Amarte © [Simón Álvarez]

Epílogo

›› No éramos de las mismas clases sociales, tampoco pensábamos igual, no teníamos nada en común. Ella era Sol y yo era noche. Pero algo nos unió, y no importaba que no coincidíamos en nada, porque era más fuerte nuestro amor.

Fue difícil al principio, pero no me arrepiento de absolutamente nada, aunque dicen que...

— Tampoco hay que guiarse de un libro por su portada — concluyó el castaño.

— ¡Qué linda historia papi! — dijo alegre la pequeña.

— ¿Verdad que sí?, qué bueno que te gustó Denisse — la tomó entre sus brazos —. Pero ya es hora de dormir, así que, bueno, vamos.

— ¿Tan temprano? — hizo un puchero que la hizo ver muy tierna.

— Sí, cariño, no más pretextos, a dormir — besó su frente y la recostó en su cama —. Que descanses.

— Igual — cerró lentamente sus ojos.

  Caminó hasta su habitación, encontrándose con su bella esposa que yacía sentada en un costado de la cama sumergida en la pantalla de su celular. Se colocó al lado de ella y depositó un sonoro y cálido beso en su hombro, ella lo miró sonriente.

— Mike, ¿Deni se fue a dormir?.

— Claro, merezco un premio por eso, no fue una tarea fácil.

— Tenés razón, amor — lo besó.

Era claro que no todo termina como empieza, puede tener un final diferente.