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NARRADOR EXTERNO.
Los dos días habían pasado muy despacio para los dos. Era por fin el día en el que volverían a verse y ambos estaban bastante nerviosos, no solo por estar juntos de nuevo sino también por cantar otra vez en la gala especial.
Eran las 9:30 de la mañana y Amaia salía de su casa para ir hacia Barcelona.
'Salgo ahora de mi casa, llegaré antes de las 2'
se lo envío a Alfred por whatsapp y solo tuvo que esperar unos minutos para que éste le respondiera. 'No sé si voy a poder ir a recogerte, me ha surgido una reunión a la hora de comer y no sé a qué hora terminaré. Te espero en el hotel.'
En realidad, Alfred iría a esperarla a la estación para después llevarla a comer por Barcelona, pero decidió decirle eso para darle una pequeña sorpresa en cuanto llegara.
Amaia, por su parte, algo decepcionada, decidió dormirse lo máximo que pudiese en el camino para llegar despejada a la gala.

NARRA AMAIA.
Después de casi 4 horas de trayecto, mi tren llegó a la estación de Barcelona. Cogí la pequeña maleta que había preparado para los tres días que me quedaría allí y bajé rápido del tren. Me quedé en la puerta de la estación esperando a mi hermano para que me llevara hasta el hotel y durante la espera recibí un Whatsapp.
'Gírate'
Fue Alfred quien me lo envió, me quedé unos segundos pensando que se habría equivocado, pero al girarme vi a mi novio esperándome fuera de la estación con una sonrisa de oreja a oreja. Fui corriendo a abrazarle y nos quedamos así unos segundos. Se separó un poco de mi y puso sus manos en mi mandíbula a la vez que se acercaba para besarme. Sonreí contra su boca cuando noté como sus manos bajaban hasta mi cintura y me acercaba más hacia su cuerpo.
-Pensaba que tenías una reunión. - le dije cuando nos separamos.
-Bueno, quizás te he mentido un poco. - contestó el riendo.
Le sonreí y volví a abrazarle, fui a recoger mi maleta, que se había quedado dentro de la estación, y fuimos hasta su coche.
En el trayecto estuvimos hablando sobre cómo habían sido lo dos días en casa y como habían reaccionado nuestras familias a lo que nos había venido una vez fuera.
Media hora más tarde nos encontrábamos en el garaje de un edificio que supuse que era su casa.
-¿Estamos en tu casa? - pregunté cuando bajé del coche.
-Sí. - me respondió él sacando mi maleta del maletero. - Hablé ayer con Noe y me dijo que no había problema, que con que estuviésemos en plató a las 6 iría bien.
Seguía sacando algunas cosas del maletero y me acerqué a él para abrazarle por detrás.
-Me parece muy bien, la verdad. - el se giró y me dio un rápido beso para después cogerme de la mano y llevarme hasta la puerta de su casa.
Abrió y me sorprendí al ver que no había nadie más, me dirigió hasta su habitación, donde dejé mi maleta y salimos hasta el salón para sentarnos los dos juntos en el sofá.
-¿Nos vamos a comer? - me preguntó.
-¿Y si mejor pedimos una pizza? No me apetece salir... - él sonrió al darse cuenta del doble significado que podía tener lo que acaba de decir.
-Vale, lo que tú quieras.
Comimos entre broma y broma mientras veíamos una de las películas de Harry Potter, como habíamos dicho dentro de la academia que haríamos.
La película terminó y todavía quedaban dos horas para el ensayo en plató. Nos quedamos en silencio un buen rato, estaba tumbada encima de él y notaba como me acariciaba el pelo con una mano.
Me giré sobre mi cuerpo y me acerqué a él para darle un beso muy suave, él me correspondió al instante y poco a poco la temperatura del salón comenzó a subir.
Nos levantamos del sofá y me llevó de la mano a su habitación y, una vez estuvimos en la cama, me deshice de la ropa de ambos ya que empezaba a molestar.
Unos minutos después estábamos los dos tumbados en la cama en silencio. Dentro de la academia habíamos aprendido a decírnoslo todo estando callados y nunca se hacía un silencio incómodo entre ambos.
-Te echaba muchísimo de menos. - me susurró al oído.
-Pues ahora me vas a tener que aguantar unos días seguidos. - Él se rió y volvió a besarme, esta vez más tranquilamente.
Seguíamos en la cama hasta que vi la hora en mi móvil. Las 5:30.
-Alfred, o nos vamos ya o no vamos llegar al ensayo. Van a matarnos.
-Mierda, vístete y nos vamos. - dijo levantándose y volviéndose a poner la ropa.
Salimos de casa con la certeza de que llegaríamos tarde a plató, y así fue, a las 6:30 todavía estábamos en la carretera de camino a Terrassa.

NARRA ALFRED.
-Aitana, necesito que le digas a Manu que llegamos enseguida, se nos ha hecho un poco tarde a Alfred y a mí... - dijo Amaia hablando por teléfono con Aitana. Al otro lado de la línea se escucharon risas de algunos de nuestros compañeros.
Colgó el teléfono y volvió a mirarme, yo sonreía pero a ella parecía no hacerle ninguna gracia.
-Alfred, nos van a matar.
-Van a entenderlo, ya verás. Un chico y una chica... en una casa... solos... sin verse dos días... -bromeé- Sí, lo entenderán. - me reí y ella no pudo evitar reírse también.
5 minutos después llegamos a plató, ya estaban todos ensayando y, al vernos entrar, se pusieron a aplaudir mientras se reían.
Noté como Amaia se ponía roja y yo no pude evitar reírme ante lo que estaban haciendo.
-Anda, vamos a dejar las cosas. - le dije cogiéndola de la mano y llevándola a uno de los camerinos.
-No te preocupes, ves como lo han entendido. - le dije poniéndome delante de ella.
-Ya, pero... - no quería que siguiera por ahí así que la callé con un beso corto.
-Vámonos, que no nos echen más de menos.
Salimos los dos del camerino y fuimos con los demás para empezar a ensayar la última gala que haríamos.
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¡Hola!
Primero que todo, gracias por leer y votar la
historia, me hace muy feliz que os esté gustando.
Decidme si os gusta la idea de un narrador externo siempre, ya que así puedo dar el punto de vista de ambos más fácil.
¡Gracias!

Después de las 2:36. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora