Cuando despertó ni siquiera tuvo ánimos de moverse. Se quedó en silencio, observando por la ventana del auto. Ahogó un suspiro al sentir sus brazos arder.
Se enderezó en el asiento y miró a Tobio conducir.
— Estamos por llegar a tu casa.
Shōyō asintió sin responder y se acomodó en el asiento, mirando al frente. Podía observar a las personas caminar, los autos pasar por las calles y los focos, que poco a poco iban encendiéndose.
Miró la hora en su celular, era bastante tarde.
— Llamé a Ume después de que te desmayaste y le dije que te cuidaría hasta que ella llegara. Está con turno hasta las diez y dijo que Natsu se quedaría con Yumiko esta noche.
— Oh. — un murmuro fue lo único que logró decir, bajando la mirada.
Cuando el auto se estacionó frente a su casa, salió junto a Tobio del auto.
— No es necesario que te quedes. — le dijo con una sonrisa en su rostro — Estoy bien.
Tobio no se movió, sin dejar de mirarlo.
— En serio. — Shōyō pasó por su lado para abrir la puerta con su llave.
— Me quedaré.
Un silencioso murmullo de viento pasó por sus oídos y sintió cosquillas al mirarlo a los ojos. Shōyō apretó la mandíbula y no sabía por qué quería llorar, odiaba sentirse así de vulnerable en cada momento de su día.
— ¿Tienes hambre? — preguntó Tobio al estar ya dentro de la casa, dejando sus zapatos a un lado de la entrada mientras Shōyō le pasaba unas pantuflas.
— No...— murmuró bajo — Quiero acostarme.
Ambos mantuvieron la mirada fija en el suelo y no fue hasta que Shōyō dio un paso al frente, tomando la mano del mayor, que se miraron a los ojos.
Ninguno dijo algo.
Subieron las escaleras y después de cerrar la puerta, Shōyō se sentó en la cama sin soltar la mano de Tobio, quien se mantuvo de pie, con cuidado de no incomodarlo.
— ¿Quieres hablar?
Shōyō apretó su mano y Tobio se arrodilló frente a él, mirando su rostro y besó con cautela su frente.
— Pensé que todo estaba...mejor. — susurró — Que ya había mejorado.
Que podía empezar a tener una vida normal.
Su mirada se nubló por las lágrimas que recorrían sus mejillas, dejándolas mojadas. Tobio apretó los labios, escuchándolo.
— Ni siquiera pude ir solo al consultorio, ¿cómo voy a vivir así? Sé que debo pasar la página, pero recuerdo todo. — su rostro se deformó en una expresión de horror, sintiendo el nudo en su garganta — Me dan ganas de quitarme la piel, ¿sabes? Me siento tan sucio, tan asqueado de mí mismo.
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Deuda | Haikyū!!
FanfictionEl padre de Shōyō tiene una deuda, pero murió antes de poder pagarla por completo. Por ley, la deuda pasa a la esposa y cuando estaban por llevársela, Shōyō se interpuso logrando que se lo llevaran a él. Al no tener suficiente dinero para pagarla, u...