Majestad

3.

—De pié para recibir a su Majestad y el Príncipe Vegeta—. Los tres obedecieron.

—Bienvenidos, ustedes serán los próximos en cuidar del castillo—. Sonrío con ironía al ver el de Clase Baja.

—¡Si nuestro Rey!—Hicieron una reverencia—.Estaban bien sincronizados.

—Mí hijo estará a cargó de ustedes, Tomenlo cómo su nuevo superior.

—Te lo encargó—.Asenti y vi cómo se alejaba con dificultad, No tendría mucho tiempo en éste mundo.

—Tomen sus cosas—Les dí la espalda —Les Mostraré sus habitaciones.
El trayecto era silencioso. Algunos murmullos se oían por parte de ésos dos soldados de Clase Alta.

—Bien, Ruat dormiras allí—Apunté a una puerta de roble—Y al lado dormira Bardock.

—P-Príncipe—Volteó y río al ver su nerviosismo, Todavía no entiendo en cómo dejé pasar a éste cadete tan pequeño e indefenso.

—Tu Eras...— La verdad no recordaba su nombre.

—Shin, Señor—Murmuró.

—Cómo sea—Solté—Habla de una vez, Tengo otros asuntos importantes por hacer.

—Quería decirle si yo...—Suspira— pudiera dormir cerca de Ruat.

—Entiendo...Son pareja—Noté el rubor de sus mejillas, Por parte ambos.

—¡N-No!—Contestaron al mismo tiempo. Éstos tipos son extraños porque ocultar algo que se nota a la distancia.

—Es sólo que Shin siempre estuvo conmigo, Es un gran amigo—Pronucia bajando el tono de voz.

—Okey—Me aleje un poco de ellos— Aquí no importa si son o no algo.
Sólo no se distraigan a la hora de patrullar—Afirman aún con ése rubor.

—¿Y yo dónde dormiré?—Sentí un escalofrío al oírlo.

—Sigueme. Estás demás habitaciones están ocupadas—Se encogió de hombros y me siguió. No traía mucho equipaje.

—Tendremos que subir las escaleras —Me siguió en silencio, algo común en él.
Paramos en una de las tantas habitaciones del palacio.

—Éste sera tu cuarto—Lo vi entrar y revisar todo cómo si desconfiara algo que no me extraño, los de Clase Baja suelen conformarse con muy poco. Acostumbrados al barro, la suciedad, peleas por comida y agua. hasta se matan por las hembras.
No puedo creer que sigan existiendo éstos salvajes en el planeta.

—Es aceptable.

—Es más que aceptable. Siéntete afortunado un Clase Baja no suele tener estás comodidades—Entré para correr las cortinas.

—No—Sentí sus pasos cerca mío—Es perfecta, cómo usted—Al darme vuelta él ya estaba impidiendo mí pasó.

—¿Qué Dijiste?.

—No sabía que era sordo—Frunci más el ceño ante eso.

—Alejate, Estás Confundiendo las cosas—Podía sentir su respiración chocar con la mía haciéndome sentir ansioso.

—Yo no confundo nada, Usted lo hace —Cerré mis ojos con fuerza al igual que los puños, voy a matar a éste imbecil. Él me estaba besando, ¡A mí! Era un severo choque de nuestros labios su lengua pedía permiso para entrar. Lo empuje de inmediato al sentir su mano en mi cintura. Ésto estaba mal, MUY MAL.

—Que sea la última vez que lo haces —Limpié mi boca con mi muñeca.

—¡Vegeta, Espera!—Salí corriendo.

—Es-Ésto es imposible—Entré a mí alcoba y me apoyé en la puerta.
Trataba de calmar la respiración, el corazón estaba latiendo con fuerza, el maldito cosquilleo en su abdomen no desaparecía al igual que su boba sonrisa en sus labios.