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NARRA AMAIA
Hoy por fin iríamos a casa, por una parte estoy asustada por cómo están viendo mis padres nuestra relación, pero por otra estoy muy feliz porque ya les podré contar bien todo lo que está pasando entre los dos.
-Bon día - me dijo Alfred dándome un beso muy tierno en la cabeza y sacándome de mis pensamientos.
-Buenos días - le contesté con una sonrisa y dándole un beso largo como todas las mañanas. -¿se han ido todos?
-Sí, es que son las 9:30 ya, han sonado 10 canciones y ni te has inmutado. Que pareces la bella durmiente- me habló mientras me apartaba el pelo de la cara y se acercaba a mí para empezar a darme besos por toda la cara.
-Jo Alfred, es que ayer entre todo lo que hablamos y la canción de esta semana no he dormido nada bien -dije sentándome encima de su cadera y cogiéndolo de las manos. - y me encantaría pasar toda la mañana tumbada contigo en la cama sin hacer nada pero tengo que ensayar la canción, que no soy capaz de hacerla bien.
-No te preocupes, si tú lo haces todo bien. Además, hoy vas a ver a tus padres, déjate un día para ti.
Acto seguido los dos se cambiaron y salieron de la habitación para irse a desayunar y a hacer clase.

NARRA ALFRED.
Quedaba solo una hora y media para que nos fuésemos los de Barcelona a nuestras casas, Amaia, Aitana, Nerea y yo aún estábamos en la academia, estábamos hablando en los sofás sobre lo que haríamos cuando estuviésemos fuera y como seria volver a estar con nuestras familias después de dos meses sin verles.
Cuando por fin bajamos, me encontré con mis padres y con los de las chicas abajo. Vi a mi madre hablando con la madre de Amaia y no pude evitar ponerme un poco nervioso. Fui hacia ella, señalé a nuestras madres y le cogí de la mano haciéndole un gesto para que nos acercáramos a ellas.
*-Mama, papa! Quant de temps! - le dije a mi madre dándole un abrazo. A mi lado vi como ella hacía lo mismo.
Cuando nos separamos, nos pusimos a hablar los 4 mientras se acercaba mi padre para hablar con Amaia y su madre. La noté un poco incómoda con la situación así que la cogí de la mano para hacerla sentir un poco más segura. Estuvimos casi una hora hablando de todo lo que pasaba en la academia hasta que por fin nos despedimos para irnos cada uno a su casa, yo a la mía y Amaia a la de su hermano.
Hablé con mis padres en el camino a casa y me preguntaron mucho sobre cómo había empezado todo, y no me faltó tiempo para contarlo.

NARRA AMAIA.
Cuando llegué al coche estaba también mi hermana, en el trayecto hacia el piso de mi hermano mis padres estuvieron hablando de la familia de Alfred, de lo que habían estado hablando...
-Amaia, ¿por qué estás tan roja? - me preguntó mi hermana Ángela riéndose.
-No no, nada, es que tengo calor aquí...
-Ya, sí, calor, a 10 grados... yo creo que hablar de Alfred te pone un poquito nerviosa, venga cuéntanos. ¿que tenéis? - me dijo ella sonriendo.
Miré a mi madre desde el asiento de atrás y me miró con cara de que ellos también querían saberlo, así que no creí tener otra alternativa.
-Tenemos algo, sí Ángela, ¿contenta? -le contesté mirándola con mala cara. - Empezamos en la segunda semana de concurso, pero nunca hicimos ni dimos ninguna seña hasta después de City of Stars.
-Bueno, menuda sonrisa tonta, estás hasta las trancas y se ve desde fuera hija- dijo mi madre pillándome desprevenida mientras bajábamos del coche y mi padre se reía.
Nunca habría pensado que se lo tomarían tan bien, pero me alegro tantísimo de que lo estemos hablando de una forma tan natural, y me quita un peso enorme de encima el hecho de que lo acepten tan bien.
UN DÍA DESPUÉS

NARRA ALFRED.
Este día y medio fuera de la academia me fue muy bien para desconectar de todo un poco, celebramos Navidad en familia como todos los años, vinieron mis mejores amigos a casa a pasar la tarde y poco después ya volvía para la academia.
Cuando llegué eran casi las 7 de la tarde, vi que ya habían llegado Aitana y Nerea así que subimos todos para la academia. Estuvimos un buen rato los 3 hablando sobre cómo nos había ido, que habíamos hecho...
Poco después escuché abrirse la puerta y vi a Amaia entrando a la casa.
-¡Amaia! -gritó Aitana emocionada -¡Por fin! - dijo mientras le daba un abrazo.
-¡Hola! ¿qué tal, cómo fue todo? - dijo acercándose a mi...
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*¡Mamá, papá! ¡Cuánto tiempo!

Después de las 2:36. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora