Capítulo 1

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  Narra Lourdes

-Punta Del Este; Uruguay. 16:35 PM-

  - Te quedó hermoso el nuevo look que te hiciste en el cabello, amiga -me dijo Mel del otro lado del teléfono. Me había teñido el pelo de un rubio, me lo había cortado y ondulado.
  - Sí, a mi me encanta. Después de la separación con Guido decidí renovar completamente todo mi aspecto -dije y unas lágrimas rodaron por mis mejillas.
  - ¿Lo extrañas, amiga?
  - Mucho, Mel. Pero lo que me hizo me rompió el corazón en mil pedazos. Todos nuestros planes de casarnos, se fueron al carajo. Pero bueno, ahora rehice mi vida. Vivir en Uruguay con mi padre, me está haciendo muy bien. Dejemos de hablar de mi y cuéntame. ¿Cómo están esos peques? Ya los quiero ir a conocer -desde que nacieron Solange y Máximo, no tuve la oportunidad de conocerlos. Hace ya tres meses de su nacimiento. No visité Argentina desde que me separé de Guido. Y el miedo de reencontrarme con él, no desaparecía de mi mente.
  - Están excelentes, amiga. Cada vez más grandotes, jaja. Y Pato re baboso con sus hijos -dijo Mel con alegría en sus palabras.
  - Me alegro entonces, amiga.
  - ¿Y vos? ¿En qué andás?
  - Conocí a Esteban. Un chico súper dulce y amoroso que supo contenerme en mis más crudos momentos. Ya sómos pareja. Aúnque aún Guido no se me olvida.
  - Me pone muy feliz que estés bien, amiga. Ojo con lo que haces, no juegues con los sentimientos de las personas, Lu.
  - Sí, amiga. Sé lo que siento por Esteban. Bueno, nos vemos luego, Mel. Dentro de poco estaré de vuelta en Argentina. Yo te avisaré. Besos a mis peques y a ustedes. Los quiero -me despedí y corté la llamada.

-Fin de llamada-

    Dejé el celular a un lado y me recosté en mi cama.

  - Pensar que unos meses atrás estábamos organizando todo para el casamiento... y lo arruinaste todo, Guido. ¿Por qué? -dije recordando todos nuestros momentos juntos. - Pensaba que me amabas... Todos los momentos vividos... ¡te cagaste en ellos! -dije, llorando. En ese momento tocan la puerta. - ¿Quién es?
  - Soy yo, amor -dijo Esteban del otro lado. Fui corriendo al baño a lavarme la cara y a maquillarme un poco aunque sea.
  - Estoy en el baño, pasá -dije y escuché que la puerta se abría. Luego vino hacia mi y depositó un beso en mi cuello; lo que hizo que mi piel se erizara. - Hola, amor -dije con una sonrisa, me di vuelta y lo besé. - Te extrañé.
  - Y yo a vos, bebé -dijo y automáticamente un recuerdo viajó hasta mi mente. Guido diciéndome bebé. Mi rostro se transformó y eso Esteban lo notó. - ¿Dije algo malo?
  - No, amor, para nada. Solo es que... bueno no importa. ¿Cuándo volvemos a Argentina? -dije tratando de cambiar el tema de conversación.
  - A eso venía -dijo y sacó unos pasajes de avión de su bolsillo del jean. - Destino: Buenos Aires, Argentina. Día del vuelo: Este sábado. Hora: 19:55. ¿Ready? -dijo en inglés y yo lo besé.
  - Lista, amor -dije con una sonrisa. - Tengo sólo tres días para preparar el equipaje. Ya empiezo a prepararlo.
  - Dale, yo me voy hasta mi casa a hacer lo mismo. Te dejo tu pasaje acá. Después hablamos, beso -dijo y nos despedimos.

  Empecé a armar la maleta. Llamé nuevamente a Mel y le di la noticia. Se emocionó mucho y dijo que me iba a estar esperando con los brazos abiertos. Le pedí que no le dijera nada a nadie. No quería encontrarme con nadie; en especial con Guido. Con Esteban íbamos a ver hoteles donde nos podríamos hospedar.

-Al otro día-

  Me desperté temprano y me quedé acostada, viendo mi pasaje de avión. Volveré a ver a mis seres queridos. Mis amigos, mi madre y mi hermana.

  - Hija, ya está el desayuno -dijo mi padre del otro lado de la puerta.
  - Ya voy, papá -dije y empecé a cambiarme. Luego fui al baño y me lavé la cara, los dientes. Me maquillé.
  - Entonces hija, ¿cuándo se van? -preguntó mi padre tomando un sorbo de su café.
  - Este sábado, papá. El vuelo sale a las ocho menos cinco.
  - Voy a estar ahí, despidiéndote -yo lo miré y le regalé una sonrisa. - ¿Ya tienes todo listo?
  - Más o menos. Me faltan algunas cosas. Pero dentro de todo, sí, ya está casi todo listo.
  - ¿Y ahora donde vas? -preguntó.
  - Voy de Esteban, luego tengo que hacer un book para unos quince y por último me voy a comprar ropa. Mm, ya me voy. Nos vemos -dije saludándolo. - Te quiero.
  - Chau, hija.

Salí de casa con mi cartera y mi bolso con mi equipo de fotografía adentro y entré al auto.
Viajé como quince minutos hasta la casa de Esteban.
Llegué y me abrió.

  - Hey, hola... -dijo besándome. - No te esperaba. Qué linda sorpresa -otro recuerdo vino a mi mente. Guido diciéndome eso cuando con las chicas planeamos darle una sorpresa a ellos yendo a Rosario... Traté de disimular.
  - Hola, amor. Vine a saludarte, en un ratito tengo un book. Y después me quiero ir a comprar ropa.
  - ¿Quieres que después te acompañe a comprar? -dijo tomando mis pómulos con sus manos.
  - Sí, amor. Yo te llamo.
  - Dale, nos vemos -nos besamos una vez más y me fui.

Habíamos acordado ir a la plaza más hermosa de Punta Del Este.
Llegué y ellas ya estaban esperándome.
Hicimos el book. Veíamos las fotos y quedaron hermosas.

  -Bueno, las edito y preparo y se las mando por correo. Nos vemos -dije, las saludé y me fui al auto.

Entré al mismo y antes de arrancar, llamé a Esteban.

  - Te espero en el centro comercial, amor.
  - Dale, ahí estaré -corté la llamada y encendí el auto.

Viajé veinte minutos aproximadamente. Llegué, estacioné y me bajé.

  - Hola -dijeron detrás de mi y me taparon los ojos con sus manos. - ¿Quién soy? -dijo y me besó el cuello. Me di vuelta, le agarré sus manos y lo besé.
  - Mi amor...
 

- ¿Vamos?
  - Vamos... -fuimos hasta un local de ropa femenina.

  Me compré una remera gris, junto con una camisa verde militar y un short negro.
  Luego fuimos a una joyería. Me compré pulseras de distintos tamaños y diseños. Y unos collares.
  A la salida, vi una mochila de color marrón claro. Esa me la regaló Esteban. Salimos del centro comercial.

  - Por poco no te compras las tiendas completas -dijo riendo.
  - Ay, no digas eso, jaja. No me compré muchas cosas -a decir verdad, creo que me había pasado un poco. - Bueno, ¿ya tienes todo listo?
  - Casi, me faltan algunas cosas.
    - A mi igual. Nos vemos, amor -dije y lo besé.
  - Espera. ¿Vamos a almorzar juntos?
  - Acepto -dije y reí. Nos fuimos a un bar. Allí almorzamos ravioles de verdura.

  Al terminar, me invitó a tomar un helado.

  - Mm, amor -dije quejándome. Me había puesto helado en la nariz. Él se empezó a reir. Yo también. Puse mi cabeza en su hombro.
  - Te quiero, Lu.
  - Yo a vos...

  Luego de estar un rato con él, me fui hasta casa. Llegué, cené con mi padre y fui hasta mi habitación.
  Hablé por Skype con Ámbar. Le conté que estaría en Argentina. Ella me contó que se iba a casar con Gastón. Me puse muy feliz por los dos. Pero también recordé la vez que estábamos en Córdoba con Guido y me pidió casamiento. Fue un momento tan hermoso...
  Luego de un ratito, corté la llamada con ellos y me fui a dormir.

  -Sábado 19hs-

  Ya tenía todo listo. Mi equipaje, mi pasaje. Estaba emocionada y a la vez un poco rara. Porque vería a mis amigos y mi familia, y porque existía la oportunidad de volver a ver a Guido.

  - Hija, está Esteban -dijo mi padre.
  - ¡Ahí voy! -anuncie. Tenía puesto lo que me había comprado el otro día. Miré por última vez mi habitación revisando cada rincón por si se me olvidaba algo. ¡Los anteojos de sol! Fui hasta un cajón donde se encontraban. Revolví y allí encontré un plato... el plato que tenía la pregunta ¿Te querés casar conmigo? No pude evitar que unas lágrimas caigan. - La puta madre, aún te amo, Guido. No te pude olvidar ni te olvidaré.
  - Hija... ¿estás bien? -escuché a mi padre que hablaba por detrás. Me sequé las lágrimas lo más rápido que pude.
  - Mm... sí papá. Ya bajo -dije guardando las cosas en sus respectivos lugares. Se fue y yo me quedé ahí. Retoqué mi maquillaje y salí. Bajé las escaleras y saludé a Esteban con un beso.
  - ¿Lista?
  - Listísima, amor... -miré a mi padre. - Te voy a extrañar -dije y lo abracé.
  - Y yo a vos, hija.
  - Nos vemos pronto, ¿sí? -dije sonriendo. Salí de mi casa y con Esteban fuimos hasta el aeropuerto en taxi.

  Llegamos, nos quedamos esperando hasta que anunciaron el vuelo. Subimos al avión y este empezó a abordar.
  Volvería a ver a todas y cada una de las personas que forman parte de mi vida. Cinco meses después de todo lo que pasó...

Volvimos con Cicatrices!! La historia da un giro inesperado. ¿Se lo esperaban? ¿O pensaban que la historia entre Guido y Lourdes iba a seguir en pie con los planes del casamiento?
Espero que les haya gustado esta vuelta. Muchas me van a odiar por lo que pasó, pero bueno... no todo es color de rosa.
Las quiero mucho y nos vemos❤

Cicatrices 2 (Guido Sardelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora