Estaba tranquilamente en la cama, con los cascos escuchando musica y los ojos cerrados, serian las... ¿dos? Las dos de la mañana aproximadamente. Hasta que siento que alguien abre la puerta de nuestra habitación. No me molesté en abrir los ojos ya que, sabia que era uno de los chicos.
— Ts... Maddie.– Me "susurraron", ya que pese que estaba con los cascos puestos, pude oírlo. Decidí hacerme la dormida, la verdad es que no tenia ganas de nada.— Se que estas despierta.
— ¿Que quieres Aaron?– Dije sin abrir los ojos. El único que sabría que estaría despierta era Aaron. Nunca me han pillado los otros. La verdad es que, Aaron es el que más me conoce, y al que tengo más cariño. Como... ¿Un mejor amigo? Si, supongo.
— Necesito contarte algo.– Me "susurró" de vuelta quitándome los cascos y agarrándome del brazo para que me pusiera recta en la cama.
Lo hice y bostecé para encender mi teléfono.
"02:47 a.m"
— ¿Has visto la hora?– Dije tumbandome de nuevo. Escuché como él bufaba.
Me puse a espaldas suyas con los ojos abiertos. Agradecí al ver que él no hacia nada. Me acomodé en la cama con una sonrisa y cerré los ojos. Sentí como alguien me agarraba de la cintura y me levantaba en sus brazos. Los abrí de golpe.
— ¿¡Que...!?– Comencé pero el puso su mano en mi boca para que no continuara. Su cara mostraba pánico mientras miraba alrededor para ver si seguían los de la habitación dormidos. Nos quedamos en silencio. El seguía mirando a los chicos y yo lo miraba mal. Y todo esto yo estando aún en sus brazos, era raro. Dirigió su mirada hacia mi y ahora era el quien me miraba mal. Me hice la ofendida y me removí en sus brazos. El al tratar de que no cayera, accidentalmente tocó mi trasero. Paré de moverme al instante. Lo miré sorprendida y el miraba hacia todos lados menos a mi. Solté una pequeña carcajada para que los otros no me escucharan. Sabia de sobra que Aaron no tenía intenciones conmigo.— ¿Usas esa estrategia con todas tus conquistas? Muy buena Carpenter.– Dije burlona.
— No seas idiota.– Dijo avergonzado mientras me bajaba con cuidado.
Me cogió de la mano haciéndome caminar hacia fuera de la habitación rápidamente, creo que no confía en mi, ni que chillara tanto... Me soltó y suspiro.
— Bueno, ¿que quieres? Tiene que ser importante para que me saques a las tres de la mañana.– Le sonreí falsamente. El rodó los ojos.
— Me dijiste que, si me gustaba alguien te lo dijera. ¿No?– Dijo guiándome a uno de los sofás del pasillo. Yo asentí levemente.— Pues creo que ese día llegó.
Me lo quedé mirando asimilando lo que acababa de decir.
— ¿Tu?– El asintió.— Espera, ¿tu?– Volví a preguntar. El me miró confundido y volvió a asentir.— Yo creo que no. Sigues siendo un bebé. O sea, no, imposible.– Dije negando mientras me levantaba y daba vueltas ante la mirada de Aaron.
— No soy pequeño.– Lo escuché y juraría que rodó los ojos. Yo me giré.
— ¡Si lo eres!– Dije.— ¿Desde cuando?
— ¿Te acuerdas de la chica con la que me viste en recepción? Ibas junto a Taylor.
— ¿La que me miro mal por que te había guiñado el ojo?– Pregunté con cierta gracia.
— Eh... Si.– Dijo dudando. Yo lo mire sorprendida, ¿esa?— ¡Ella es un poco celosa!
— Ya pues.– Suspire sentándome a su lado.— Espero que no quiera separarnos.– Reí. Pero noté que no le había gustado esa broma. Fui disminuyendo la risa hasta una nerviosa.— Eh...
— No es por ti. Solo me recordó a alguien eso.– Dijo. ¿Eso? ¿Recordar? ¿Pero en que momento le hice recordar algo? ¿En la "broma"?— Era eso... Me gusta ella.
— Ah.– Solté. El me miro mal.— ¿Que?
— ¿No harás un pequeño esfuerzo en conocerla?– Dijo mientras colocaba su mano en mi muslo. Yo me encogí de hombros indiferente.— Maddie, por favor.
— ¿Cuando sería?– Dije después de unos segundos de silencio. El me sonrió y se abalanzó hacia mi. Esa postura se podría malinterpretar si nos vieran los chicos. ¿Se puede saber que pasa hoy?— Oye, ¿no sera que gustas de mi? A lo mejor te has equivocado de chica.– Me burlé.
— ¡Fue un accidente!– Se excusó con lo de antes en la habitación.
— ¿Como se llama?– Cambie de tema. El me miro confundido.— La chica.
— Bianca.– Sonrió.
— Good.– Le devolví la sonrisa y me levanté.— ¿Algo mas?– El negó con la cabeza. — Goodnight.
Me giré y me dispuse a ir de vuelta a la habitación pero el habló;
— Maddie.– Me llamó. Yo pare sin girarme haciéndole entender que lo escuchaba.— Te quiero.
Yo sonreí aun a espaldas suyas.
— Yo también.
{•••}
— ¡ESTUPIDA!– Gritó Matt. Me giré sobresaltada para ver que pasaba. Estaban Gilinsky y el discutiendo.— ¡Mi galleta! ¡Mi puta galleta!– Se arrodilló ante ella. Jack lo miro raro.
— Matt, soy un chico.– Dijo Jack confundido.
— No lo sé.– Se encogió de hombros.— La galleta sigue rota.
— Ya te comprare.– Rodó los ojos Gilinsky.
— Maddie.– Escuché a Sammy en uno de los sofá. Dirigí mi mirada a el. Me hizo gestos para que me acercara. Se palmeó el regazo y yo reí sentándome a uno de sus lados mientras lo miraba con una sonrisa burlona, el me imitaba.— Ni que no quisieras.– Pasó su mano por mis hombros atrayéndome hacia el.
"Exacto. O sea, es Samuel Wilkinson, estúpida." Me dijo mi subconsciente.
— Por el momento no, gracias.– Me hice la interesante.— ¿Que querías?
— Así que me prefieres antes que Justin...– Dijo cerca mio. Haciéndome recordar en la convención lo que dije. Al instante me puse nerviosa.
— Siempre digo lo que siento.– Dije intentando ocultar el nerviosismo. No me gustaba que me vieran así, me siento tonta. Ya que la otra persona se ríe de ti, por el nerviosismo. No, ni de broma.— ¿Tu no?
— Supongo.– Seguía con su característica sonrisa que tanto me gustaba.
"Acabas de decir que te gusta." Dijo mi subconsciencia. Ignoré ese pensamiento.
— ¿Sigues ahí?– Preguntó agitandome por los hombros Sam sacandome de mis pensamientos. Yo asentí patosamente.
— Tengo hambre.– Gritó Matt haciéndonos reír mientras nos mirábamos.