recuerdo que uno de los toques que le daba mi mamá a los postres es un poco de licor, no sabía muy bien donde conseguirlos así que pregunté y me indicaron a una pequeña tienda llena de botellas de todos los precios y tamaños

— ¿Peggy? ¿Qué haces aquí? — giré mi rostro y vi a John, estaba con el cabello desordenado, ojeras, estaba pálido, se veía desastroso

— Vine a comprar un poco de licor — dije sin expresión, ocultando la preocupación que sentía al ver a John así

— ¿Para ti? — dijo mirándome extrañado

— Una vieja receta familiar — dije cortando la conversación y pagando la botella

Terminé de pagar la botella y me dirigí a la puerta, tenía que regresar a casa rápido, caminaba intranquila, John, estaba desastroso ¿Le habrá sucedido algo? Me preocupaba verlo así, ya no tenía el brillo que tanto admiraba de él

— ¿Eliza? — dije mientras abría la puerta

— ¡Llegaste! — dijo mi hermana ayudándome con la compras

— Si, aquí están los ingredientes — dije pasándole las bolsas

— ¿Te encuentras bien? Parece que viste un fantasma — dijo preocupada viendo mi rostro, no vi a un fantasma, pero se acercaba muchísimo

— Sí, todo bien — dije sonriendo — Hagamos esa tarta que tanto nos gusta

Mi hermana asintió y nos dirigimos a la cocina a hacer la tarta, mientras cantábamos y jugábamos, fue un día cansado y de muchas emociones, me despedí de mi hermana y me dirigí a mi habitación a dormir; sin duda necesitaba descansar, de todo.

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He vuelto, últimamente estoy teniendo problemas de inspiración y por eso la demora, les pido perdón si los dejé esperando. 😬

Atte. La autora 💙