Olivia.
Lunes. 7:30 am. Tenía tanto sueño que me caía de lado. A duras penas,me levanté de la cama refregándome los ojos y me encaminé al baño.
Después de asearme y prepararme para ir al instituto, bajé a la cocina donde me preparé un vaso de leche y unas tostadas con mantequilla junto a mermelada de melocotón.
Salí de casa cerrando la puerta a mis espaldas, coloqué la mochila sobre mis hombros y me puse el casco de la moto.
Al llegar al instituto, Kate estaba esperándome en la puerta, con lo cual fui corriendo hacia ella
—¡Hola! —saludé alegre. Hoy iba a ser un buen día.
Lo presentía.
—Veo que estás de buen humor hoy y mira que es raro. Los lunes no se te puede ni mirar —rió—. ¿A qué se debe?
Qué mala imagen tiene de mí, por favor.
—¿Adivina quién va a jugar en el equipo de la NBA de Atlanta Dream?
—¡Eso es genial! ¡Dios! ¡Me alegro muchísimo! —me abrazó fuerte— ¿Pero.. cómo pasó?
Mientras pasábamos por los pasillos y llegábamos a mi taquilla le conté todo más feliz que una perdiz.
El timbre sonó indicando que las clases empezaban, de modo que ambas nos despedimos y cada una se fue a su aula correspondiente.
_____
—¿Qué te pasa Kate? —le pregunté preocupada, ya que estaba mirando el móvil con el ceño fruncido.
—Mi madre me acaba de avisar de que no puede venir a por mí y no tengo dinero para coger el autobús —su voz sonó muy enojada.
—Yo te llevo. Ten —le tendí el casco.
—¿Y tú?
—No te preocupes, venga, sube —le hice un gesto con la mano, para que se diese prisa. Realmente no me gustaba estar insistiéndole a la gente.
—No, Olivia. No llevas casco. Lástima nos pase algo y... —la interrumpí.
—¿Quieres andar durante una hora hasta que llegues a tu casa? —ella negó con la cabeza—. Pues ya está, sube.
¡Al fin!
Subió y se agarró fuerte a mí, tanto que llegaba a asfixiarme: —Kate, creo que voy a morir asfixiada —reí y ella aflojó su agarre.
***
Aparqué la moto enfrente de casa. Nada mas entrar tiré la mochila y el casco a un lado. No me apetecía subir a la habitación sólo para eso, de verdad.
—Hola, Alexia.
Con una sonrisa vi que mi hermana estaba haciendo la comida (macarrones, creo).
—Hola, Oli —sonrió—. En cinco minutos estará la comida lista.
Asintiendo con la cabeza, me senté en una de las sillas de la cocina a esperar.
A los cinco minutos, como ella había predicho, ya estaba lista la comida, con lo cual, ambas nos sentamos la una enfrente de la otra en la mesa y comenzamos a comer mientras que de vez en cuando hablábamos de cosas aleatorias.
Me gustaba estar así de nuevo con mi hermana, pues hacía tiempo que nos habíamos distanciado. Las cosas estaban cambiando y eso me alegraba a sobremanera, esperando que fuese a más.
Después de haber terminado, mi móvil sonó. Al desbloquear la pantalla vi que era un mensaje y lo abrí.
De Justin:
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Invicto.© EDITANDO
Literatura FemininaÉl estaba dispuesto a matarla para derribar y hundir en lo más hondo a su peor enemigo. Pero al cabo del tiempo un sentimiento se adueña de ellos. El amor. Tratarán de destruir esa relación de cualquier manera con el fin de separarlos, pero no serán...