16| La púa

1.2K 108 5
                                    

Estaba derrotada, tenía el corazón roto, se sentía sola. Pero aprendió algo, que no iba a volver a decir que todo es para siempre. Verlo junto a esa chica rubia, que se le declaraba, supo que lo había perdido. Pero, ¿Por qué se ponía así?, se le iban a escapar todos sus planes de las manos, todo se echaría por el  caño si daba paso al dolor. En este punto de su vida sentimental, estaba tan cansada de calcular todo que, simplemente quería ser ella misma. Pero el rencor y el dolor que la dominaban era tan grande que no podía, hasta ahora, todo no valía, ya no quería fingir.

Esta vez, sí verían una nueva cara de ella, la verdadera Ámbar Smith; frágil, sola, rota...

— Luna... — sollozó frente de ella.

— ¿Ámbar que te sucedió? — la abrazó.

— Tenías razón, lo arruiné todo — su voz iba perdiendo fuerza —. Ya no puedo más, quiero estar con él.

— ¿Simón?, amiga...

— Mar se le estaba declarando.

— ¿A caso sabés que le dijo él? — un click hizo en su mente.

— No... — negó.

— Nunca, nunca, saques conclusiones sin saber lo que la otra persona hace o dice, ¿Sí? — ella asintió —. Luego hablaré con él.

— Estoy mal, Luna. Antes de él, yo era diferente, cumplía todo lo que me proponía, pero ahora, solo... Quiero ser como realmente soy.

— ¿Y eso es malo? — preguntó.

— No, no lo es.

Caminaba en dirección al Red Shark, estaba esperanzado de poder hablar con Ámbar y arreglar de una buena vez las cosas, porque sí, ya tenía claro sus sentimientos.

“Cuando tengas claros tus sentimientos hacia Ámbar, ábrelo”.

   Corrió hacia su casa, tenía que abrirlo, por alguna razón, cumplió con lo mandado por su mejor amiga. Al llegar al loft, rápidamente se deshizo del papel que envolvía el paquete y encontró una linda cajita de terciopelo bordo, al abrirla, se podría apreciar la bella joya que contenía esta. Sí, dije podría, ya que claramente se encontró con otra cosa.

— ¿Una púa? — se preguntó.

  Eso simbolizaba un sin fin de cosas para la castaña, ella lo pensó de la siguiente forma; que cada vez que él pensará en escribir algo junto a su guitarra, sería ella. Cada vez que cantará, ella sería su inspiración, porque la púa acompañaba a que la melodía de la guitarra sonara mejor. Lo veía como una metáfora, algo bonito, sencillo, y que se podía ver de distintas maneras.

Pero él no lo entendía, hasta que...

“ — Yo creo que le daría a la persona que más amo, algo relacionado con mis patines — comentó la pequeña castaña de ojos esmeraldas —. ¿Y tú, Simón?, ¿Qué le darías a tu novia?.

— ¿Recuerdas esa púa que se puede usar como collar?, Aquella que, me la regalo mí abuelo antes de morir, cuando me dijo que podía cumplir mis sueños, siempre que llevará en el corazón todo lo que más amaba, y viera el lado positivo a las cosas — ella asintió y miró enternecida a su amigo —. Eso le regalaría ”.

   Se sorprendió bastante al darse cuenta lo que había conseguido, pudo traerla de Cancún, y sabía que en algún momento está "reliquia" sería destinada a Ámbar. Por más que él no lo admitiera, sería así.

— Tengo que volver, necesito hablar con ella — sentenció.

Amarte © [Simón Álvarez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora