Narra Lourdes
-Un mes después-
A las seis comenzaba el Baby Shower. Lo haríamos en casa, en el quincho. Estábamos con Guido preparando todo. Recién era el mediodía, pero queríamos tener todo listo.
- Te pido por lo que más quieras Lourdes Castillo que no te subas a esa escalera. Lo puedo hacer yo, no hace falta que te subas vos.
- Con tal de no escuchar tus sermones de vieja, hacelo vos -dije dándole las decoraciones.
- Lo hago por el bien tuyo y de nuestra bebé, amor -dijo acercándose a mi, acariciando mi vientre y besándome. - No quiero que nada malo les pase, ¿sí? -dijo con sus manos en mis pómulos. Me besó una última vez y se fue a la escalera. Yo lo miraba, embobada. Estaba completamente enamorada de Guido. Su rostro, su pelo, su cuerpo, era hermoso. Cuando sonreía, cuando cantaba, la cara de concentración que ponía, sus labios, sus ojos, amaba absolutamente todo de él. - ¿En qué pensás tanto? -preguntó riendo bajándose de la escalera.
- En vos -dije mirándolo y sonriéndole. Se acercó a mi, me tomó de mi cintura y me besó.
- ¿Y qué tanto pensás en mí? -volvió a preguntar mirándome con una sonrisa especial.
- En lo hermoso y tierno que sos -respondí acariciando su cuello.
- ¿Ah, sí?
- Sí -respondí. - Te amo Guido, te amo mucho -dije y se sorprendió. Era un momento especial este. Me agarró de mis pómulos y me besó como nunca. Segundos después abrí más mi boca para darle acceso a que adentrara su lengua. Con mis manos tocaba su cabello rubio hermoso y él acariciaba mis pechos por encima de mi remera. Se separó de mi para comenzar a dejarme pequeños chupones en mi cuello, mordía, besaba el mismo y eso, me excitaba más. La pasión, el fuego que teníamos los dos era indescriptible.
- Te amo, te necesito siempre... -dijo con la respiración agitada.
- Nunca me sueltes la mano, Guido -dije apoyando mi frente con la suya. - Sos uno de los pilares más importantes que tengo -sonrió y mordió mi labio inferior.
- Sos hermosa, rubia -había decidido seguir teniendo mi cabello rubio. Lo abracé, necesitaba su abrazo, su tierno y cálido abrazo. Unas lágrimas amenazaban con salir. Traté de retenerlas, pero me fue imposible. Inmediatamente con mi dedo índice las sequé.- ¿Estabas llorando? -me miró con ternura.
- No, nada que ver... Andá a cambiarte, amor -dije riendo cambiando de conversación.
- Pero si así estoy bien -estaba en bóxer.
- Ay, dale, jaja. No vas a recibir a la gente así -dije mirándolo de arriba abajo.
- Si vos decís -dijo y salió del quincho. Lo miré hasta que perdí la vista de él.Fui hasta la cocina nuevamente. Había cocinado unas milanesas con ensalada, algo tranquilo. Serví la comida y esperé a que Guido venga. Apareció con su típica camisa a cuadros desabrochada, un jean y sus botas, sus amadas botas.
- Ay, pero estás re bueno.
- Ya lo sabía -dijo riendo. - ¿A qué hora vienen todos? -preguntó sentándose.
- A las cuatro y media.
- Genial.Almorzamos mientras hablábamos sobre nuestra bebé. La mirada especial que tenía Guido al hablar de ella, era tan hermosa.
Luego, puse a lavar los platos. De repente siento que unas manos me toman de mi vientre.- Sos hermosa, ¿lo sabías? -dijo besando mi cuello suavemente, lo que provocó que mi piel se erizara.
- No sé si tan hermosa cómo vos, rubio -dije y puse mi dedo con detergente en su nariz. Se rió y me besó.
- La venganza será terrible, Lourdes.
- No te tengo miedo, Sardelli -dije y reí. Terminé de lavar los platos y me puse a ver la televisión en el living.
- "Liberan de la cárcel a Virginia López y Facundo Sariaga, los implicados en el secuestro de Lourdes Castillo, la novia de Guido Sardelli, miembro de la banda argentina Airbag. 'Va a llegar el día de mi venganza'. Esas fueron las palabras de Virginia" -en ese momento sentí como me comenzaba a faltar el aire. Tenía miedo. No por mi vida, por la vida de mi bebé. No podía sucederle nada.
- Guido... ¿escuchaste? -dije y apareció de no sé donde.
- No, ¿qué pasó? -preguntó. - Ey, ¿qué sucede? ¿por qué llorás?
- Los liberaron, se van a vengar. Guido tengo miedo.
- ¿A quién liberaron?
- A Virginia y Facundo.
- ¿Pero qué? No puede ser la puta madre -dijo tocando su cara con sus manos. - Por favor no llores, bebé -dijo sentándose a mi lado. - Prometo que no les va a pasar nada a mis dos reinas. No lo voy a permitir.
- Aún así, tengo mucho miedo, Guido -me aferré a sus brazos y seguía llorando. Él acariciaba lentamente mi espalda y besaba mi cabeza.
- No les va a pasar nada, lo prometo, mi amor.
- Gracias, te amo mucho -dije alejándome de él para mirarlo. Guido con sus dedos pulgares, secó mis lágrimas.- 17 hs -
Ya casi todos estaban en casa. Faltaban amigos de Guido que vengan. Tocan la puerta, voy a abrir. Fijo la mirada al frente y veo a esas cuatro personas que tanto extrañaba, que tanto me hacían falta. Joaquín con Flor y More con Marcos. Me emocioné hasta las lágrimas y abracé con todas mis fuerzas a mis amigas.
- Los extrañé un montón, pendejos.
- Y nosotros a vos, amiga -dijo Flor.
- Qué grande está esa pancita, Lu -dijo More.
- Gracias -dije contenta. - Pasen, son bienvenidos. Por allá están los chicos, van a estar muy felices de verlos -cerré la puerta y me dirigí con los chicos hasta el quincho. Cuando los vieron, una sonrisa se apoderó de cada rostro de todos los presentes. Fue muy emocionante.
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Cicatrices 2 (Guido Sardelli)
FanfictionBienvenidos a la 2da temporada de Cicatrices. En esta continuación, se encontrarán con nuevas rupturas, dolorosas. Y a la vez momentos felices y de disfrute. Espero que les guste. Y si vienen y no leyeron la 1er temporada, vayan YA que está en mi pe...