Aquel día estaban a mitad de invierno cuando lo conoció. Llovía mucho, hacía bastante frío y los ánimos de su familia estaban más abajo del suelo.
Dos meses pasaron tan lentos que parecía una tortura. La muerte de su hermana mayor, Miwa, golpeó tan fuerte a su familia que los dejó en un quiebre emocional que no creían poder recuperarse.
Su madre lloraba cada día desde que escucharon el disparo y luego vio el cuerpo de su hija en el suelo, con una bala incrustada en la parte inferior de su pecho.
Tobio todavía puede escuchar los desgarradores gritos de su madre entre sus sueños.
— No tenía con quién más dejarlo y mi esposa está trabajando.
La voz de un hombre llegó a sus oídos antes de bajar las escaleras, al llegar al tercer escalón pudo ver al hombre que concurría casi todos los fines de semanas desde que tenía memoria. Bajó los últimos escalones y pudo observar a un niño agarrado de la mano de Yoshio, traía un gorro cubriendo todo su cabello y parte de su rostro.
Tobio no pudo ver su cara en ese momento, así que apenas y le tomó atención.
Pasó a su lado en dirección al pasillo.
— Tobio.
Su padre lo llamó y no tuvo más remedio que girarse a su llamado. No levantó la mirada del suelo, pero estaba prestando total atención a sus palabras.
— ¿Puedes llevar al pequeño contigo por unas horas?
Tobio parpadeó, ahora sí alzando la mirada. Quería replicar. Claro que no quería tener a un niño pegado a su sombra como un insecto molesto. Pero al ver la mirada de su padre tuvo que guardar silencio y asentir, ahogando un suspiro de resignación.
El pequeño escuchó las instrucciones de su padre y luego caminó hasta estar frente a Tobio, con sus párpados muy abiertos y sonriendo de oreja a oreja.
— Me llamo Shōyō.
Sí, ajá, no me interesa. Reflejaban los desinteresados ojos de Tobio y, sin mirar si el niño lo seguía detrás de él, siguió su camino hasta donde quería ir.
— Guaaa. — escuchó al pequeño murmurar cuando el jardín interior apareció en su visión, mientras veía las gotas de lluvia caer — ¿No se inunda la casa?
«¿Qué clase de pregunta es esa?»
— No.
— La cocina de mi casa lo hace cuando llueve. Mamá se enoja muuucho cuando pasa el agua. ¡Incluso una vez me mojé los pies!
Tobio colocó los ojos en blanco, fastidiado. Odiaba a las personas demasiado parlanchinas. Y ese pequeño con mejillas regordetas lo era. Bastante.
Llegaron a su habitación y ahí dentro, le tendió un juguete para que se entretuviera mientras Tobio estudiaba, como estaba acostumbrado.
ESTÁS LEYENDO
Deuda | Haikyū!!
FanfictionEl padre de Shōyō tiene una deuda, pero murió antes de poder pagarla por completo. Por ley, la deuda pasa a la esposa y cuando estaban por llevársela, Shōyō se interpuso logrando que se lo llevaran a él. Al no tener suficiente dinero para pagarla, u...