Estábamos de Tour, Tour mundial.
¡Mundial!
En primer lugar esta; México.
Amo a México, en serio, lo amo. Es como... kskdndkalznnskznd.
Estábamos en el avión, yo tenía al lado a Matt, y en su lado estaba Nash. Yo en la ventanilla, como siempre. Y escuchando musica, como siempre. Hasta que me llegó un Whatsapp.
"Sam bb te envió un mensaje" Aparecía en la pantalla. Reí por el nombre, ¿desde cuando lo tengo así?
Lo deslice hacia abajo para ver el contenido. "Maddie, te echo de menos." Sonreí al verlo. Pero apareció otro. "Bueno, a tus galletas esas, pero mas o menos igual." Dejé de sonreír. "Bueno... Y también otra cosa, pero si la digo me vas a pegar." Me llegó segundos después.
Alcé mi mano con el dedo corazón levantado. No se donde estaba sentado, así que sólo se me acudió eso. Pude escuchar susurros detrás mía, me gire levemente mirando de reojo. Eran personas de edad mediana que me miraban extraño. Les dediqué una mala mirada, Matt me pellizcó en el brazo haciéndome mirar hacia delante.
— ¿Se puede saber que haces?– Me susurró.— Podrían ser fans.
— Son unos viejos amargados.– Dije con el mismo tono.
— Deja de ser Maddie por un momento.– Se acomodó en su puesto cerrando los ojos aun teniendo su mano en la mía.
— ¿Como voy hacer eso, idiota?– Miré a la ventana.
— Como digas baby.
Opté por ignorar esa conversación y apoyarme en su hombro para disponerme a dormir un buen rato, y así hice.
{•••}
Me desperté gracias a mis dos grandes amigos de al lado. Que discutían por salir. Reí al recordar el primer día que iba a conocer a los chicos, con los que tenia al lado en el avión.
— ¡Matt! ¡Voy yo primero, estoy al lado del pasillo, cabeza huevo!– Le gritaba Nash llamando la atención de los demás.
— ¡Pero que yo tengo hambre te digo!– Reprochó Matt.
— Dejenme pasar a mi.– Reí pasando con cuidado entre ellos soltando unos 'cuidado' 'quita el pie' ante las miradas matadoras de los dos chicos.
— Bueno, esta bien, la belleza después.– Dijo Matt alargando el brazo para que Nash saliera. Los dos lo miramos con las cejas alzadas, y mal.— Era una broma.
— Obviamente.– Añadí mientras pasaba el pasillo con Nash detrás.
Estaba pasando cuando justo alguien se levantó y me adelanto haciendo que su mochila casi golpeara en mi.
— ¿Eres estúpido o te das cabezazos?– Pregunté en un susurró. Se giró y vi a Sammy.
— Ah, hola Maddie.– Dijo girándose de nuevo. Escuché como se reía. Ignoré lo que acababa de pasar.— He escuchado la pequeña discusión que has tenido con Matt. ¿Le han dado la bronca a la nena?
— Calla y tira para delante.– Lo empujé para que andará mas rápido. El pasillo se me estaba haciendo eterno.
Al fin salimos y nos encontramos con los demás. Iba junto a Aaron, parecía un niño pequeño de lo ilusionado que estaba.
— Que feliz soy.– Comentó de la nada. Yo le sonreí tierna, de verdad que parecía un niño pequeño.— ¿Como he llegado aquí?
— ¿Y me lo dices a mi?– Observé a los demás chicos.
Cogimos un autobús, ¡propio! ¡con literas! ¿Sabeis que yo de pequeña había deseado tener uno de ellos?
Me senté en uno de los asientos, me dolía el cuello, no había dormido muy bien. Sentí como alguien se había sentado a mi lado. Miré de reojo aun teniendo mi mano en el cuello. Me mordí el labio al saber de quien se trataba.
Al parecer los otros asientos ya están cogidos y lo mandaron aquí.
Después de unos minutos de silencio, decidí hablar.
— Oye Carter...– Hablé incómoda.
El estaba con su teléfono, mirando instagram. Hizo un pequeño gesto con la cabeza así haciéndome entender que me escuchaba.
— Gracias por aquello, ya sabes.– Miré hacia mis pies. ¿Donde quedó la Madison que todos conocemos?
— Habría sido embarazoso para todo el grupo.– Me contestó después de unos segundos de silencio.
— Claro...– Intenté sonreír.
Me levanté de allí y fui a una de las literas. Corrí la cortina de la de arriba encontrándome a Taylor con su portátil.
— ¿Que haces?– Dijo sin apartar la mirada de su portátil.
— Dejame sitio.– Dude en decir. El me miro con las cejas alzadas.— No es lo que crees, estúpido.
Se acomodó mas a la derecha dejándome un poco de espacio. Me impulsé para subir a la litera. Me seria imposible subir por las escaleras por la forma que estaba todo colocado ahí arriba.
— ¿Eres atleta o que mierda?– Me preguntó sorprendido.
— Es una litera, Taylor.– Reí.
— Pero esto esta muy alto.– Miró hacia abajo, aplastandome ya que su lado daba a la pared.— Tal vez es que somos vagos nosotros.
— ¿Que mirabas?– Cerré la cortina así haciendo que estuviéramos a oscuras. Era de noche.— Ay mierda, que oscuro esta esto, ¿no crees?– Reí nerviosa.
— ¿Le tienes miedo a la oscuridad?– Soltó una carcajada.
— No. Solo que no veo nada.– Dije obvia.
— Miraba una serie.– Le dio al play de nuevo tendiéndome uno de los audífonos. Lo cogí y me acomodé poniendo mi mentón en su hombro para ver la pantalla.
Después de una media hora aproximadamente, mis ojos se iban cerrando poco a poco. Taylor lo notó.
— Deberías ir a tu litera.– Me susurró pasando su mano por mi pelo.
— No quiero...– Susurré de vuelta acomodándome mas.
— Entonces dejame bajar.– Lo escuche reír un poco.
— No te vayas...– Dije casi inaudible.
Sentí como el se tensaba. Suspiró y cogió él portátil para guardarlo y ponerlo en una de las esquinas. Se acomodó de nuevo en la litera, mirando hacia arriba. Me giré hacia el lado de la cortina. Sentí como una de sus manos se posicionaba en mi cintura y, extrañamente no me molestó. Puse mi mano sobre la suya. Poco después me quedé dormida.
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