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NARRA ALFRED.
Solo quedaban dos semanas de concurso, era viernes por la noche y nos habían dejado la habitación abierta porque estábamos todos muy cansados. Estaba sentado en la cama de Amaia con ella tumbada en mi regazo leyendo uno de los libros que nos habían regalado. Estuve casi 20 minutos mirándola leer mientras le acariciaba el pelo.
-Amaia - ella levantó un poco la cabeza - me aburro.
-Pues hay mucha gente como para desaburrirte ahora, coge tu libro y lee conmigo anda.
-Porfa Amaia, solo un poquito... - dije poniendo cara de pena.
-Vale, pero solo un poco eh, que te conozco. - dijo cerrando el libro y sentándose en la cama a mi lado. - ¿ducha?
Yo le sonreí y asentí con la cabeza, me levanté y ella vino tras de mí. Salimos fuera y cogimos dos toallas, entramos en la ducha que estaba vacía, ya que en la otra estaba Miriam y no queríamos molestar.
Nada más entrar se abalanzó a besarme. Habíamos establecido sin saberlo una rutina cada vez que entrábamos en ese cuarto: muchos besos, una ducha de agua caliente y quedarnos los dos enrollados con la toalla y sentados en el suelo hablando de cualquier cosa.
-¿Te imaginas que hacemos un dueto tú y yo para Eurovisión? -pregunté.
-Sería increíble, ojalá. - dijo ella entrelazando sus manos con las mías. - ¿salimos? es que empiezo a tener frío.
Nos levantamos los dos del suelo, pero antes volví a acercarme a ella para besarla, tenía que aprovechar ahora, porque en la habitación había demasiada gente. Ella me siguió el beso y puso sus manos al rededor de mi cuello, yo bajé las mías desde su cintura hasta su culo. Se rió cuando notó mi mano y nos separamos un poco.
-Venga salgamos. Que te veo las intenciones. - me dijo desafiante.
Entramos a la habitación y estaban los otros 3 sentados en la cama de Aitana jugando a prueba o verdad.
-¿os hace? Venga, está entretenido- preguntó Miriam.
Amaia y yo nos cambiamos y poco después nos incorporamos al juego con los demás.

NARRA AMAIA.
-Verdad, pero no seáis malos anda. - dije cuando me tocó mi turno.
-¿Qué te hizo ver Alfred en él que otros no tuvieran? - preguntó Aitana.
Agoney y Alfred empezaron a reírse, supongo que se me notaba la vergüenza a kilómetros.
-Mmm... no sé, todo, no sé. Que es diferente, es que tiene algo que llama la atención, pero es como todo él. No sé, pero que suerte tengo. - esto último lo dije casi para mí, pero el 'ohhhh' que soltaron todos me confirmó que lo habían escuchado.
-Venga, a otro, que no solo juego yo.
Estuvimos casi hasta la 1 de la mañana jugando a lo mismo, hubo muchísimas risas y muchísimas confesiones y secretos que nunca saldrían de ahí.
Alfred fue el primero en acostarse y, cuando terminamos de jugar, me fui con él a su cama. Se giró cuando yo me tumbé y nos quedamos los dos cara a cara. Le cogí una mano y con la otra le empecé a acariciar la mejilla.
-¿Así que suerte, eh? - preguntó sonriendo.
-Pues eso parece, y mucha además.
-Es que eres tan bebé... - dijo dándome un pequeño beso en la frente.
-Y a ti, ¿a ti que te gustó de mí? - le pregunté sentándome en la cama.
El se irguió un poco apoyando la espalda en el cabecero de la cama.
-Pues la verdad es que todo, primero tu voz, tu cultura musical... Luego ya tu personalidad... toda tú la verdad. Y tu culo. - me reí bajito y me acurruqué en el hueco de su cuello.
-Ay Alfred, jo es que lo dices todo súper bonito comprado conmigo.
-No digas tonterías, que a mí me encanta lo que dices.
Le empecé a dar besos en la mejilla, poco a poco fui dejándolos debajo de la oreja y acabé en el cuello.
-Amaia, las mesas.
-Pero si no lo hago fuerte. Además, con un poco de maquillaje se va.
Seguí dándole besos en el cuello y noté como bajaba su mano hacia mi cadera y siguió un poco más hasta llegar a mi culo.
-Si no paras no me voy a contener, y hay demasiada gente. - me dijo muy bajito.
Yo paré y le miré sonriendo.
-Vale, pero mañana seguimos.
-Como tú quieras. - me contestó él.
Me acerqué y le di un último beso en los labios muy despacio, duró bastante y al final nos separamos por falta de aire.
-Te quiero- le dije cuanto nos volvimos a acostar.
-Yo más- me contestó él dándome un beso en la frente y acariciandome el pelo.

Después de las 2:36. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora