<<AVISO: ¡Hola baes! Solo quiero decir que he comenzado una nueva novela, se titula ''brothers.'', ¡en ella eres la hermana de los Grier! Me ilusionaria mucho que os pasarais. ¡Y a lo mejor hasta me animo para subir una de ElRubius!>>
Estaba inmersa en mis pensamientos sobre si Madison llegó a ver aquel momento. Aunque... ¿Por que debería de importarme?
—¿Maddie? ¿Sigues ahí?—Gilinsky pasó su mano por delante de mi cara.
—¿Eh?—volví a prestar atención—. Si, eh... Claro —dije distraída mientras buscaba a Madison con la mirada.
—¿Con quien estabas?—preguntó alzando una ceja.
—Con nadie, vayámonos—di un último vistazo y lo agarré del brazo para que me indicará donde se encontraba el autobús. Él un poco confundido, asintió. Durante todo el camino no habíamos hablado nada.
—Voy a morir—dije antes de entrar. Gilinsky rió y me empujó levemente animándome a entrar.
Nada mas entrar sentí un peso sobre mi. Matt se había tirado encima mio. Yo puse una cara de espanto al ver que Cameron se acercaba corriendo hacia nosotros con la misma intencion. Rodeé por el suelo haciendo que cuando se tirara, aplastara solo a Matt.
Me quedé boca arriba intentando recuperar el aire. Estúpido y tierno Matt. Abrí los ojos y me encontré la mano de Johnson tendida hacia mi, yo la acepté y me ayudó a levantar. Le agradecí y empecé a expulsar la ropa con mis manos. Cuando subí la mirada vi a los chicos mirándome con enfado. Yo dejé salir una risa nerviosa.
—¡No puedes hacer esas cosas, Maddie! ¿Sabes lo tanto que estábamos preocupados? Joder, pensábamos que te había pasado algo—empezó Taylor. Yo me sentía como si mis padres me estuviesen regañando, que, desde cierto punto de vista, puede resultar hasta gracioso.
—Si, lo se, lo siento—rodeé los ojos como si no tuviera importancia. Me estire sobre el sofá que había. Giré levemente encontrándome a Carter, él a notar que lo miraba, me saludó con la cabeza mientras sonreía burlón, seguramente porque los chicos me habían dado la charla. Yo decidí ignorarlo y me levante de allí.
Agarré mi teléfono, y me metí en las redes sociales, por algún extraño motivo, la gente estaba empezando a insultarme, y de eso se trataba todo Twitter, con hastags ofensivos hacia mi. Sentí como si mi corazón se estuviera encogiendo por momentos.
Fui a la pequeña nevera y busque algo para tomar. Vi una cerveza al fondo, giré mi cabeza a ambos lados para asegurarme que los chicos no me veían. No les gustaba la idea de que bebiera, a pesar de que soy mayor que algunos. Ellos conversaban alegremente. La agarré y me senté en el taburete, dejé la botella en la barra y empecé a darle vueltas.
¿Que me pasa? Solo quiero apartarme de todo, solo cinco minutos...
Supongo que es algo normal, que todo el mundo necesita.
A lo lejos pude divisar una caja de cigarrillos. Sin importarme de quien eran, me levante y cogí uno, me volví a sentar y lo encendí, me daba igual estar dentro del autobús. No era la primera vez que lo probaba, hacía tiempo lo probé junto con Alice, cosa que a día de hoy, sigo arrepintiéndome, pero, ¿que importara eso ahora?
Con una mano bebía, y con la otra acercaba el cigarro a mi boca. Tenia que desahogarme de alguna manera.
—No hagas eso—escuché su voz. Lo ignore e inhalé el humo del cigarro mirando hacia la nada. Él se sentó al otro lado de la barra enfrente mía—. ¿Que te pasa? —dejé de mirar a la nada y fijé mi mirada en sus ojos. Él acercó su mano a la mía, la cual sujetaba la cerveza que estaba encima de la barra.
—No se si voy a poder—él me miró curioso. No entendía a que me refería. Levanté mi mano para beber de la botella haciendo que él me soltara—. Los fans me odian, Sam. Si a eso le juntas el tema de Carter. El tema de mi madre. El tema de que me confundes—lo ultimo no quise decirlo. Cerré los ojos angustiada e inhale otra vez el humo, seguidamente bebí de la botella. Al ver que no quedaba mas, me levante sin decir nada y fui en busca de otra. Me apoye en el mármol, mirando al chico.
—¿El tema de que te confundo? No entiendo Maddie—dijo él negando con la cabeza.
¿Acaso se habrá olvidado del casi beso?
Si, seguramente. Que estúpida fui pensando en que él se había fijado en mi.
—Ya. Y así lo prefiero—sonreí falsamente—. Solo pido que te vayas, que me dejes en paz—él me miró a los ojos, que seguramente no tendrían el mismo aspecto de siempre.
—Piensa que siempre voy a estar ahí, todos vamos a estar ahí. Porque nos importas—habló y se dio la vuelta.
—Samuel—lo llamé por su nombre completo antes de se marchara. Él se giro esperanzado—. Tráeme la caja de cigarrillos, por favor.