4.

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No tenía nada que hacer. Por eso odiaba los malditos domingos. Ya había visto dos películas y estaba completamente aburrida. Me levanté de la cama, me puse la equipación de los entrenamientos y en la mochila de deporte metí la pelota de baloncesto, haría algo productivo.

Bajé a la entradita y cogiendo el casco, las llaves de casa y de la moto salí cerrando la puerta a mis espaldas.

Me encontré con Justin, Connor e Ian también saliendo de su casa. Mordí mi labio inferior, dudando en si debería saludarlos. Al verme ellos lo hicieron. Uf, qué alivio. Realmente tenía una duda enorme...y me sentí tonta por ello, porque después de lo de el día anterior, no quería ver a Justin ni en pintura.

-Hey, Olivia -saludó Connor con la mano y seguidamente lo hicieron Justin e Ian.

-Hola, chicos -saludé con una sonrisa y se acercaron a mí.

-¿Dónde vas? -peguntó Justin con las manos metidas en los bolsillos. Su aire despreocupado le hacia terriblemente sexy.

- Es que no es obvio? -me señale a mí misma de arriba a abajo.

-No te hagas la lista conmigo -entrecerró los ojos y sus manos se hicieron puños dentro de los bolsillos.

Levanté las manos en rendición. No quería que volviese a esa actitud de gilipollas que me hacia temblar del miedo.

-Voy a las canchas de baloncesto que hay a dos manzanas -me encogí de hombros -. ¿Y vosotros?

-Nos aburríamos en casa y queríamos dar una vuelta por ahí -miró a sus amigos. Asentí y una idea cruzó mi cabeza.

-¿Queréis venir conmigo?

Él y sus amigos se miraron diciéndose todo con la mirada. Asintiendo, Justin me arrebató las llaves de la moto.

¿Qué rayos ocurría con él?

Ni siquiera hizo falta preguntarle.

-Hombre quiero ver como va esta preciosidad -sonrió. Yo no le veía nada de divertido al asunto, por lo tanto fruncí el ceño, fulminándolo con la mirada.

-No vas a llevar mi moto -negué-. Nadie la toca excepto yo -intenté quitarle las llaves, pero misión imposible. Movió su mano con una gran agilidad.

-Pues me temo que yo seré una excepción -puso las manos en el sillín y acercó su cara a la mía.

-¿Qué te hace pensar que serás una excepción?-me burlé.

Este muchacho tendía a sacarme de quicio con ese aire de superioridad que llevaba a todas partes. Y estaba comenzando a pensar que a él le gustaba ponerme de los nervios.

-Porque... -su nariz rozó con la mía. Inmediatamente mi cuerpo reaccionó. Mis rodillas flojeaban. ¿Por qué? No tenía ni la menor idea...y me atemorizaba la respuesta. Continuó: -Te estás muriendo por besarme.

Se acercó un poco más, podría oler su aliento, pero estaba conteniendo mi respiración.

No, no, no. Esto no estaba bien, yo no podía dejarme amilanar por tal chico.

-Eres tan sumamente gilipollas -me separé de él.

¿Me moría por besarlo? pues quizá. Tenía curiosidad de saber como besaba, ¿para qué engañarme?

Mas no le iba a dar el gusto.

-No quiero besarte -me crucé de brazos y miré hacia otro lado -. Espero que te quede claro.

El rió y se subió a la moto. Connor e Ian nos miraban divertidos y eso me molestaba aún más.

-Chicos nos vemos allí -Justin les hizo un gesto con la cabeza. Ambos asintiendo, cogieron mi mochila y subieron a su coche.

Invicto.© EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora