Amarte © [Simón Álvarez]

11| Eres diferente

- Y bueno, aunque no lo parezca soy su hija - jugueteó con el sorbete de su malteada.

- Sí, la verdad, eres diferente a él.

- Bueno, que sé yo - miró el escenario -. ¿No me cantan algo? - sonrió de costado.

- Ahora no, pequeña, estamos trabajando - se justificó Nicolás.

- Que bien que trabajan, eh - dijo haciéndonos reír a los tres.

- Oye Mar, ¿Y con quién vivís si tu papá siempre anda viajando? - preguntó Pedro.

- Antes vivía con mi mamá, pero como tengo diecisiete ya me alquilé un departamento para mi sola, soy independiente - dijo orgullosa de sí -. Porfa, canten una - suplicó poniendo cara de cachorrito.

- No lo sé... - dije dudoso.

- Por favor... - sus ojos brillaron, causando una sensación rara en mi, inmediatamente los tres asentimos y subimos al escenario, tomamos nuestros instrumentos.

- ¿Cuál quieres que cantemos, Mar? - dijo Nico a su prima, estaba sorprendido, ¿Ella sabe nuestras canciones?.

- Linda - contestó con una sonrisa enorme en su rostro, algo que la hacía ver más bonita.

- Bien...

- ¡Absolutamente, no! - nos interrumpió la voz de Juliana -. Vayan a trabajar, no es tiempo de cantar, y vos, por favor no distraigas a los chicos, niña - ella frunció el ceño e instantáneamente, se le borró su sonrisa.

- Disculpe, pero no use ese tono conmigo - se levantó indignada -. Y para su información, no soy una niña, vieja molesta - le tiró su malteada en la ropa y se fue caminando a un paso veloz a la salida del local.

- ¡Ahgr! - gritó saliendo de escena.

Los tres nos carcajeamos un buen rato, ella definitivamente era diferente.

(...)

- Hey, linda - llamé su atención, mientras patinaba junto a ella.

- Ah... Hola, Simón - bajó su mirada.

- ¿Qué sucede? - la frené.

- Es por la culpa de esa vieja, mi papá se enojó conmigo - rodó sus ojos.

- Bueno, ella es así, no le gusta que nadie se meta con su persona - le tomé las manos -. No te pongas mal, hay que patinar juntos, me gusta más cuando sonríes.

- Gracias - sonrió.

Estaba patinando, cuando me encuentro una escena que me disgusto bastante, demasiado. Era una chica rubia junto a Simón, tomados de la mano. Patiné más cerca para escuchar lo que decían.

- Me gusta más cuando sonríes.

Eso dolió, me dolió bastante, y cómo si no tuviera control de mi misma, unas gamas de llorar me inundaron el cuerpo. ¿Se estaba enamorando?.

No, Ámbar, prometiste olvidarlo, él es tu pasado. Sí no lo puedo superar, caeré a un pozo sin fondo, no puedo verlo feliz con otra chica. No soy lo suficientemente fuerte para hacerlo, porque aunque le hubiese dicho todas esas palabras en el parque; yo lo sigo amando con la misma fuerza que antes. Yo no soy capaz de olvidarlo, soy débil sin él. Pero, no sé que hacer.

- Ámbar, vamos - me llamó mi mejor amigo.

- Está bien.